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No sé cuánto tiempo ha pasado, si son minutos o horas, solo sé que llevo un rato bueno corriendo hacia no sé dónde. En todo el trayecto que llevo no he parado ni una vez, agradezco estar en buena forma física porque si no ya estaría desmayada en el suelo.

Mi cara debe de ser un poema, no he parado aún de llorar, el cuerpo me duele, no sé si por la noticia o por correr durante tanto tiempo. Paso por un parque que yo recuerdo de cuando era pequeña, ahí me llevaba mi padre a jugar aunque estuviera lejos de casa, siempre me llevaba ahí.

Nuevas lágrimas comienzan a brotar de mis ojos, me estoy rompiendo cada vez más y no hay nada que hacer para evitarlo. Comienzo a encontrarme mal y decido parar de golpe, me siento en la cera intentando coger aire.

-¿Andrea?- escucho a alguien pregunta detrás de mí.

Me doy la vuelta y ahí está él, rápidamente me levanto y me marcho, no quiero ver a nadie.

Narra Bnet:
Hoy como muchos otros días no puedo dormir, decido irme al parque que está cerca de casa, siempre me trae paz, me encuentro agusto en ese lugar y a pesar de ser las tres de la mañana yo necesito ir.

Me estoy fumando un cigarrillo cuando veo pasar corriendo a una chica que se me hace muy familiar. La veo pararse de golpe, se sienra en la cera y yo me acerco con curiosidad.

-¿Andrea?- pregunto extrañado.

Ella se gira, tiene el maquillaje corrido, se nota que está mal. Al verme se levanta y se marcha, pero no puedo dejarla así.

Salgo corriendo detrás de ella, llevamos unos metros corriendo hasta que acelero y la pillo intentando escabullirse.

-Hey espera- digo agarrándole el brazo.

Ella para en seco, me pongo enfrente suya y levanto su barbilla haciendo que me mire. Sus ojos están muy rojos, se notan tirantes y decaídos.

-¿Qué ha pasado?- la miro con pena, verla así me parte el alma.

No dice nada simplemente se abalanza sobre mí y me abraza, escondiendo su cabeza contra mi pecho y comenzando a sollozar. A veces las palabras no ayudan lo suficiente, a veces un abrazo recompone los trozos rotos.

Estamos así unos minutos, ella no deja de llorar y yo no sé que hacer. Su móvil comienza a sonar de repente.

Mejor Amiga.❤️

-Sara- digo descolgando el teléfono.

-¿Quién eres?- pregunta la chica extrañada.

-Soy Bnet, Javi- digo rápido.

-Gracias a Dios Javi, no la dejes sola por favor- me ruega la chica al otro lado.

-Está en muy mal estado y no me dice el porqué, solo hace llorar. Me la voy a llevar a mi casa, hace frío en la calle- le explico mirando a Andrea que sigue sollozando contra mi pecho.

-Pásame ubicación, en unos minutos llego yo- añade Sara colgando.

Le paso la ubicación en unos segundos. Miro a Andrea, la despego de mí y la guío hasta mi casa. Cuando llego mi madre está en la cocina, se habrá levantado a beber y se ha encontrado con tal escena.

Enseguida ha comenzado a preocuparse, se lleva a Andrea hasta el salón y le ofrece agua. Ella bebe algo a duras penas y luego se queda mirando a la nada.

-Pobre chica, ¿Qué le pasa?- me susurra mi madre.

-No lo sé, no me ha dicho nada- digo frotando mi cara con frustración.

Mi madre me mira triste, sabe que si estoy así es porque la chica me preocupa. Me deja a solas con ella y vuelve a suceder, me abraza obligándome a  acurrucarla contra mi pecho, para que suelte todo lo que tiene guardado.

Unos diez minutos después llaman a la puerta y voy a abrir. Sara entra muy preocupada dándome las gracias, se sienta al lado de Andrea, ella ya no llora ahora solo está seria mirando a saber dónde.

-Andrea, lo siento mucho cariño- oigo que dice Sara.

Me temo lo peor, no sé porqué pero ese "lo siento" me dice que algo bastante malo ha pasado.

-Se ha ido- habla por primera vez Andrea mirando a su mejor amiga.

Sara la mira con pena, la acoge en sus brazos y están así durante un rato así.

-Mi padre se ha ido- dice ahora mirándome a mí.

Mi corazón se estruja, me lo ha dicho como explicándome porqué no podía hablar antes. No puedo creer lo que le está pasando a la pobre, si a mí uno de mis padres me faltara, se me partiría el alma.

-Lo siento muchísimo Andrea...- susurro poniéndome enfrente de ella.

Me sonríe de lado aunque ha parecido más una mueca. Está más tranquila, ya no llora, creo que ha terminado de expulsar todo. Les pido que se queden a dormir, es ya tarde para coger el coche e irse a casa.

Las llevo hasta la habitación de invitados, Andrea se tumba en la cama boca arriba, está pensativa, no me puedo imaginar todo lo que se le pasa por la cabeza. Sara me da las gracias y cuando salgo de la habitación cierro la puerta detrás de mi.

Narra Andrea:
Me duele todo el cuerpo, el carrerón de ayer y el sofocón han sido los causantes. Recuerdo perfectamente todo, como Javi me siguió  y como lo abracé buscando un refugio, era lo único que necesitaba. Luego recuerdo a su madre, se preocupó por mí demasiado, debo darle las gracias.

Me doy la vuelta en la cama viendo como Sara duerme plácidamente, la pobre también ha venido hasta aquí por mí. No quería causar problemas a nadie, solo quería desconectar del mundo.

Miro mi móvil, tengo varias llamadas pérdidas de mi madre, le pongo un mensaje diciendo que estoy bien y que en un rato voy para casa, que siento mucho haberme ido. A veces me siento egoísta, ella también lo está pasando mal y yo la dejé sola, pero es que en momentos así yo no puedo hacer nada.

Salgo de la habitación despacio y bajo a la cocina, allí está la madre de Javi que al verme sonríe.

-Buenos días- dice amablemente.

-Muchas gracias por lo de ayer señora, siento mucho haber molestado- digo sonrojando me.

-Llamamé María, y no tienes porqué preocuparte, Javi te quería ayudar y es lo menos que podíamos hacer- me da un abrazo -Lo siento mucho cariño, Javi me lo ha dicho. Es un golpe duro...-

La miro asistiendo y vuelvo a agradecer le todo lo que ha hecho por mí. En ese momento aparece Javi por la puerta de la cocina, me mira fijamente sin expresión, se le ve cansado.

-Ven- se limita a decir abriendo los brazos.

No tardo ni dos segundos en estar abrazada a él, me siento protegida cuando me abrazaba, me siento bien.

-Gracias por tanto Javi- le susurro mientras nos separamos.

Su madre nos mira con ternura y ambos nos sonrojamos.

-No me las des, no te iba a dejar sola enana- enseguida me revuelve el pelo.

-Eres más alto por unos centímetros, tan enana no soy- hago una mueca mientras él se echa a reír, maldita risa, se le ve adorable.

Su madre hace rato que se ha ido, nosotros nos hemos dedicado a hacer el desayuno y al rato Sara ha bajado. Los tres juntos desayunamos, yo no hablo mucho, bueno en realidad ninguno. Sara intenta animar el ambiente pero todo se me hace pesado.

Son eso de las diez cuando decidimos que es hora de volver a nuestras casas.

-Gracias por todo- digo de nuevo dejando un beso en la mejilla de Javi, el se pone algo rojo y me mira fijamente.

-Te dije que no es nada- dice en tono de réplica.

Asiento y me dirijo al coche de Sara que ya está en marcha, ponemos rumbo a mi casa mientras él se queda en la puerta mirando como el coche se pierde por el final de la calle.

𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐞𝐬|𝓑𝓷𝓮𝓽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora