Caótica felicidad. °19°

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/Pequeña dosis de diabetes❤.





La semana en el hospital fue tan aburrida como una semana sin internet, a pesar de tener wifi y batería en su teléfono, no se sentía con ganas de mirarle, lo único bueno era cuando Félix iba a este, para visitarlo, mimarlo y pasar mínimo una hora acompañándolo.


Félix era una luz incandescente en la vida de Changbin, la volvía menos aburrida, pesada y monótona, le daba esperanzas, era inefable, al igual que el sentimiento que empezaba a brotar en el pequeño pecho de nuestro desastroso Changbin.


(...)


- Changbin... -Llamo el pecoso al mayor.

El mayor respondió con un gruñido.

- Ya llegué... la tarea de matemáticas es algo difícil, despierta. –Jalo la bata del mayor un poco.

El mayor no abrió los ojos hasta que después de un rato de palpar encontró la mano y rostro del pecoso.

- Pero... ¿Q-Qué haces?

Changbin sonrió entrecerrando los ojos, le acababan de aplicar el antibiótico y el analgésico, generando este estado tan extraño.

- Félix, –Dijo manteniendo su sonrisa adormilada– ven.


Changbin se sentó y palmeó la cama, invitándole al contrario a sentarse, una vez que tomó asiento le abrazó, una vez más el corazón de Félix se sentía que desbordaría de ternura, felicidad y sentimientos que consideraba lindos.


Félix sostenía a Changbin suavemente, el catéter de Changbin le preocupaba, así que trataba de hacer que el brazo de esté no se doblara.

Era un abrazo cálido, tranquilo y lento, no había necesidad de separarse, podrían pasar así horas y el mundo no importaría, solo teniéndose el uno al otro era suficiente para los dos, sus respiraciones y el gotero era lo único en la habitación que se escuchaba, un silencio armonioso, donde podían estar tranquilamente, sin miedo a que alguien les mirara, ni que les molestara, era perfecto.

- Félix, tengo calor. –Rompió el mayor aquel silencio, generando un escalofrió al contrario al ser llamado.

- Ya voy, Binnie. –Se separó de este, acomodándolo en la cama y descobijándole.

Prendió el aire acondicionado, el cual hizo un ruido infernal cuando empezó a funcionar, para generar risa en los dos, después el pecoso se sentó junto a ese enfermo desastroso que adoraba con su corazón.

- Lixie. –¡¿Cuándo había creado ese apodo para el?! Su corazón empezó a agitarse- ¿Me quieres, verdad? 


Este no sabía que decir, lo quería, lo adoraba, incluso, le empezaba a amar, le dolía aceptarlo, un chico tan "especial" había llamado su atención, y ahora este le preguntaba que si lo quería, en su mente solo salían preguntas como respuesta, así que por primera vez en mucho tiempo haría caso a su corazón e ignoraría su lógica.


Se acercó y planto un delicado beso en la mejilla del adormilado mayor, sonrió brillantemente por unos instantes, luego volvió a su expresión seria.

¿Él acababa de generar una sonrisa así en Changbin? ¿Eso era posible?

- ¿Eso responde a tu pregunta?

- Tengo miedo de que me dejes solo. –Empezó a lagrimear el mayor, para empezar a hacer quejidos y expresiones dolorosas, el corazón del pecoso se achicaba al ver ese escenario, dolía ver como todo el daño de antes todavía seguía grabado en él.

Tomo el pequeño rostro del mayor entre sus manitas, dando besitos por todas sus mejillas y nariz, provocando una confusión en Changbin, quien no sabía si reír o llorar, así que hizo las dos.


Un momento caóticamente feliz para los dos.


"Quisiera que este sentimiento durará un poco más" 


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Perdonen que les actualice una vez al mes pero la escuela me absorbió y apenas e tenido tiempo ;;;; <3.

Solo *Changlix*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora