Permiso. °28°

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/gracias por los 6k ¡!



Changbin decidió que era el momento perfecto para preguntarle a Félix sobre la cita, así que alzo su manito, indicando que el dúo de amigos se fuera, entendieron y sin hacer tanto ruido se retiraron; una vez solos, Changbin se acercó y susurro a su oído... 


- Oye, pecoso, ¿Tienes libre el sábado de la próxima semana?


- Mh, Claro, ¿Qué va a pasar ese día? ¿Es festivo? –Pregunto, porque "esta ciudad tenia días festivos raros" pensaba Félix.


Changbin comento sobre una cita, le miro extrañado, y luego rio asintiendo.


-Tendrás que pedir mi mano si quieres que salga contigo de nuevo.


La verdad los papás de Félix eran bastante sobreprotectores con el chico, incluso algo tóxicos.


Entonces, Félix se esforzaría en portarse bien y Changbin tendría que ir a conocer a los padres del pecoso, suspiro, un problema tan grande en tan poco tiempo... Pensó que quizá no los conocería, pero era interesante, ¿Félix se parecería a su padre o a su madre?

Mientras fantaseaba en su mente, el pecoso observaba su carita, fijándose en cada pequeño detalle de su rostro, encontrando sus pestañas tan hermosamente caídas, eran bastante llamativas, tomo su rostro, llenándolo de pequeños besos, especialmente en sus mejillas regordetas. El contrario entre abrió los ojos, observando la concentración del pecoso en entregarle cariños, se sentía lindo, tierno y fresco.


El tiempo paso rápido, tomaron sus clases y cada quien se retiró a sus respectivos hogares, una vez allí, como "de costumbre" Félix y Changbin intercambiaban mensajes de textos, rodando en la cama, ignorando las tareas del día de mañana.

 Changbin alimentaba a su pequeño bichito, el cual estaba feliz de ver que la habitación del chico tenía más espacio y se había deshecho de muchas cosas, incluso podía salir y brincar en su cama. En cambio, Bin, era un gatito dormilón, ya no le interesaba jugar con Félix, solo dormía triste en su colchón, incluso si le intentaban sacar de la casa a pasear regresaba o arrastraba a su dueño al hogar de nuevo, no tenía ánimos de estar despierto.



Martes, 4 de junio del 2019. Seúl, Corea del sur. 

53 días. 


Los días pasaban, hasta que el martes, Changbin tendría que ir a la casa de los Lee. Ese día estaba increíblemente formal y bien arreglado, maquillaje que retocaba cada que sucedía un pequeño suceso, y miraba con impaciencia el reloj, pronto, pronto conocería a "sus suegros".

Félix lo intentaba calmar, pero no sabía cómo reaccionarían ante eso, igualmente tomaban sus manos en el autobús de trayecto a la casa del pecoso. Changbin miraba lo etéreo del chico, al ir del lado de la ventana, el sol chocaba brillantemente contra su piel, haciendo que manchitas que eran desconocidas a su vista empezaran a aparecer en sus brazos; Félix al notar la mirada curiosa del mas bajito le explico cómo su piel absorbía la luz para pigmentarse con fuerza, y que normalmente llevaba un bloqueador solar, pero que recientemente se le había acabado y no encontraba el de su marca favorita, obligándolo a comprar por internet.


Los monólogos que para las demás personas podrían sonar bobos, para Changbin era la forma de conocer mejor al pecoso.


Después de un tiempo vieron como llegaban cerca de su hogar, pidiendo la bajada, las piernas del pelinegro flaqueaban, y suspiraba con fuerza, Félix le intento animar, tratando de subirlo en su espalda, pero el cuerpo rechoncho y musculoso de este le impidió eso, reían bobamente mirándose a los ojos, la parsimonia del lugar era agradable para los dos, entonces, Changbin tiro de la mano del peli rubio, ocasionando un choque entre sus belfos, uno que había deseaba desde hace un tiempo, Félix sonrió, entregándole una sonrisa donde sus ojos se achicaban. Estaba contento de tenerlo cerca de nuevo.


El corazón de Changbin se sentía suave, ligero y pulsaba rápidamente, sabía que le gustaba, y ahora no había nada que lo limitará a amarlo.


Caminaron con sus manos entrelazadas hasta el hogar de sus padres, y allí Félix entró, donde se encontraba su padre musculoso, un señor con apenas canas aparentes y la curiosa señora bajita de pecas. Rápidamente Changbin supo a quien se parecía Félix y se inclinó ante los dos, mostrando respeto mientras Félix lo presentaba a su familia. El padre, que fácil le sacaba tres cabezas a Changbin se le acercó con sus lentes empañados, cosa que atemorizó a Changbin, pero no gesticuló absolutamente nada.


- ¿Así que tú eres el gran cabeza de mierda que hizo llorar a mi precioso hijo? –Félix quedó atónito, y le quiso empezar a dar pequeños golpes reclamando su actitud, pero en cambio fue lanzado hacia con su madre, cosa que hizo expresar un rostro de enojo en Changbin, no podía soportar esa clase de abusos en su "pecoso".


- Señor, acepto mis errores y es algo que ya enmendé con el chico en cuestión, en este caso su hijo, entonces, de la manera más amable le pediré que no vuelva a ocurrir un alboroto así con Félix, incluso si es su padre, no permitiré por mínimo que sea un abuso hacia su persona. –Alzó el rostro con sus cejas presionándose y sus ojos amenazantes hicieron que el padre de Félix le diera algo de espacio.


- Sino mal recuerdo, venías por algo, y perdona las actitudes del idiota de mi esposo. –Respondió la madre, tranquilizando a Félix que estaba en shock.


- Vine a pedir que nos concedieran una salida el día sábado, según tengo conocimiento, Félix ha hecho más labores de lo normal, así que espero su consentimiento.


Un abrumador silencio se hizo presente, donde el señor miraba duramente a Changbin, para después cortarlo con contundente...


- No.

- Pero, ¡papá! –Exclamó huyendo de los cálidos brazos de su madre.

- ¡No tiene razones para negarse! Por favor, déjennos ir. –Suplicó.

- E dicho que no.


La madre de Félix los mando a la habitación rápido, donde buscaría calmar a su esposo, movía sus manitas desesperada mientras Félix se llevaba a Changbin a su habitación.


Que horror, primera visita : Fallada.

Solo *Changlix*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora