Atrapando humo

Inevitable

"Y, Joana, ¿todo bien con esta niña…?”

“Cris, mamá.”

“Sí, ella.”

Mis padres intercambian miradas y yo pongo los ojos en blanco, llevan todo el día haciéndome preguntas discretas, según ellos, y fingiendo que no recuerdan el nombre de Cris aun cuando lo he repetido un millón de veces.

“¿Y ella tiene clases contigo?”

Respiro profundamente porque es la tercera vez que me preguntan eso.

“Solo literatura.”

“Ah, vale.”

Seguimos cenando en silencio e intento acabar lo más rápido posible para poder salir de esta situación e irme a mi habitación.

“Y… ¿Te gusta esta chica?”

Tengo tanta comida en la boca que casi me ahogo con su pregunta.

“¡Mamá!”

Mi madre se lleva otro bocado a la boca como si nada, se toma su tiempo para pasarlo y levanta los hombros.

“¿Qué tiene? Joana, querida, sabes que tu padre y yo te queremos sea como sea, no importa si te gusta un chico… o una chica.”

Me guiña el ojo y tanto ella como mi padre se ríen.

“Que pesados son.”

Me levanto de la mesa sin haber acabado mi cena, les giro los ojos y eso solo hace que se rían aún más. Salgo de la cocina y empiezo a caminar a mi habitación, pero a medio camino me detengo y suspiro, tal vez mi reacción ha sido un tanto exagerada, no es todos los días que así sin más, los papás expresan ese tipo de aceptación y sería buena idea aprovecharlo. Así que camino de regreso a la cocina, preparándome mentalmente para los chistes que harán sobre mí, pero no puedo evitar sonreír un poco.

La puerta hacia la cocina está cerrada y escucho a mi padre hablar, su tono es un tanto serio y está hablando más bajo de lo usual, escucho que dice el nombre de Cris y me acerco lo más sigilosamente que puedo.

“¿Cómo que qué vamos a hacer con Cristina?”

Es la voz de mi madre ahora.

“Pues, eso, ¿no crees que pueda ser, no se… peligroso?”

¿Qué? ¿Peligroso? ¿Juntarme con Cris?

“A estas alturas es más peligroso intentar hacer algo para que no se junten.”

“Pero-”

“No, sin peros. Vos no la viste como llego a casa, ella estaba… ida.”

No sé si se han dado cuenta que estoy del otro lado de la puerta, pero empiezan a hablar aún más bajo, yo intento acercarme un poco más a la puerta para escuchar.

“- la doctora, y tenía razón.”

Después de eso ya no logro escuchar nada, no sé si han dejado de hablar o solo están hablando demasiado bajo, pero me siento confundida y me doy la media vuelta para regresar a mi habitación. No entiendo nada en verdad, porque pensarían mis padres que podría ser peligroso que vea a Cris, lo que paso fue solo un malentendido y se los dije, si estaba mal pero no tanto como para que se pueda considerar algo peligroso.

Entro a mi habitación y no sé qué hacer, si sentarme en la cama, ir al escritorio, ver una peli, ver si tengo mensajes de Cris, hacer los deberes, bañarme, dormir, escribirle a Cris, revisar otra vez la libreta, salir a caminar, llamarle a Cris… es inútil intentar fingir que no la extraño, que no pienso en ella y que no quisiera estar con ella todo el tiempo.