~Oh My Sweetheart~ Vauseman P.T.3°

CA33

ALEX.

Me doy mil vueltas en la gigante cama buscando una posición para poder dormir pero me resulta imposible, no puedo dormir con tantos tanto pensamientos rondando por mi cabeza y más aún a estas alturas de la noche.

Según él tiene buenas intenciones, trata de ayudarnos pero me pregunto y bueno, le pregunte: ¿ Alguien pidió tu ayuda?. Él sienplente contesto que no estaba haciendo nada malo, como putas no hace nada malo si parece que Piper tiene un radar y solo él  tiene si ubicación.

Gracias a este tipo siento que no puedo proteger yo misma a mi familia, siempre tiene que aparecer él  y aunque su ayuda fue inmensa me hubiera gustado resolverlo junto a mi esposa como un matrimonio normal, sin que nadie intervenga. Siempre va a querer lo mejor para ella y según ya a aceptado que no podrá estar con ella, no la va a soltar nunca, es una inmensa obsesión y no es amor porque si en verdad la ama, la dejaría libre, tendría que soltarla y dejar que viva su vida pero veo que tiene un mal concepto del amor.

No hablamos mucho, ya que solo hablamos relacionado a la adopción, él  se encargaría ya que tiene conocidos, muchos diría yo, aunque la idea me dio un puño en el estomago era la única opción para poder acelerar el proceso, me cuesta aceptar su "Ayuda" no tuve más opciones que aceptar, me sentí una completa inútil cuando lo oía hablar, desautorizada como líder, como una niña recibiendo órdenes de quien no debe, repito, no podía hacer nada.

Me removi nuevamente por el vacío de la cama, necesitaba quitarme esto de la cabeza pero no puedo si Piper no esta aquí conmigo. Me levanté y rápido me puse el albornoz porque hace mucho frío y como no si las puertas del balcón estaban abiertas.
Salí se la habitación aún sintiendo el frio horrible que hace, todo está oscuro sin rastro alguno de la rubia, por intuición fui al despacho, nuestro despacho compartido.

La música de fondo me daba aviso que ella esta aquí, abrí la puerta muy despacio metiendo primero la cabeza y si, aquí está, me adentre al verla sentada de espaldas mirando por el gran ventanal, el olor a cigarros y alcohol abofeteó mi nariz. Me quedé de pie mirando la botella de vino blanco medio vacía sobre el escritorio y una copa recién rellenada.

-Ve a dormir.- giro el asiento y bajo los pies de este.- Te puedo ayudar en algo?.-sarcástica tomo la copa y la bebió de golpe.

Si yo soy mala copa, según Piper, ella es peor aun con una simple gota de alcohol. Camine hacia ella en el preciso instante que tomo la botella para llenar la copa, logré quitarle la más pequeña y ponerla del otro lado del escritorio.

-Me alcanzas la copa por favorcito.-hizo el terrible intento de estirar su cuerpo pero no pudo, derrotada se quedó en el asiento.

-Piper son las 2 de la mañana.- Intente arrebatarle la botella pero de pico empezó a beber.-Dame eso.-ella nego bebiendo nuevamente.

-Tú no me das exploraciones, yo no te doy la botella.- Movio los hombros desinteresada en devolver la botella.

Solte un bufido, tengo sueño y ella no quiere subir a dormir y aunque ella no tenga sueño, yo necesito su presencia para dormir. Me planté frente a ella, me observo de pies a cabeza y nuevamente bebió, pareciéndole mínima e insignificante, furiosa le arrebate la botella de la boca derramando el líquido sobre la alfombra, ella se quedo boca abierta y poco a poco fue cambiando a una cara seria, se enojó.

-Te voy a contar lo de la llamada.- Tire la botella en el tacho, ella se cruzo de brazos sin prestarme atención.

-Ahora ya no me interesa saber.-Me dio nuevamente la espalda.

Nuevamente camine hasta ella y com brusquedad gire su silla.-Deja tu berrinche y escúchame.

Piper puso sus ojos en blanco y cruzó sus brazos con modestia, me di la vuelta para tomar aire y soltar todos mis nerviosos. Una vez hablando ella no hacía más que mirarme sin importancia, todo lo que le decía lo hago desde mi corazón, me estoy abriendo a que vea como es que me siento respecto al tema y aunque ella no refleje ninguna emoción se que por dentro estará igual que yo o al menos intente ponerse en mis zapatos.