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Eran casi las tres de la mañana cuando todos se retiraron a dormir. ¡Había sido una gran celebración de Halloween! De hecho, durante un largo rato, todos estuvieron planeando la fiesta del siguiente año, mientras Lottie tomaba nota de todo para tenerlo en cuenta y no pasar nada por alto.
-¿El tío Terrence se va a casar con la tía Noorie? - Preguntó Walter mirando cómo la pareja entraba en la habitación.
-¡No lo sé! - Respondió su padre entrando con él a su habitación - Me imagino que sí, algún día.
-¡Sería como un cuento de hadas! - Suspiró el niño acomodándose entre las sábanas.
-El cuento de la bella y la bestia - Se burló Louis.
-¡Ya! - Exclamó Walter padre - ¡A dormir! Apagaré las luces y ustedes dos cerrarán sus ojos. ¡Buenas noches!
-¡Buenas noches! - Dijeron los niños al unísono tapándose la cabeza con las mantas.
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Terrence y Noor entraron en la alcoba, la chica se acercó a la ventana y observó el cielo salpicado de estrellas. Era una noche muy hermosa, perfecta para entregar y recibir amor. Suspiró ante sus pensamientos, y tiritó cuando la brisa fresca de la madrugada se coló por la ventana abierta. Terry la observaba detenidamente a una distancia prudente, él esperaba por su premio de esa noche y estaba dispuesto a reclamarlo. Sin embargo estaba embelesado contemplando la belleza de Noor, ¡sabía que quizá esa sería la última noche en la que se entregarían el uno al otro! Así que no había tiempo que perder.
Noor pareció escuchar los pensamientos de Terrence, se dio la vuelta y le sonrió antes de acercarse a él con movimientos gráciles y felinos. Lo sujetó del cuello de su camisa, jalándolo para romper con la distancia que los separaba. El hombre, inmediatamente la rodeó de la cintura con ambas manos y Noor se frotó contra él mientras lo besaba con fiereza. Él le correspondió con la misma intensidad, devorándose mutuamente, enredando sus lenguas y deleitándose con su sabor. Ese beso despertó en ambos el deseo y los llevó más allá de los límites.
Para Noor, ese beso estaba lleno de deseo sexual y de amor, podía sentir el miembro duro de Terry presionando entre sus muslos y esa sensación la provocaba. Su feminidad comenzó a palpitar, mientras la humedad manaba de ella y sus senos le dolían debido a la excitación. Lentamente, la joven lo empujó para apartarse un poco y le dedicó una sonrisa traviesa, llevando su dedo índice hasta su boca y mordiéndolo de manera incitante.
-¡Toma asiento, bebé!- Gimió la chica - Como te portaste muy bien esta noche, ¡voy a darte el premio que te mereces!