Capítulo 15.

3.3K 192 10
                                    

Tardamos varios minutos en entrar a la casa. Iara estaba cocinando y largó una carcajada cuando me vio entrar colgada de Seba. Mauro y Tomás estaban en el living. Los veía desde la cocina pero no podía escucharlos. Me sorprendí: parecían estar discutiendo.

Mauro levantaba sus manos y señalaba hacia un punto inexistente. Tomás se tomaba la cabeza con ambas manos y se revolvía el cabello. En un momento se dejó caer sobre un sillón, rendido, y sus ojos se encontraron con los míos. Levanté una ceja sin poder disimular la intriga. Su cara se transformó de un segundo al otro. Salió del living y subió las escaleras rápidamente. Mauro abandonó el lugar un rato después. Salió al patio haciéndole señas a Iara.

-Oka- Dijo Sebastián. No me sentía tan mal, mi amigo estaba más perdido que yo.

-¿Qué pasó anoche?- Preguntó mi amiga intentando cambiar de tema. Estaba nerviosa, sus dedos temblaban mientras intentaba cortar verdura.

-¿Qué mierda pasa?- Indagué cansada y sin vueltas.

Justo cuando pensé que habían terminado con todo el misterio, pasaba esto.

Seba me codeó y supuse que quería que le hable mejor a Iara. Pero estaba harta y no quería volver a la misma intriga de antes.

-Nada, se pelearon. Ya se les va a pasar- Sintetizó. Miré a mí alrededor. Estábamos solos los tres.

-Ahora que no hay nadie más que nosotros me parece un buen momento para que me cuentes, ¿no- La miré desafiante y ella levantó sus hombros. Sabía que yo sabía algo pero no sabía qué, y yo tampoco.

Nadie sabía nada.

-No entiendo nada- Neo sabía menos que todos juntos.

-Desde el día en que conocí a Tomás están dándome vueltas con algo que no sé que es, y siempre que pregunto me cambian de tema- Resumí explicándole a mi amigo. En ese momento me di cuenta de que estaba gritando. -Estaban discutiendo, los vi. Pero cuando Tomás me vio parecía que había visto al diablo. Subió las escalares corriendo.

-Vale...- Quiso interrumpirme.

-Vale nada. Contame que pasa.

Estaba cansada, extasiada, y me dolía cada centímetro de mi cuerpo.

-Es algo de él, que no me corresponde contártelo.

-Me importa una mierda- Grité. Sí, estaba enojada. -¿No tenes confianza como para contarme algo, Iara?

-Es algo muy personal que no es mío, amiga.

Ya lo sabía. Sabía que algo pasaba con Tomás pero si él no quería contármelo y mi amiga lo sabía, ¿por qué no me lo podía decir?

-No te entiendo- Fue mi última frase para retirarme de la cocina e ir a tirarme a un sillón en el living. Me tomé la cabeza aturdida. Odiaba no darme cuenta de cuando gritaba. Necesitaba tomar algún medicamento para calmar la acidez, el hígado estaba a punto de explotarme.

Justo cuando pensaba en levantarme, mi celular vibró.

Justo cuando pensaba en levantarme, mi celular vibró

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Necesito verte". Sonreí. "Contarte algo". La piel se me erizó.

Nos había escuchado, no había dudas.

Ahora tenía vergüenza. Chusma, metida. ¿Qué cosas más pensaría de mí?

Dejé todos mis pensamientos de lado y no lo dude. Me encaminé hacia la escalera. Iara y Seba clavaron sus ojos en mí. Hice una mueca un poco sarcástica y subí varios escalones.

Frené mi paso en la puerta de la habitación pequeña. La casa solo tenía dos habitaciones; Iara y Mauro siempre dormían en la que tenía una cama matrimonial. La restante era chica, calurosa, y con dos camas cuchetas.

Intenté golpear la puerta y esta se abrió de golpe.

Me recibió en cuero, y con un cigarrillo entre los dientes. ¿Por qué razón fumará ahora? Nervios, ansiedad, malhumor. A lo mejor yo también lo necesitaba para calmarme.

-Hola- Dijo tierno y se corrió para dejarme pasar. Largó una risa y adiviné que estaba pensando en la noche anterior.

-No estás de humor, ¿no?- Preguntó irónico. Me molesté más y más.

-¿Qué querés?- Curioseé harta mientras ponía mis manos en la cintura. Él me imitó y se rió aún más.

-No te me vengas a hacer la canchera después de lo de ayer- Dijo y me sonrojé. Bajé mis manos para dejarlas junto a mi cuerpo.

-No hiciste nada para merecértelo...pero te escuché gritando como una loca ahí abajo y, ya que estás tan intrigada en saber lo que pasa...

Estiró la "a" del "tan" exageradamente. Mi corazón bombeó más fuerte sabiendo lo que se venía.

-Quiero darte tres preguntas más, y espero que esta vez las utilices mejor.

dale ticiana que buenos horarios elegis para subir capítulo crack

diferentes • c.r.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora