Capítulo 20.

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Se levantó solo un poco para sacar el atado de cigarrillos de su bolsillo. Tomó con delicadeza uno entre sus dedos, lo llevó a su boca y lo encendió.
Miré la escena muy seria. Era la primera vez que lo veía fumar que no estaba pensando en  lo bien que se veía haciéndolo. Estaba pensando en cuantos cigarrillos había fumado en la última hora. ¿Tres? Tres por hora no parecía un buen promedio. ¿Cuántos fumaría por día?

-Hace unos años me puse de novio con una chica- Habló y lo miré aturdida.

¿De qué estaba hablando? No era un buen momento para hablar de los ex's.

-Se llamaba Abril. Era hermosa- Sonrió.

¿Era? Abrí la boca pero él no me dejó hablar.

-Discutíamos mucho. Pero mucho. En realidad...ella discutía sola

Bajó la cabeza y sostuvo el cigarro entre sus labios por algunos segundos. Yo no entendía bien que estaba pasando. Me limité a no decir nada y a esperar. Él se había puesto triste de un segundo al otro. Sabía que tenía ganas de llorar pero que no iba a hacerlo delante de mí, de ninguna manera.

-Nunca le presté mucha atención. No la escuchaba. No me importaba lo que tenía para decirme- Se encogió de hombros. Levantó su mirada y la fijó en el horizonte.

-La quería. La pasábamos bien juntos- Hizo una mueca. Supe que se había acordado de algo. Me provocó una sensación rara por dentro.

-No la cuidé- Dijo y me miró. -No me daba cuenta de nada de lo que le pasaba. No la supe escuchar. No teníamos comunicación. Ella era tan buena y yo...yo era tan yo

Sus ojos se hicieron transparentes. El brillo del sol daba justo en sus pupilas y podía ver lo húmeda que tenía su mirada.

-¿Era?- Exclamé.

Maldije. No quería preguntar nada. Él sonrió triste. Bravo, Valeria.

-El viernes habíamos discutido porque el sábado tenía el cumpleaños de una chica con la que yo había estado. Ella no quería que fuera. ¿Qué chica quiere que el novio vaya a la fiesta de su ex?- Tomó aire. -El sábado la invité a dormir a mi casa. Cociné, todavía no sé como. La pasamos bien. Vimos una película y nos fuimos a acostar. Tuvimos sexo, esperé a que se durmiera, y me fui a la fiesta

¿Qué era, exactamente, lo que me gustaba de este chico? ¿Por qué tenía esa manía de tratar a las mujeres como si fueran prostitutas? ¿Por qué habría alguien, en este planeta, que esperaba que su novia se durmiera para irse a una fiesta?

-Me fui a una fiesta mientras ella dormía en mi casa- Exclamó.

Me alegré de escucharlo totalmente arrepentido. Había una pizca de ironía en su voz, como si él mismo no pudiera creer lo que estaba contando.

-Volví como a las ocho de la mañana. Mauro me llevó al departamento porque no podía conducir de lo borracho que estaba. Entré a la habitación pretendiendo no hacer ruido para no despertarla. Que irónico- Rió, y no entendí por qué.

-Estaba muerta hace más de cuatro horas

Wow.

Wow. Wow. Wow.

-Se quitó la vida esa noche. En mi casa. En mi cama

Escuché que tragó con fuerza. No podía mirarlo a los ojos. Me daba algo. Tenía ganas de llorar. Tenía ganas de pegarme por haber preguntado tanto por esta maldita historia. Tenía ganas de pegarme por haberme metido en una situación tan delicada. Tenía ganas de pegarme por todo. Y también quería pegarle a él.

Cuando lo miré esas ganas desaparecieron. Estaba destruido. No por fuera, sino por dentro. Era tan transparente que su corazón y su alma partida en dos salían a flote como si fuese de cristal.

-Nada le importaba más que yo en este mundo. Me había dado mil señales, me lo había dicho de mil formas

Miré al cielo para aguantarme las lágrimas. Rogué a Dios que no llorara él tampoco. No lo iba a soportar. Miré el camino con ganas de salir corriendo y olvidarme de todo por un momento.

-No la escuché nunca. No hice nada para los dos. No me esforcé en mejorar nada de lo que ella me pedía que mejorara. Quería joder. Quería salir de fiesta. Quería probar cosas nuevas. No quería desperdiciar un segundo de mi adolescencia

Suspiró.

-Tenía 19 años- Dijo.

Sonó como una excusa y, por un momento, lo entendí.

-19 años y estaba completamente perdido

Me lo imaginé, por un segundo, destruido. Desbastado, partido al medio. Llorando sin saber que hacer. Me aguanté las ganas de abrazarlo.

-La imagen de ella sobre la cama la tengo grabada con fuego en la cabeza. Creo que aunque perdiera la memoria la recordaría a la perfección

Me mordí el labio. "Sé fuerte, Valeria. No podes ser así de maricona".

-Nunca me lo voy a perdonar. Y nunca nadie va a poder sacarme la idea de que todo fue mi culpa

No, no.

-La vi muerta. La vi vulnerable. La vi débil, como ella quería que la viera. No encontró otra manera de hacerme ver que me necesitaba. Que me quería. En ese momento entendí que la quería más de lo que pensaba que la quería

"Pero era muy tarde", pensé. Cerré los ojos para confirmar que no quería escuchar más. Me levanté de golpe. Mis piernas temblaron. Me mareé.

-Me quiero ir- Exclamé.

Aturdida. Nerviosa. Perdida. No podía definir bien como me sentía. Una mezcla de todas, creo.

¿Tenía miedo?

Sí, tenía miedo.

ni tenía ganas de llorar, espero que hayan entendido todo ahora que saben la historia de tomi

diferentes • c.r.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora