Mire el celular dudosa. No, no iba a responderle. Negué con la cabeza mientras bloqueaba el celular. Fui hasta la habitación, tomé una muda de ropa y me metí al baño.
Me relajé. Había llenado la bañadera y puesto algunas esencias y aceites en el agua. Mi cuerpo se distendió por completo luego del baño pero no había forma de que mi cerebro parara de maquinar.
Tenía claro que no iba a dormir en toda la noche, y hacía un poco de frío, así que esquivé el pijama y opté por ponerme un jogging negro con una remera suelta. Até mi pelo y me recosté en el sillón a hacer nada.
Mi celular sonó y lo miré aterrorizada. "Por favor, que no sea él", pensé. Lo agarré.
Suspiré. Tenía ganas de estar sola pero la necesitaba. Más aún sabiendo que ella sabía más detalles de la historia que yo.
Antes de pararme me detuve a mirar la nueva foto del Whatsapp de Tomás. Estaba en cuero, con gorra, fumando, como de costumbre.
Parecía relajado, normal. Feliz. Miré sus ojos mientras me levantaba. No podía entender como estaba tan roto por dentro.
Me acerqué a la puerta negando con mi cabeza mientras arrojaba el celular al sillón.
-¿Es real esa foto del perfil de Tomás?- Pregunté irónica mientras abría la puerta.
-Sí, es real- Respondió tranquila mientras me mostraba el pote de helado que traía en sus brazos.
Le sonreí. Cuando cerré la puerta ya estaba sentaba en el sillón, esperándome. Me senté a su lado ansiosa.
-Espera- Me dijo algo nerviosa.
-Antes de que hablemos de...bueno, ya sabes de que- Sintetizó mientras hacía un gesto raro con sus manos. -Tengo algo para contarte que supongo que es bueno.
-¿Supongo que es bueno?- La burlé.
-Sí, supongo que es bueno tener novio, ¿no- Preguntó desinhibida.
Abrí la boca con un gesto de sorpresa y alegría.
-¡Por fin!- Fue lo primero que me salió decirle. Reímos juntas.
-Sí, bueno. Tampoco fue como...romántico. Me dijo: "che, hace como un año que venimos así". Y se dio. Fue como...hablado. No salió de él- Se encogió de hombros.
-Pero bueno, que se puede esperar de un hombre- Agregó. Largué una risa.
-Bueno, ya fue. Hablemos de vos
Negué con mi cabeza.
-Hablame de Tomás
Sí, nada de mí. Quería saber de él, y de nadie más.
Hizo una mueca y pensó.-Supongo que te contó lo de su novia- Dijo temerosa y asentí.
-Te odie tanto por no contarme- Dije. No podía perder la oportunidad de echarle en cara las cosas.