Mi cabeza latía. Abrí los ojos y miré al techo. Los volví a cerrar con fuerza, intentando que el mareo cesara. Los oídos me molestaban increíblemente.
¿Qué había pasado?Me quedé quieta unos minutos. Intenté moverme pero fue imposible. Estaba increíblemente rota. Matada. ¿Qué hora era? Quise agarrar el celular pero apenas pude mover una mano. Giré mi cabeza para mirar por la ventana. Grité.
Me tomé la cabeza con las dos manos y me ayudé con mis codos para poder sentarme en la cama.
¿Qué hacía con él en mi cama? ¿Por qué estaba en cuero? ¿Cómo habíamos llegado hasta acá? ¿Qué...qué habíamos hecho?
-Sebastián Chillenato, ¿qué haces acá?- Chillé. Lo sacudí un poco pero no con mucha fuerza, no logré despertarlo. Suspiré.
"Por favor, no", pensé.
En ese momento mis recuerdos retrocedieron y tuve una especie de flashback.
Estaba en el ascensor del edificio con él. Yo estaba tirada en el piso, Seba apoyado contra una de las paredes.
-Esto tarda un montón- Exclamé intentando ponerme de pie. El me ayudó un poco, y me sostuve con fuerza de su brazo. Dejé caer todo el peso de mi cuerpo sobre el suyo.
-No apretaste el botón, tonto- Dije riendo. Él se rió también. Se estiró solo un poco sin soltarme, para presionar el botón del piso de mi departamento.
Cuando volvió a la posición giró de golpe. Su nariz rozó la mía. Su mano me sostenía con fuerza por la cintura. Estaba increíblemente pegada a su cuerpo.
No tenía idea de dónde estaba, ni de que hacía. Él tampoco parecía saberlo.Pero tenía ganas de besarlo.
Y él a mí.
Y nos besamos. Desenfrenadamente.
Abrí los ojos con fuerza. No, no.
-Seba- Lo llamé. Hizo un ruido raro y se dio la vuelta.
-Sebastián- Lo llamé una vez más.
Abrió un ojo y después el otro. Miró para todos lados, igual de perdido que yo. Se sentó en la cama de golpe, asustado.
-¿Qué pasó?- Preguntó sin vueltas y, por sus muecas, supe que estábamos hablando de lo mismo.
-No sé, ¿qué pasó?- Retruqué. Mi mente estaba en blanco. ¿Cómo podía ser que no me acordara de nada?
-¿Qué haces acá?- Pregunté casi llorisqueando. No sé si quería saber que había pasado.
-¿Nosotros...?- Indagó. Como si yo me acordara...
-No- Dije firmemente.
-No, no- Agregó él. Lo miré.
-Creo que no- Dijo en un tono más bajo.
-¿Cómo que creo?- Pregunté con un hilo de voz.
Maldita sea. ¿Por qué aparecía durmiendo con mi mejor amigo? ¿Por qué nos habíamos besado de tal forma? ¿Por qué no me acordaba si habíamos tenido relaciones? ¿Por qué todo esto me estaba pasando a mí?
-¿Vos crees que sí o que no?- Cuestionó luego de unos segundos. Estaba tan anonadado como yo.
-Yo creo que no- Dije.
¿Por qué creía que no? Porque no quería creer que sí. ¿Pero que pasaba si...si sí?
-Bueno listo, entonces no- Finalizó levantándose de la cama.
Buscó su remera por algún lado. Yo me limité a mirarlo desde la cama, tapada hasta el cuello. Se sentó en un borde para calzarse las zapatillas. Se puso de pie para abrocharse el cinturón.
Oh, por Dios.
-La puta que me parió- Gritó. Por suerte
pensábamos igual.-Dejo la puerta sin llave- Me dijo mientras agarraba sus cosas y desaparecía de la habitación. A los pocos segundos escuché el portazo.
Genial.
Me estiré para ahora sí desbloquear el celular.
Lo primero que vi cuando bajé la barra de notificaciones fueron ocho llamadas perdidas de Tomás. Mierda, Tomás.
![](https://img.wattpad.com/cover/210808796-288-k309413.jpg)