CARTAS INCONTABLES (Camren)

CAPITULO 1: MEJOR AMIGA

Es interesante saber cómo funciona el cerebro, pero sobre todo lo que más me sorprende es saber que las emociones duran biológicamente 90 segundos. Es decir; 30 segundos a partir del estímulo, 30 en el pico de la emoción y los últimos 30 en el declive. Son rápidas porque están ahí para ayudarnos en una decisión que requiera salvarnos, huir, pelear o comunicarnos con el otro, pero... ¿Qué sucede cuando nos enamoramos o tenemos el corazón roto? Es difícil comprender al corazón y a la razón cuando éstos van de la mano.

Algunas personas describen el amor como algo mágico, hermoso y en ocasiones perfecto, pero sinceramente se me hace una descripción un tanto ambigua. Nadie te dice lo que debes de hacer cuando estás en una relación; te equivocarás, pelearas con la persona que amas, se reconciliarán y volverán a pelear. Sobre todo, te darás cuenta si es o no la persona correcta para el resto tu vida, o esa es la idea. Y en estos momentos debes preguntarte ¿eso qué tiene que ver? pues en realidad mucho, más de lo que te imaginas.

Pero para empezar con esta historia creo que lo más correcto sería decir mi nombre, soy Lauren Jauregui y esta es mi no tan común pero interesante historia.

Tengo 18 años y me gustaría hablarte de mi familia, tengo dos hermanos, se llaman Christopher y Taylor, ambos son más chicos que yo y en ocasiones me dan dolor de cabeza, pero bueno, supongo es el precio que debo pagar por ser la mayor.

Mis padres son Michael y Clara, no tengo mucho que decir sobre ellos, la relación que tenemos es genial y no hay mucho por lo que deba quejarme. Ah, por cierto, se me olvidaba mencionar que tenemos un negocio un tanto peculiar...pero prefiero no entrar en detalles.

Mientras estaba recostada en el sofá de la casa mirando el techo, el timbre comenzó a sonar por toda la casa como si no hubiese algún mañana. No tenía que ser adivina para saber quién está detrás de la puerta, así que decidí levantarme con toda la pereza del mundo y caminar hasta llegar a la perilla para abrir la puerta ante la persona más impaciente que tengo la dicha de conocer.

-Hola Lauren, ¿por qué tardaste? -levantó sus gafas de sol- Como sea, me gustaría seguir conversando en la puerta de tu casa, pero necesito pasar porque traje helado y se va a derretir.

A lo que no tuve que contestar, porque claro, me empujo. Caminé detrás de ella hasta llegar a la cocina y la vi guardar el helado en la nevera.

-Bueno -me senté en una de las sillas que estaban ahí- yo estoy muy bien, y ¿tú? -dije irónicamente- supongo estás feliz porque trajiste helado y eso no pasa muy a menudo.

-Perdón -se acercó y me dio un beso en la frente- también estoy bien.

-Me alegra saberlo -me levanté y fui a la alacena para tomar algunas galletas- ¿Sabes? Las galletas me hacen muy feliz.

-Lo sé, por eso también traje esto -de su bolso sacó otro paquete de galletas y comencé a gritar de emoción como un niño pequeño-

-¡Gracias!

-Es lo menos que puedo hacer después de haber roto tu disco de Lana del Rey.

-Perra -negué con la cabeza y comencé a comer-

-Como sea, adivina a donde fui -comenzó a mover sus cejas de arriba debajo de manera graciosa-

-Mmm... por el helado, las galletas y esa gran bolsa llena de ropa, estoy segura de que no fuiste a ver a tu abuela.

-La abuela puede esperar, pero las ofertas no.

-Me das motivos para seguir viviendo y ver como te quedas en banca rota.

-Justamente de eso quería hablar.

- ¿Quieres asaltar un banco? Dios, ya hablamos de eso y sabes que si mis padres se enteran...