CAPITULO 7: QUEEN

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POV CAMILA

Pasó una semana, mi primera semana de trabajo...¡wow! Los días se pasaron volando.

Sin embargo, Mía tenía que ir a la escuela y era su primer día. Los estudiantes de universidad entran unos días antes, así que cómo hoy era el inicio de clases para ella, consideraba importante acompañarla.

Me desperté a la misma hora de siempre para meterme a bañar, después de eso decidí vestirme con algo sencillo. Unos vaqueros a la cintura, un cinturón, una blusa color negro con un escote un poco pronunciado, un collar pequeño y unos tacones de plataforma negros.
Después de arreglarme y aplicarme un maquillaje ligero decidí ir a la cocina para comer cereal, fruta y un café. Después de 20 minutos aproximadamente, era momento de ir al cuarto de mi pequeña hija, ya eran las 6:30 y tenía que despertarla.


Mía es una niña muy dormilona y me cuesta trabajo hacer que despierte, en eso se parece a mí, es decir, yo la parí y es obvio que se parece a mí, pero a ambas nos encanta dormir por horas; eso sí, tiene muchas características de su papá.

Es una niña de piel bronceada, cabello castaño y ondulado cómo Shawn, sacó mis ojos, mi carácter y mi boca, pero la nariz, la sonrisa y forma de ser cómo la de él. Básicamente fue sacar lo mejor de los dos mundos, siempre que tengo un mal día y me abraza, automáticamente me hace feliz, es lo mejor que me ha pasado y la amo con todo mi ser.


-Hija -entré a su habitación- amor, despierta -la moví del hombro- tu papá y yo te llevaremos a la escuela, vamos, levántate.


-Nooooo, no quiero


-Yo sé que quieres seguir dormida, pero ándale que se hará tarde, si te levantas ahora te hago el desayuno especial -cómo si hubiera dicho las palabras mágicas, se levantó cómo un resorte-.


- ¿Pero me los haces en forma de Micky? -se levantó y talló sus ojos con ambas manos-.


-Está bien, pero ya ponte el uniforme. Nada de jugar.


Le di un beso en la frente y la dejé sola para dirigirme a la cocina, ya sabía que esto pasaría, por eso ya tenía todo listo, sus Waffles y un gran vaso de leche sabor fresa.

Después de un desayuno muy alegre, la peine con dos coletas, era hora de esperar a Shawn.


*Suena el timbre*

Me acerqué a la puerta y vaya, por fin llegó.


-Hola, buenos días ¿Qué tal el camino? -pregunté sonriente-.


-Hola, bien...ya sabes, con un poco de tráfico. ¿Dónde está mi princesa?


-PAPIIII -llego corriendo a sus brazos-

-Por dios, que dramática eres, sólo no lo viste ayer -comenté riendo-.


-Pero es que me quiere más a mí que a ti ¿Verdad? -la niña solo asintió con la cabeza-.


- Esto es traición eh! Espero que él te haga el desayuno especial cómo yo -me miré las uñas-.


-MAMIIII -estiró sus brazos hacia mí y comencé a reír-.


-Esto es hiriente -Shawn llevó su mano al pecho- pero, ya debemos irnos porque se hace tarde.


Nos fuimos en el coche de Shawn, una camioneta color rojo muy bonita. La escuela de Mía estaba muy cerca de dónde trabajó, así que no tardamos mucho en llegar. Estacionó el coche y nos bajamos para acompañarla a la puerta.


-A ver, creo que ya te dije las instrucciones, pero las quiero repasar ¿las recuerdas? -pregunté-.

-No hablar con extraños de la calle, hacerle caso a la maestra, terminarme el lunch, no correr porque me puedo caer cómo el otro día y no comer comida chatarra con papá por qué no conoce los límites y me puedo enfermar.

CARTAS INCONTABLES (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora