CAPITULO 61: HAMBURGUESAS

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POV LAUREN 

Después de la pelea que tuve con Shawn, me quedé pensando en ¿Quién ganó? diría que fui yo, pero siendo absolutamente sincera y unánime... nadie lo había hecho, todo fue muy reñido, sin embargo aunque no gané en la pelea, gané teniendo a Camila. Aunque en estos momentos pareciera que me quería matar, ya se había desahogado lo suficiente, pues después de que se llevaron a Shawn se sentó en el gran sillón y comenzó a llorar desconsoladamente, no me atrevía a tan siquiera preguntar si estaba bien porque era como ir directo al matadero, y más con su no tan buen carácter. Por eso decidí que lo mejor que podía hacer era quedarme desde el otro sofá y esperar a que se calmara para explicarle porque entré como una estúpida desenfrenada a su casa, golpeando al padre de su hija.

-¿A que veniste? -habló con voz baja ,un poco ronca, triste y profunda- Tenías que haberme avisado -no me miraba, eso era lo que más me dolía- 

-Perdón por no avisar... pero cuando hablamos por teléfono y mencionaste lo de las fotos, te escuché afectada y creí que te gustaría verme -miré la pequeña mesita que estaba a un lado de Camila, no me atrevía a mirarla, no así. Cuando sabía que estaba molesta conmigo-

-Pensé que tendríamos nuestra cita mañana... -finalmente sentí su intensa mirada, tan intensa que tenía miedo de mirarla directamente a esos preciosos ojos, esos ojos color chocolate que tanto amaba y me volvieron loca desde el primer momento en que la vi- ¿Cómo entraste?

-Pensé que te podía dar una sorpresa -instintivamente miré por la puerta principal que seguía abierta y ahí estaban, en el corredor había dejado una pequeña maleta y una sorpresa para las dos mujercitas que se ganaron mi corazón- Pero la sorpresa me la lleve yo... -miré el suelo- Entré convenciendo al portero, sabe que eres mi novia, así que no fue difícil que me dejará entrar.

-Eres lista...y sé que las cosas se salieron de control, lo sé -me dijo y escuché como se movía de su lugar- mírame -sonó casi a súplica- por favor -insistió al no ver respuesta de mi parte, lo pensé unos breves segundos y alcé la vista para verla en frente de mí- Dios -se llevó las manos a la boca- ven, debo curarte esas heridas.

-Estoy bien, no te preocupes -volví a bajar la mirada y la vi caminar hacía su cuarto sin decir algo más, lo único que pude hacer era ir por mi maleta y por el regalo que envolví cuidadosamente antes de venir. 

-¿A dónde crees que vas? -me habló autoritaria y regresó con un botiquín- trae ese trasero y siéntate -hice caso, no quería que se enojara más. Por eso tomé mis cosas del suelo y cerré la puerta, para dejar todo en una mesa y me senté en la silla cerca de la cocina- Te va a doler, pero eso te ganas por peleonera- 

-No es necesario que hagas esto -tomó algodón y le puso alcohol -pero yo soy fuerte y no me va a... AHHHHHH -grité y comenzó a reír- ARDE...ARDE MUCHO AHHHHH -sólo negó con la cabeza y una pequeña sonrisa se asomaba por sus labios- MALDITA SEA, CAMZ -grité- ESTA MIERDA DUELE -sentí que me dio un golpe en el hombro-

-Deja de estar de llorona, si no hago esto, puede que se infecte -con un gran cuidado y cariño siguió poniendo el algodón en mis heridas- por dios, no sé si te tengan que coser la herida de la ceja -toco alrededor de la herida e hice un gesto de dolor- es grande y profunda -se veía preocupada- vamos al hospital.

-No -dije firmemente- ¿Dónde está Mía? -pregunté interesada, porque le había dicho a Shawn que ya no fuera a con ella-

-Está en el hospital -salté de mi lugar como si tuviera un resorte incluido- tranquila, esta bien. 

-¡¿Qué tiene?! ¡¿Qué le pasó?! -pregunté alarmada-

-Tenía un fuerte dolor y resulto ser apendicitis -mis ojos se abrieron en sorpresa y continuó con su explicación- pero Sofía ya llegó al hospital, Mía no podía quedarse sola porque tenía que estar alguien por si hubiera alguna complicación ...me mandó mensaje de que llegó hace un rato, pero nos pidieron ropa cómoda para mañana si es que la dan de alta y Shawn vino a dejarme y se llevaría la maleta, porque el se quedaría toda la noche, lo demás pues ya lo sabes -hizo un gesto de obviedad- 

CARTAS INCONTABLES (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora