--¿cómo te sientes?--pregunto con cierto aire de preocupación el hermano mayor.
--bien, lo suficiente como para comer un búfalo--rio de su propia respuesta el pequeño de la familia por lo cuál el rubio solo le respondió acariciando sus cabellos.
--me sorprende que incluso en sueños pienses en comida--rio levemente Sabo--¿has estado comiendo bien?
--si, los chicos vienen casi a diario entonces...Sanji cocina
--me preocupa que hayas tenido dos ataques en tan poco tiempo...
El pequeño desvio la mirada, no debía seguir pensando en esas cosas así que tomó aire y suspiro--no fue nada importante, por cierto...¿porque vino Torao?
--¿Torao?
--d-digo el...el doctor que es mi vecino...
--bueno, escuche a Nami decir que era doctor entonces fui a verlo, no quería perder tiempo esperando a una ambulancia, además fue muy amable--con aquella dulce sonrisa acaricio las mejillas de su hermano--¿te gusta verdad?
--¿q-que...?
Aquellos profundos y hermosos ojos azules se fijaron en los castaños, lo miraron, analizando cada una de sus reacciones buscando revelar sus secretos sin ningún remordimiento, controlador, acosadoramente...quería saberlo--él, te gusta ¿verdad?
--¿p-porque piensas eso?
--no es normal ver a mi hermanito hacer semejante drama en la puerta de un simple vecino--sonrió--entonces, digo que tiene buenos dotes y de inmediato reclamas que es de tu propiedad, no sabía que te gustaba la salchicha alemana
La sangre lo golpeó, se sentía avergonzado de su misma existencia ¿¡cómo era posible!? Era demasiado obvio, se sentía humillado de la peor manera posible--A-Ace...¿lo sabe?
--claro que no, es lento y muy estupido para ciertas cosas--rio mostrando sancarronamente aquellas perlas blancas, era un gato burlon.
--N-no se lo digas por favor...--pero Luffy, solo pudo llevarse ambas manos a la cara tratando de ocultar toda su vergüenza pero era casi imposible.
--no le diré, quédate tranquilo, deberías descansar, llamaré a la escuela en la mañana para que puedas descansar
--gracias Sabo--le respondió el menor al mismo tiempo que se metía bajo las sábanas, ocultándose de toda la vergüenza que sentía en esos momentos.Era inevitable sentirse de esa forma, había sido descubierto de la manera más veloz por su hermano mayor, Sabo siempre fue observador y por ello podía leer la mente de Luffy como si fuera un libro abierto, era tonto lo sabía, el amor era la mayor tontería del mundo.
Enamorarse para muchos no era más que un efecto hormonal que se creaba por reacciones químicas en el cerebro pero, ese día fue distinto. Nunca antes se había sentido de esa manera con alguien, la compañía del joven alemán era como un tesoro, Law es fino, refinado, educado y elegante hasta en la forma de caminar, su voz hipnótica, aquellos...oh dios, aquellos ojos eran la obra de arte más hermosa, ni siquiera los pintores más famosos en el arte renacentista se acercarían a él, la Gioconda se quedaba corta, mientras que la noche de Van gogh era literalmente garabatos cuando miraban aquel grisáceo tan especial, esos pensamientos bobos eran típicos se Luffy, quien veía la belleza en un ser completamente roto, un hombre que no se tentaba el corazón al hablar, pero no podía evitar ser tonto, no pudo evitar caer en el hechizo de ese hombre, solamente sucedió, se enamoró de un hombre que jamás lo miraría.
Y no se arrepentía de ello.
Se giró entre las sábanas de la cama, guardando silencio y tratando de no hacer ruido, quería ver a la ventana, soñar con que, en algún momento su amado lo llamaría con voz dulce al oído para hacerlo regresar del mundo de los sueños. Pero ahora era necesario para poder escuchar aquella voz, necesitaba llamar a morfeo, necesitaba que el dios del sueño viniera en su llamado, acariciara sus cabellos y le susurrara al oído para ayudarle a dormir, solo así ese hombre lo miraría, solo así Law lo amaría.
Mientras la madrugada comenzaba a avanzar acercándose el Alba, Law salía de su apartamento, acomodando sus húmedos cabellos hacia atrás, en esos momentos sólo necesitaba algo en que perderse, su trabajo. Aquella hermosa maldición, lo odiaba porque tenía que levantarse temprano pero lo amaba porque era su mayor anhelo.
En el bolsillo de su pantalón llevaba su teléfono celular el cual comenzó a vibrar, bajo por las escaleras mientras sacaba el susodicho dispositivo para contestar--diga.
--doctor ¿pasará por nosotros?
--¿en donde estan?
--en la casa de Sachi, denos un aventón por favor, le invitaremos el almuerzo si lo hace, pooooooor faaaaaaaa--alargo las palabras el enfermero de gorro con un pingüino intentando convencer al cirujano.
--esta bien, voy para haya--contesto para después colgar. No podía negarle nada a sus amigos, después de todo se conocían desde que iban a la primaria, así que negarles algo ya le era imposible, a menos de que fuera salir con una mujer que ellos eligieran..
.
.Aquellas manos tatuadas acariciaban su mejilla con suavidad, mientras que el pequeño solo se movió suavemente liberando de sus labios un murmullo--cinco minutos más...
--es hora de levantarte, no pienso esperarte--le respondió a lo que el menor se sento de golpe en la cama--vaya, eso fue rápido
--Torao...¿Q-que haces aquí?
--te llevo a la escuela
--¿cómo entraste?
--soy tu vecino, solamente entre porque nunca cierras con llave--se apartó de la cama--vamos
--T-torao... ¡espera! No quiero que te vayas...no aún...yo...yo...
Aquel balbuceo constante del menor llegaba a ponerlo de malas, por lo cual mostrando aquella expresión enfurruñada se acercó al más bajo e inclinándose a su altura lo tomó de las mejillas--ya cierra la boca--dijo serio para poder besarlo..
.
.--¡LUFFY DEJA DE COMERTE LA ALMOHADA!--el menor despertó de golpe, la luz dorada del sol golpeaba directamente a sus ojos, no había sido buena idea dejar la ventana abierta la noche pasada, se giró cerrando los ojos, fue forzado a abrirlos cuando dio la vuelta en dirección a la puerta donde podía ver a su otro hermano mayor quien estaba en lo que parecía ser una bata de baño y con una toalla en la cabeza--¡LAS ALMOHADAS NO SON COMIDA!
Al menor le tomó una décima de segundo reaccionar, notó que tenía en la boca su almohada completamente húmeda por la saliva, la sacó sacando la lengua intentando humedecer sus labios con la misma, estaban resecos y eso le incomodaba bastante, ahora lo recordaba, soñó con el doctor, con su vecino, soñaba como aquel hombre lo besaba, soñó con que entraba a sus aposentos para besarlo, para corresponderle pero no, solo era un sueño más.
--tengo hambre...--susurro intentando que su hermano dejara de verlo de aquella forma.
--si tienes hambre entonces vístete y baja ahora, ya está listo el desayuno.
--¿quién cocino?
--Sabo
--¡Que bueno!--y con estas palabras el pequeño se levantó de golpe para ir corriendo a la cocina.
--¿¡Que acabas de darme a entender!? ¡Oye Luffy!
ESTÁS LEYENDO
El vecino de enfrente. [Finalizada]
Fanfiction[Tercera parte de caperuza roja] Su vida siempre fue pacífica hasta ese día, cuando en el elevador quedó atrapado con un niño, su voz aniñada le molestaba, aquella sonrisa y esos ojos. Era molesto que ahora estuviera todo aquello en su mente, mient...