Capítulo 25. Ojos.

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Si era sincero, ya había olvidado lo que era la tranquilidad al dormir, la última vez que lo hizo fue cuando estaba en el hospital junto a su amada, aún recordaba con claridad cuando la conoció y como en aquellas noches de eterno insomnio, ella era la única capaz de hacerle dormir. Aún no comprendía el secreto, no lo sabía bien ¿Era magia? O tal vez ¿Era el amor? No estaba completamente seguro, solo sabía que en esos instantes el cansancio lo había acabado y dormir en ese cómodo sofá le hizo sentir en confianza, tal vez porque era su costumbre, ya que en el descanso médico solo había sillones para que descansen de esa forma los doctores.
Sin embargo, algo le comenzó a incomodar, frunció el seño, una expresión que parecía estar tatuada en su rostro, abrió los ojos y miro a un extraño grupo de personas mirándolos, tardo unos instantes en procesar, posteriormente lo comprendió, aquel extraño grupo de jóvenes eran los amigos del joven de sombrero de paja, quien en esos instantes se había quedado dormido en sus piernas, no supo en qué momento su cabeza cambio de lugar, pero había empezado a babear al punto de mojar sus pantalones, bajo la mirada posteriormente mostró una expresión de desagrado por lo cual se levantó, dejando caer la cabeza del pequeño en el sofá, sin embargo seguía dormido.
-¿A dónde vas? Luffy se va a despertar buscando
-a dónde yo vaya-interrumpio el doctor a la joven de cabellera naranja-, no es tu asunto.
En cuanto finalizó la oración salió del departamento sin decir palabra alguna, los amigos de Luffy se quedaron en silencio, mirando a la puerta sin saber que decir o hacer.
-pero que tipo tan desagradable-dijo Sanji rompiendo con el silencio-¿Pero que fue lo que miro Luffy en él?
-él...no es desagradable, paso por mucho-se sentó en el sofá y miro a sus amigos-y él me dió una oportunidad y a mis sentimientos, por ello no quiero que hables mal de Torao ¿Sanji me has entendido?
Sabían muy bien que, cuando algo se le metía al joven, era imposible sacarlo de su cabeza, y en cuanto aquel doctor entro en sus pensamientos y robo su corazón, sería imposible hacerlo cambiar de opinión en relación a él. No podían hacer nada más que estar a su lado para protegerlo, y de esa manera cuidarlo, tratando de prevenir cualquier desastre.
Así como el tiempo vuela, los días lo hicieron de igual manera, Luffy solía esperar muy temprano al doctor afuera de su departamento para hablar un poco, o si acaso cruzar unas palabras antes de que el mayor se fuera a trabajar y era lo mismo cuando volvía del trabajo.
Cierta noche cuando llegó el doctor.
-veo que sigues con esa rutina de esperarme aquí-asintio Luffy-, así que dime ¿Por cuánto tiempo más, piensas seguir? No estoy seguro de poder cambiar la imagen que tengo de ti.
-¿Es por lo que ocurrió en el cine?
-no solo eso, escucha, no soy lo que tú piensas, a mí me gustan las mujeres.
-entonces, ¿No me quieres por ser raro?-Law desvío la mirada ante la pregunta del pequeño-¿Es porque soy hombre? ¿Si tuviera tetas me querrías?
-no hablo de eso, he tenido muchas parejas sexuales, pero no me interesa ninguna, la única persona de la cual me enamore fue de una paciente, cometí el error de enamorarme estando en el trabajo y la perdí.
-¡Usame como su remplazo! ¡Yo quiero que tú me quieras! No sé si lo entiendes, tampoco se si te ha pasado que llegas a querer tanto a una persona que el pecho te duele...tanto que ¡Lloras por esa persona! Yo te amo... ¡Te amo mucho, mucho, muchísimo! Y si no puedo tener tu corazón, por lo menos quiero que me uses como si fuera esa persona que tanto amaste, tal vez así te acostumbres y me quieras...
-¿¡Qué no tienes dignidad!? ¿Quien mierda ruega por amor? Si no te amo, no puedes obligarme a amarte, quiero que lo entiendas, aquella vez me precionaste para salir contigo, me sentí obligado a invitarte, y en el cine intentaste llegar más lejos ¿Crees que saldría contigo sabiendo que eres el tipo de persona que obliga a todos a someterse a sus ideales?-miro al menor-¡No! ¡No es así! Ni siquiera entras en mis estándares.
-¡Me haré inteligente! ¡Lo prometo!
-no, ya no-se recargo en la pared usando su hombro, posteriormente miro al pequeño que estaba frente a él, sabía perfectamente lo que pasaba cuando se encariñaba con alguien, tenía perfectamente grabado en la memoria que era lo que ocurría en esos momentos cuando era feliz, sabía mejor que nadie que él tenía problemas con la vida, era como si estuvieran peleados a tal manera que no podía llegar a ser feliz, sin importar cuánto corriera, jamás la alcanzaría-, escucha Luffy, lo mejor será que tomes distancia de mi, por favor.
-¿Por qué?
-porque conozco las riendas de la vida, y lo mejor es que te apartes de mi, lo digo enserio, si no me haces caso, tomaré medidas legales, pediré una orden de restricción por acoso y me cambiaré de casa-miro al menor unos últimos instantes para posteriormente ingresar a su hogar, cerro la puerta que estaba detrás de él y se recargo en ella, tomo una buena bocanada de aire, camino hacia el sofá de su sala, tomo asiento para finalmente cerrar sus ojos-"además me estoy acostumbrando tanto a ti, que siento que es un peligro"-fue lo último que pensó.

El amor es algo completamente extraño en su caso, la única vez que amo todo resultó mal, se podría decir que aquella persona que quería para compartir la eternidad a su lado fue la viva prueba de que no podría ser feliz. Primero sus padres, ahora ella, tal vez si seguía estando en contacto con el pequeño algo malo saldría, quería verlo seguro y feliz, aunque fuera lejos de él, era un trauma enorme después de aquel día.
Pero había algo que no sabía aquel doctor, y era que el pequeño no podía ser feliz, si no era a su lado.

Aquel joven se quedó estático, quieto en silencio, mirando a la puerta, camino un poco, acercándose a la puerta, coloco su oreja en la puerta, con la intención de escucharlo, pero no pudo, aquel hombre siempre era tan silencioso, retrocedió un poco y camino, entro en su departamento, solo por esta vez guardaría el el dolor en su corazón, pero necesitaba hablar con alguien, una persona que le diera esa paz y tranquilidad, necesitaba un consejo, si se quedaba así para siempre lamentándose, se arrepentiría.
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-¡Vaya! Es una enorme sorpresa que hayas recurrido a mi, usualmente solo hemos hablado un par de veces debido a que no te llevas bien con mis hermanos.
-¡Eres la única en la que puedo confiar en esto!-grito un poco más bajo el pequeño mientras miraba a Reiju, la mujer sonreía de una manera preciosa al mismo tiempo que cruzaba sus piernas, una sobre otra, dejando a la vista aquellos tatuajes de sus piernas-, si le digo a Lami cómo van las cosas con su hermano...seguro se enojara... ¡Y no quiero hacer que se sienta obligado! ¡Ya no mas! Torao tiene razón, he sido muy egoísta...
-es impresionante las cosas que el amor logra, eres siempre eres tan imperativo y además dejas en claro que quieres lograr tus objetivos a cualquier costo, gracias a ello logras conquistar el corazón de tus amigos, has cautivado a una de las mujeres más bellas, sin embargo, aquel hombre parece indomable-sonrió-, es muy emocionante.
-Torao es mío.
-no estoy interesada en él, prefiero cumplir antes mis objetivos, además lo mío no es una relación de mucho, prefiero divertirme un rato, estar atada a un lugar no es lo mio-en cuanto llegó su café, sonrió para posteriormente beber un poco de él- "eso sí no estuve con él antes..."
-¿Que debo hacer?
-¿Como de llama ese tal Torao?
-Law.
-¿¡Trafalgar?!
-¿lo conoces?
-lo...lo-aclaro su garganta para sonreír-lo ubico de vista, es doctor en un prestigioso hospital, vas por las grandes ligas pequeño.
-¿Por qué?
-solo te diré que si lo conquistas comprenderás de lo que hablo, después de todo los alemanes tienen buena fama-rio y lo miro-escucha bien Luffy, Law es una persona que necesita su espacio, déjalo pensar, estoy segura que ahora está muy acostumbrado a tu presencia, cuando note que algo falta vendrá a ti, él es muy bipolar y no admite sus emociones por miedo a ser vulnerable.
-entonces...
-sigue con tu vida, vive, vive como si nunca lo ubieras conocido.
-pero, yo comencé a vivir de verdad cuando él llegó a mi vida, no sé si lo sabías pero...yo ya estaba acostumbrado a vivir con la monotonía, todo era rutina y por ende solo reía de las mismas cosas, él llegó para hacerme vivir.
-en ese caso... ¿Que te parece hacer un nuevo amigo? Tengo una amiga, se llama Hiyori, y ella tiene un hermano un poco mayor que tú, sin embargo apesar de ser alguien fuerte a veces actúa como un niño, ella igual-bebio otro sorbo de su café, miro la taza unos instantes para después mirar al joven-estoy segura que conocer a las personas hará tu vida diferente, será un poco distinta, y no tan aburrida, inténtalo.
-vale...pero Torao
-él volverá, estoy segura de ello, también es un romántico a su modo, seguramente cuando note que lo suyo es real, vendrá a ti con un ramo de rosas.
-gracias, Reiju, de verdad gracias
-de nada Luffy, pero dime ¿Por qué elegiste hablar de este tema? Yo no soy muy buena con los asuntos del corazón.
-eso es porque eres la persona más lista y amable del mundo, no te guías por tus emociones, mis amigos estarían vueltos locos, Shanks y mis hermanos también entonces...solo puedo confiarte esto a ti.
-es un honor ser digna de tu confianza Luffy.
-gracias por haberme escuchado-sonrió ampliamente y después de haber pagado por su helado e intentar pagar el café de Reiju quien de negó a ello, volvió a su casa, ahora tenía que comenzar a pensar cómo sería vivir, ya que antes de él, solo era una eterna rutina, comenzó a vivir en cuanto Law llegó, y ahora sin él solo le queda seguir la vida en un modo mecánico, porque no estaría más, pero rezaba y deseaba que fuera así, que las palabras de la mujer de cabellera rosada fueran reales, y que Law volviera, pero esta vez amándolo tanto como él lo ama.

El vecino de enfrente. [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora