La decisión más valiente en la vida de una persona comienza justo en el momento en el cuál admiten que tienen un problema el cuál deben de resolver, algo que le tomo por sorpresa hace años fue cuando aquel hombre del que se enamoró le confesó que no estaba bien y debía de curarse así mismo para poder estar cerca de las personas que quería.Habían pasado 5 años y apesar del tiempo que pasó, lo seguía amando.
Luffy ahora tenía 24 años, había tomado el avión de su último viaje que realizó en aquella larga travesía para su sanación, miraba por la ventana despidiéndose de aquel paraíso peligroso que recibía por nombre "Australia", el joven había estado en todos los países del mundo, conoció a muchas personas ¡Y comió mucha comida! Para cualquiera sería un sueño poder viajar sin limitaciones, únicamente teniendo que ser acompañado por un maestro particular y asistir a las clases de terapia, pero estás de manera virtual.
El moreno había creado un buen vínculo con su psicólogo, Wyper, aquel pelirrojo era amable con él, pero había oído que no tenía tan buen genio cuando se trataba de otras cuestiones, por su parte, su maestro particular también había crecido en su viaje de "crecimiento personal" creando en sí su propia imagen con la cual se sintiera cómodo, y no solamente creando una la cual fuera igual a su padre.
---Luffy-san, pronto volveremos a Japón ¿Está emocionado?--- le pregunto el joven con una sonrisa en el rostro, ya que en el fondo él estaba emocionado por volver a casa, extrañaba a su familia y lo que más quería era demostrar lo mucho que creció, dando a entender que él sería grande a su manera y no siguiendo los mismos pasos que su padre.
---si, les avisé a mis amigos de mi llegada, están todos muy ansiosos.
---¿Irán a verlo al aeropuerto?
Negó con una sonrisa---, no... Les pedí que esperaran en el departamento, les dije lo mismo a mis hermanos ya que Ace quería estar ahí desde el día de ayer con globos y carteles--- rió de aquella imágen que se creo en su mente.
Durante aquella travesía no solo había aprendido, también aprendió a sanarse, además de que aquellos viajes le habían servido para poder hacer algo con lo que solo hace tanto soño, había escrito un libro de aventuras lleno de misterios y emocionantes pasajes, era sorprendente como aquel primer libro que tenía guardado para publicar, solo era parte del prólogo, el inicio de una romántica historia.
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Finalmente había llegado a su hogar, en el aeropuerto se despidió de Momonosuke que fue recibido por una patada voladora por parte de su hermana menor, Hiyori, le había causado bastante gracia la escena y mientras el joven se concentraba en su escape para poder llegar a casa.Apenas ingreso fue recibido por un cálido abrazo proveniente de todos sus amigos y hermanos, estaban tan contentos de verlo ya que Luffy se veía como todo un adulto, sin embargo aún tenía el corazón de un niño, la diferencia era que ahora sus sonrisas, eran reales.
---nos alegra tanto que volvieras--- sonrió Nami mientras miraba al joven quien sonrió y rodeo sus brazos en ella correspondiendo al abrazo, ya que la joven fue la primera en lanzarse sobre él.
---yo también los extrañe ¿Recibieron las postales y cartas que enviaba?--- preguntó con una enorme sonrisa en el rostro.
---¡Claro que sí! ¡Estaba todo suuuupeeer! ¿Enserio estuviste por todos esos lados?--- Luffy asintio ante la pregunta de Franky.
---¡Si! Y mañana necesito que todos me acompañen, iré a una editorial con la que conseguí una cita, yo voy a publicar mi libro.
Ante las palabras del menor los dos hermanos saltaron de alegría ya que, desde que Luffy era un niño había dicho que escribiría un libro donde serían narradas todas sus aventuras, ya que quería conocer todo el mundo. La primera parte de su sueño, que era conocer cada rincón del planeta se había cumplido en aquel lapso de 5 años y ahora tocaba la segunda parte, publicar su libro.
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El vecino de enfrente. [Finalizada]
Fanfic[Tercera parte de caperuza roja] Su vida siempre fue pacífica hasta ese día, cuando en el elevador quedó atrapado con un niño, su voz aniñada le molestaba, aquella sonrisa y esos ojos. Era molesto que ahora estuviera todo aquello en su mente, mient...