La ansiedad del primer ministro

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Mientras Hai Yue Lan disfrutaba de su estadia en el castillo del emperador del invierno, al mismo tiempo, en otro lugar, la situación no podia ser peor.

"¡Xiao Li! ¡Xiao Li! ¡Por favor piensa en lo que estás a punto de hacer!" El triste lamento del emperador resonó a lo largo y ancho de todo el palacio imperial.

En la oscurodad, el hermoso hombre de cabello plateado sujetó con fuerta el cuello de la tunica del emperador y lo miró con ojos oscuros.

"Murong. Ning. Mo..." Las pupilas del primer ministro se tiñieron de rojo mientras se fijaban en el rostro pálido de la otra parte.

El emperador de Tang Lin, un hombre entre los hombres, tragó saliva con dificultad mientra trataba de calmar un poco la situación. "Xiao Li, podemos hablar de esto como personas civilizadas, yo no fui quien se llevó a tú hija...."

"¿Qué me asegura que me estas diciendo la verdad?"

El emperador se sintió indignado, "¡Tampoco tienes pruebas de que fui yo!"

"¿Lo confiesas?"

"¡Te dije que no!"

Mientras ambos discutían, la emperatriz, que se había mantenido al margen desde el principio, de repente abrió la boca, "Hmm, no quiero molestar pero... ¿Podrían irse a otro lugar?"

Hai Li Song se dio la vuelta y descubrió  que todos los ministros de la corte lo observaban con ojos complejos. Solo entonces se dio cuenta de que la situación no era del todo correcta. Tosió un par de veces antes de soltar el cuello del emperador y sonreír con naturalidad.

"Oh, parece que todos estaban mirando."

La hermosa sonrisa en la cara del primer ministro fue suficiente como para erizar el cabello de todos los presentes. Los ministros, que eran hombres astutos e inteligentes, negaron vehementemente con la cabeza ante las palabras del hombre de cabello plateado. Que chiste, desde este momento no vieron nada ni escucharon nada, lastima por el emperador, pero sus vidas eran mas importantes.

"Tos tos... " La emperatriz abrió su abanico y escondió la mitad de su cara. Sus hermosos ojos observaron de reojo a su marido, que aún estaba jadeando en busca de aire.

Su mirada parecía decir: 'Todo es tú culpa, idiota. '

El emperador sintió ganas de escupir sangre. ¡No solo sus ministros le dieron la espalda, ahora incluso su esposa lo mira por debajo del hombro!

Soy el emperador de este pais, ¿Saben?

En cuanto a Hai Li Song, el primer ministro parecía haber perdido la mitad de su vida en las últimas horas. Desde que se enteró de que su preciosa hija se había esfumando en el aire, sintió como si alguien le tirara un balde de agua fría en la cabeza. Por un momento sus piernas temblaron y no pudo levantarse de su asiento durante un largo rato. En el transcurso de las ultimas horas  Hai Li Song, junto con la ayuda de Shiva, movió los hilos e hizo que los guardias imperiales patrullaran varios kilómetros alrededor de la Secta del espíritu.

En el proceso, el primer ministro se enteró de la disputa entre su hija y el hijo mayor del director y no pudo evitar estallar en cólera. Basta decir que si ese joven hubiera tocado un solo cabello de su hija, él, como el padre, lo habría decapitado allí mismo.

En resumen, en tan solo medio día, casi todo el pais de Tang Lin se sumió en un caos sin precedentes.

✳✳✳✳

Volviendo con Hai Yue Lan, la joven se apoyó perezosamente en la mesa de cristal y observó con interés al hombre de cabello plateado que en este momento había enterrado su cabeza en el tazón de arroz.

Desde que Mo Bingxin se enteró de que había comida mucho más deliciosa que fragmentos de hielo, fue como si su estómago se convietiera instantáneamente en un agujero negro. Hai Yue Lan ya había perdido la cuenta de cuántos tazones de arroz se había comido este hombre. Sus ojos miraton la pila de platos sobre el fregadero y sintió que le dolía la cabeza.

Por otro lado, Mo Bingxin, quien no se preocupaba en lo absoluto por su imagen, sujetó con fuerza el tazón ahora vacío, levantó la mirada y observó atentamente a la joven de cabello negro.

"¿Quieres más?" Hai Yue Lan se rió un poco de él.

El hermoso rostro del emperador del invierno se pintó de un ligero tono rosa, sus brillantes ojos parpadearon con timidez antes de asentir  con la cabeza.

Hai Yue Lan sonrió levemente al ver que la barra de progreso sobre Mo Bingxin se disparaba rápidamente a 35% y aún continuaba. Cuanta razón tenía su madre al decir que para conquistar a un hombre, primero debes ganar su estomago. Hai Yue Lan elogió internamente la sabiduría de su madre, antes de levantarse y caminar lentamente hacía la cocina.

Mo Bingxin miró la espalda de la joven y sintió que vivir junto a alguien más no era del todo malo. Pasó su lengua por sus labios y saboreó una vez más el delicioso sabor de la comida. En toda su vida como emperador del invierno, esta era la primera vez que comía un alimento tan calido y colorido, muy diferente del hielo frio que solia consumir. Además, la persoba que cocinaba para él era una mujer joven con cualidades muy extrañas, algo que Mo Bingxin no había visto nunca.

Mo Bingxin sabía desde hace mucho que la joven estaba al tanto de sus antecedentes y los rumores sombríos que circulaban sobre él. Debido a esto, nunca esperó que se quedara demasiado tiempo en su castillo, a decir  verdad, ya estaba listo para pararse en la puerta y decirle adios.

"Sr.Mo, aquí tienes tu decimo tercer plato de arros con estofado de verduras, evita no comer demaduado rápido, ¿vale?"

Mo Bingxin la miró un momento y sonrió, "De acuerdo."

La Heroína Es La Villana LanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora