La Heroína Es La Villana Lan

El segundo encuentro con el ángel con alas de cuervo

Después de lo ocurrido, el primer ministro, Hai Li Song, decidió firmemente llevarse a su pequeña a casa por un tiempo, ya que después de estar separados por tanto tiempo (Menos de una semana) la estaba comenzando a extrañar. Aunque esa fue una razón extremadamente convincente, Shiva, su fiel guardaespaldas, sabía la verdadera razón detrás de todo este drama: 'El primer ministro estaba decidido a probarle a su hija que era un hombre recto y de ninguna manera un manga rota'

Más tarde, después de que la familia de padre e hija llegaran a la mansión, un sirviente informó que hace algunas horas llegaron varios regalos por parte de la emperatriz, todos dirigidos al primer ministro. Además, el enuco que vino a hacer la entrega le dejó una pequeña nota: 'Por el esfuerzo y la valentía del primer ministro, que el cielo y la tierra le den sus bendiciones'

Aunque las palabras fueron bellamente escritas y transmitían sentimientos cálidos y un agradecimiento sincero, cuando el primer ministro lo leyó, Hai Yue Lan pudo ver claramente un rastro de sangre en la boca de su padre. Además el rostro oscurecido de este último fue algo que incluso los fantasmas tendrían que temer.

Fuera de eso, el resto del día pasó muy rápidamente. Por alguna razón el primer ministro, que normalmente estaba ahogado en su trabajo, hoy en día pasaba mucho tiempo en el dormitorio de su hija, hablando incesantemente sobre su juventud y las hazañas heroicas que hizo por el país. Incluso le mostró una imagen suya de cuando tenía la edad de Hai Baishi, jactándose de no solo haber sobresalido en la política, sino también en el arte de la guerra.

Hai Yue Lan lo escuchó en silencio, aunque honestamente no sabía que decir. A decir verdad, cuando vió la imagen de su padre en su etapa de adolecencia, no pudo evitar que la comisura de sus labios temblara. Una tez pálida y delicada como la de una muñeca, ojos rojos bellos como un par de rubíes y un largo cabello plateado que caía libremente sobre su espalda y hombros, este joven bello se destacó un montón de entre todos esos soldados altos y fornidos, casi como una hermosa dama en medio de brutos musculosos...

Si papá llena a esto varonil, entonces a qué se supone que llame femenino, ah?

Hasta aquí, Hai Yue Lan llegó a la conclusión de que si su padre tenía una apariencia afeminada, lo correcto sería decir que su madre era una mujer robusta y autosuficiente, verdad? Solo mira a su hermano mayor, incluso si su rostro se veía exactamente igual al de su padre, ahora que había crecido era un hombre alto y seguía siendo muy masculino.

Oh bueno, el creador de este juego siempre fue muy exigente con respecto a la apariencia, casi todos sus personajes fueron creados con minucioso detalle y eran tan guapos como modelos de revistas, y sin duda el primer ministro fue una de sus principales obras. Hai Yue Lan pensó que si Hai Li Song no fuera el padre de la villana, seguramente hubiese sido un excelente objetivo de captura.

De esa manera, pasaron dos días.

Esta era una mañana calurosa, la señorita de la casa del primer ministro decidió dar un paseo por el mercado de pulgas de la ciudad. Claro que con su identidad no se atrevió a ser demasiado llamativa, se puso una túnica rosa normal con un gran sombrero de bambú en la cabeza, cuyo velo cubría casi toda su cara. Como hija del infame ministro del diablo, era esencial que fuese acompañado, por lo que no tuvo más alternativa que arrastrar a su secretario Fai Dalai, que ahora por alguna razón se había convertido en un aprendiz de guardaespaldas, para que la acompañara.

Fai Dalai, naturalmente no se negó, de todos modos esta era una extraña ocasión en la que podía poner en práctica todo lo aprendido con el señor Shiva.

Mientras caminaba, Hai Yue Lan comenzó a observar los alrededores con interés, sus ojos azules parpadearon como un par de estrellas mientras eran escondidos bajo el suave material del velo.

Sin embargo, cuando estaba a punto de doblar en una esquina, una pequeña figura se interpuso en su camino y antes de que cualquiera de ellos pudiera reaccionar, se escuchó un 'bang' y ambas personas cayeron pesadamente al piso. El rostro normalmente tranquilo de Fai Dalai palideció al instante, sin esperar un segundo más se adelantó y tomó del brazo al sujeto que había chocado con su señora, solo entonces descubrió que el perpetrador era en realidad una jovencita de muy buena apariencia.

Hai Yue Lan, quien ya se había puesto de pié, no cambió su expresión mientras miraba a la niña. Sus ojos fríos como el hielo resultaron ser muy intimidantes, aunque en realidad no fue su intención.

Extrañamente, la niña no se vio obstruida por el fuerte agarre de Fai Dalai, en su lugar tenía los ojos fijos en la hermosa figura de la joven, tratando de distinguir los rasgos ocultos bajo el velo de su sombrero. Solo cuando se encontró con el par de ojos zafiros de la otra parte, un atisbo de alegría cruzó su mirada, sus delgados labios rojos se curvaron en una sonrisa soñadora mientras gritaba, "Gran hermana, ¡Eres tú!"

No solo Hai Yue Lan se sorprendió al escuchar eso, incluso Fai Dalai quien no sabía nada de la situación, se quedó en blanco durante unos segundos.

Las elegantes cejas negras de Hai Yue Lan se arrugaron un poco, observó con detenimiento el rostro tallada en jade de la niña y no pudo evitar suspirar de administración.

Aunque la persona frente a ella no parecía tener más de once o doce años, era bastante alta para las chicas de su edad. Su cabello rojo fuego fue levantado en un hermoso peinado y adornado con muchas flores de loto artificiales, su piel blanca era clara y transparente como un huevo cosido, destacando perfectamente su par de ojos escarlata brillantes y llenos de vida. Aunque su atuendo parecía ser muy simple, la aguda vista de Hai Yue Lan podía decir que cada hilo perteneciente a su vestido fue fabricado a base de plata, ¡E incluso algunos bordes fueron tejidos con oro de verdad!

Pero incluso después de observarla durante un buen rato, Hai Yue Lan aún no podía recordar el rostro de esa muchacha.

Fue entonces, cuando la voz metálica de sistema hizo eco en su cabeza.

[Es el príncipe Tu Cu Xi]