Capítulo 4: Búsqueda, Parte 3

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Lan WangJi había esperado cuatro días en el mismo lugar, no se había movido más que para estirar las piernas adormecidas tras muchas horas en la misma posición, luego había vuelto a meditar frente al lugar en que había visto la espalda de aquella persona desaparecer, recordó su voz y su pecho se sintió hinchado.

Pensó en la posibilidad de que todos esos años hubiera pasado escondido en aquella montaña, siendo parte de una secta, rodeado de gente que lo apreciara y lejos del odio y la envidia, aquello lo aliviaba hasta la médula.

Quería verlo, confirmar si era feliz, mirarlo a los ojos y si era posible, quedarse haciéndole compañía, donde fuera, las veces que le fuera posible, aunque solo pudiera verlo unos pocos minutos, quería hacerlo. Obstinado como era permaneció allí, sin comer, sin beber nada, lo mantenían firme las suposiciones que se atrevía a imaginar. ¿Y si él había sido feliz todo ese tiempo?

Con solo saber que no había desaparecido de este mundo ya se sentía agradecido.

El quinto día se durmió por primera vez, cayó apoyado en el árbol y no despertó hasta entrada la mañana, algo impropio de él.

Despertó a causa de un fuerte aroma a pescado asado, y cuando abrió los ojos un niño con traje blanco y un cabello cortado de manera recta hasta los hombros se divertía mientras soplaba un pescado clavado en una rama y le daba una mordida sentado tan solo a dos metros de él.

- Tú – Lan WangJi se incorporó de pie, pero el niño lo miró desde abajo y estiró un pescado en su dirección.

- Son mis favoritos. – el niño pestañeó inocentemente hacía él, pero incluso si no lo hubiera hecho, por respeto Lan WangJi lo hubiera recibido. Tomó el pescado y se sentó para quedar más a su altura.

- He estado esperando.

- Estas en la puerta incorrecta – le dijo el niño mientras masticaba - Pero fue interesante que llegarás hasta aquí en vez de esperar en la ciudad de piedra.

- No hables mientras comes. – el niño lo miró confundido – Es de mala educación.

- Aaaah... - hizo caso y esperó a tragar para hablar. – Como decía, pensé que te quedarías allá, pero fue divertido que aparecieras aquí justo cuando la carretilla estaba tan pesada que no podíamos llevarla por la puerta principal. – el segundo maestro Lan pensó para sí que su personalidad tenía algunas similitudes con la de Wei WuXian, por lo que se sintió extrañamente cómodo en su compañía desde que se había sentado en frente suyo.

- ¿Wei Ying está contigo? – a pesar de haberlo visto, necesitaba más respuestas.

El niño miró a ambos lados por sobre sus hombros y negó con la cabeza, Lan WangJi lo intentó de nuevo.

- ¿Él está bien?

- Está bien – respondió finalmente el niño, luego lo escaneó profundamente con la mirada. Si bien sus ojos parecían aliviado al escucharlo, no había ni una sola señal más de cambio en él– Eres muy inexpresivo, pensé que estarías feliz.

- Lo estoy. – Lan WangJi lo miró firmemente como si con ello lo afirmara, Shaymin sintió un escalofrío por la intensidad de sus ojos.

- Come, come... vine porque no estabas comiendo. – cuando vio que le dio una mascada, sonrió aún más. – Bien, ya me estaba asustando, sería muy trágico si después de todo este tiempo te murieras de hambre en la puerta trasera de la montaña.

- ¿La entrada principal está en la cumbre de la piedra? – preguntó luego de tragar. El niño asintió.

- ¿No me vas a preguntar nada más? ¿Cómo sé quién eres?... ¿Qué soy? O sobre él, ¿cómo llegó aquí? – él negó en silencio antes de decir algo.

Intrínseco 「WangXian」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora