- Lan Zhan, ¿recibiste respuesta de tu secta? – preguntó una vez descendieron de las espadas y caminaron hasta la puerta que los llevaba a la montaña.
- Mn – asintió – Debo volver mañana.
- ¿Mañana? – aunque Wei WuXian ya lo intuía, no pudo evitar que el puchero se dibujara en sus labios– Pero...
- Volveré – prometió dejando al adolescente mirándolo atónito.
- ¿Puedes? Es decir... ¿te permitirán entrar?
- Mn – la sonrisa que le mostró Wei WuXian hizo que la manzana en el cuello de Lan WangJi temblara, su pecho se sintió desencajado y le fue difícil contener las comisuras de sus labios para dar una respuesta.
- Te estaré esperando – prometió.
Al entrar en la montaña se encontraron con la rutina de estudio de la secta. BaoShan SanRen estaba junto a un grupo de niños enseñándoles a sostener un arco, Mei Fen controlaba un circuito de ejercicios que realizaban los compañeros de clase de Wei WuXian, mientras otros grupos se encontraban en salones recibiendo clases por sus mayores. Saludaron y se adentraron en las habitaciones, era primera vez que Lan WangJi entraba dentro de la gran casa que compartían los discípulos ya que los cuartos de invitados estaban en un lugar apartado. Para su sorpresa no solo era espaciosa, si no que contaba con muebles en salas compartidas y una gran cantidad de estantes repletos de libros, todo estaba ordenado y correctamente organizado. Habían colgantes en todos lados y una gran cantidad de cuadros y tallados en las paredes, las artesanías debían ser creadas por los mismos discípulos ya que todos tenían ciertos patrones en común: los paisajes pertenecían a la montaña y en general todos los dibujos eran pacíficos o denotaban felicidad como la tranquila vida en el lugar.
Los cuartos tenían sus puertas abiertas, eran compartidos de manera dual y estaban ordenados y limpios todos... Menos el de Wei WuXian.
Cuando el adolescente abrió las puertas de su cuarto mostró lo que era definitivamente un cuarto más grande que los otros y además no era compartido. Había una gran cama desordenada en un extremo, en el otro una gran mesa bajo la ventana, la mitad estaba repleta de hojas y apuntes desordenados mientras la otra mitad tenía platillos sucios. Un armario con puertas abiertas dejaba ver el desorden de su ropa como también los cajones que no fueron cerrados. Había una repisa repleta de plumas y tinta, frascos y cajas pequeñas. Otra repisa más arriba de esa tenía lo que parecían ser figuras talladas a medio pintar. En las paredes había dibujos hechos a tinta y junto al escritorio, colgaba una flauta de bambú.
- Sé que está desordenado, pero es que ayer salí con prisa y no encontraba el traje ni la bolsa de qiankun que me había dado la maestra así que... como verás desordené todo buscando.
Lan WangJi no dijo nada, no le creyó. Por su parte Wei WuXian se apresuró en tender la cama y abrir la ventana para luego pedirle que se sentara allí mientras sacaba las cosas de su bolsa. Se llevó con prisa la losa sucia en su escritorio y luego metió todos sus apuntes dentro de una caja que cerró y lanzó bajo la cama. Su habitación aún era un desastre, pero al menos tenía espacios donde dejar lo que había comprado.
Comenzó a sacar las cosas de su bolsa empezando por el pesado amuleto. En cuanto este tuvo contacto con el aire zen del lugar, comenzó a temblar y a rodearse de una atmósfera negra.
- Debe afectarle el aire purificado– no habían terminado de hablar cuando Mei Fen y Shaymin entraron apresurados en la habitación con notable alarma en los ojos. Ella tenía desenfundada su espada mientras su traje desordenado a causa del ejercicio en el campo le propinaba un aire muy poco femenino pero no menos agraciado.
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Intrínseco 「WangXian」
Science FictionLas palabras de un despreocupado adolescente salvan el alma del Patriarca Yiling y la llevan a reencarnar hasta la montaña de la inmortal BaoShan SanRen. Su vida es resguardada por la seguridad de la alejada secta cuya ubicación es desconocida para...