Lan WangJi estaba exhausto, sus rodillas cedieron mientras sentía la mente nublada y los oídos le zumbaban. No pretendía rendirse, no quería hacerlo, no podía permitirse el lujo de caer, pero ya era tarde cuando se dio cuenta de que lo había hecho.
Se había rendido frente al agotamiento, su mente tampoco estaba mucho más activa y se preguntó si sus tantos años de entrenamiento habían sido suficientes o si es que solo se había oxidado desde que Wei Ying se marchó quince años atrás, no podía concebir la idea de que nuevamente no había podido proteger a quienes quería, Lan Yuan estaba a tan solo unos centímetros detrás de él y tenía que protegerlo, con su propia vida de ser necesario. Por el reflejo de su espada notó que alguien se acercaba, un ataque directo en aquella postura le quitaría la vida antes de un suspiro, pero sus reflejos no respondieron y sintió que el corazón se le congelaba a la espera del golpe. Entonces y para su total sorpresa, unos amables brazos lo rodearon con fuerza, lo protegieron y antes de que pudiese sentir alivio por la sensación la realidad lo golpeó. Esos brazos se estaban sacrificando por él.
- ¿Wei... Ying? ¡Wei Ying! – no se preocupó por lo asfixiada que sonaba su propia voz en el momento en que el peso del quinceañero que lo abrazaba se recargó completamente en él, la sangre brotaba por el suelo en cantidades exorbitantes. – no... no, Wei Ying – llamó nuevamente mientras comenzaba a sacudirlo con la poca fuerza que le quedaba, sin embargo no hubo respuesta alguna, a su alrededor todos enmudecieron.
Lan WangJi alejó un poco a Wei WuXian de él para dimensionar la herida, entonces notó que la espada le había atravesado el pecho, precisamente, el corazón. Wei WuXian ya no tenía pulso, no respiraba ni había el más mínimo signo de vida en él.
- ¿Wei Ying? – volvió a preguntar, lo sacudió de manera menos cuidadosa en un ilógico intento de hacerlo despertar, él mismo comenzó a negar con su cabeza y es que la idea se le hizo inconcebible. – Por favor...
Lan SiZhui se acercó a rastras al lado del segundo maestro Lan, no pareció percatarse del estado de este e incluso él mismo no estaba mucho menos impactado, con sus propios ojos observó el rostro del quinceañero ya pálido y frío, cuyos labios comenzaban a volverse levemente purpura. Lan SiZhui se cubrió la boca, como si con ello quisiera mantener dentro el sollozo que lo ahogaba. Frente a él, el segundo maestro Lan abrazó con fuerza a Wei WuXian y escondió su rostro entre sus cabellos flácidos.
Alrededor un par de hombres rompieron el silencio, preguntándose si acababan de presenciar a un joven Patriarca Yiling sacrificándose por HanGuangJun, él mismo cultivador que había realizado el ataque se estaba preguntando si aquel joven hombre realmente era el Patriarca Yiling. Los murmullos alrededor de los túmulos funerarios se hicieron cada vez más bulliciosos y un hombre de túnicas doradas tomó los amuletos que habían resbalado de entre las ropas del joven Wei WuXian mientras Lan WangJi lo balanceaba entre sus brazos, aún sin notar nada de lo que sucedía a su alrededor.
- ¡LianFangZun! – se escuchó decir a un hombre que bajaba velozmente de su espada. Su She se acercaba a prisa y con el rostro notoriamente agitado. Al mirar la escena no pudo evitar sonreír.- Así que ya se libró de él. – dijo con notable alivio, pero por su lado Jin GuangYao quien sostenía los amuletos en su mano simplemente se mantuvo con el ceño fruncido.
- ¿Dónde está Xue Yang? ¿Aún sigue en la batalla?
- Ah, él... – Su She apretó un poco los ojos antes de negar con la cabeza, a su lado el líder de secta Jin lo comprendió de inmediato y solo suspiró.
- Esto es malo.
- ¿Por qué lo es? – preguntó Su She a susurros, notando que algunos cultivadores estaban murmurando demasiado cerca de ellos. – Con el Patriarca Yiling muerto, Los Jades agotados y el líder de secta Jiang sin poderes espirituales, no podría ser un mejor escenario, LianFangZun. – la voz de Su She sonó tan excitada que aquello solo pareció molestar aún más a Jin GuangYao.
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Intrínseco 「WangXian」
Science FictionLas palabras de un despreocupado adolescente salvan el alma del Patriarca Yiling y la llevan a reencarnar hasta la montaña de la inmortal BaoShan SanRen. Su vida es resguardada por la seguridad de la alejada secta cuya ubicación es desconocida para...