Capítulo 5: Ojos Dorados, Parte 1

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Los niños salieron del agua enfadados.

- ¡No volveré a jugar contigo! – le gritó uno mientras lloraba.

- ¡Dolió Wei WuXian! – llorisqueó otro mientras se iban.

- No les hice daño... Son tan débiles.... – bufó el mayor comenzando a vestirse mientras ponía mala cara, era aburrido jugar solo.

Cuando todos los niños se fueron, pateó un par de piedras que estaban junto al lago y se agachó con un puchero en sus labios. Su maestra le había confesado estar preocupada por él, por lo que invitó a los niños al lago que se encontraba en frente de su balcón para que ella lo viera jugar como siempre, pero no funcionó. Aún si intentaba sonreír hasta que le dolieran los músculos del rostro sabía que no la engañaba, lo había notado en los ojos de su maestra, ella sabía la confusión permanente en la que se encontraba desde hacía ya un par de años y que solo se acrecentaba hasta ponerlo cada vez más cabizbajo. Y él no sabía sentirse de aquella manera, no poder contrarrestar aquellos sentimientos lo aislaba cada vez más.

Aún mientras estaba agachado buscando alguna piedra redonda para lanzar, olfateó una suave esencia a sándalo. Como cada vez que sucedía y la brisa le brindaba el placer de oler aquella fragancia, cerró los ojos sintiendo su pecho doler un poco. Respiró profundamente con una extraña sensación de sentimentalismo en él.

- Wei WuXian – lo llamó una de sus compañeras, cuando se volteó notó que estaba acompañada de alguien desconocido, solo un par de pasos detrás de sí. No miró su rostro hasta que se puso de pie y fue entonces que su mirada se concentró en un par de dorados y perfectos ojos con largas pestañas, el rostro era tan atractivo que no pudo dejar de observarlo por largos segundos antes de prestarle atención a la mujer presente.

Ambos se congelaron al contacto visual, pero uno no supo el por qué con certeza.

- La maestra dijo que le muestres la montaña al segundo maestro Lan.

- ¿Ah, una visita? ¿Es... quien estaba esperando fuera...? – la mujer asintió - ¿Por qué yo?

- ¿No puedes obedecer órdenes sin cuestionar por una vez en tu vida? – la mujer se veía molesta. Wei WuXian le bufó.

- Será mejor que lo dejes conmigo antes de que tu mal carácter espante la visita.

- ¡Tú! – comenzó ella, pero luego respiró profundo y se marchó, no sin antes despedirse de Lan WangJi que mantenía un poco de distancia respetuosa.

En cuanto quedaron solos, el silencio apareció, y Wei WuXian lo observó con cuidado.

"¿Quién es? Para que lo hayan dejado entrar debe ser alguien importante... tal vez un antiguo amigo de la maestra. No, no puede ser tan antiguo, sus ojos no son de color verde, pero no son menos claros... Sus ojos son hermosos, como los de mis sueños. Su cara es... atractiva. ¿Por qué me duele tanto el pecho? ¿Será el aroma?"

- Disculpe... pero no sé su nombre – el hombre frente a él movió sus pestañas largas un par de veces, parecía no comprender la pregunta hasta que luego calmadamente se presentó con respeto.

- Lan Zhan, por cortesía Lan WangJi - el impacto de su voz hizo que se ensimismara; sabía que había escuchado esa voz, lo sabía, pero... ¿Dónde? Prácticamente era imposible, solo conocía a quienes habían vivido en la montaña y sus alrededores.

Pasaron unos segundos incómodos en que no dijo nada, pero la persona en frente de él no lo miraba con extrañeza, más bien parecía comprensivo, casi compasivo.

Intrínseco 「WangXian」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora