Capítulo 47: Hazaña, Parte 7

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Jiang Cheng dio un par de vueltas rápidas para observar todo a su alrededor, tenía demasiado calor y no lograba encontrar ninguna figura conocida entre el humo del lugar. Uno de sus discípulos negó con su cabeza a la distancia mientras el fuego consumía la aldea que la secta YunmengJiang había atacado.

Aquí tampoco había rastros de Wei WuXian.

¿Dónde se había metido? Ya habían pasado siete semanas desde que bajó de la montaña con su nuevo núcleo y Wei WuXian no lo había estado esperando en el lugar de encuentro.

¿Dónde estaba? ¿Estaba bien? ¡Tenía que estar bien! "Es Wei WuXian después de todo" se repitió mientras pateaba cadáveres a su paso.

Ya aparecería, él solo rogaba que lo encontraran bien.

- Jiang Cheng... Jiang Cheng despierta. – lo sacudió un brazo fuerte. Cuando abrió los ojos, lo recibió la oscuridad de una habitación con una extraña esencia, aún podía ver las llamas de la aldea frente a sus ojos. Frunció el ceño cuando el dolor de cabeza casi le partía el cráneo, por un segundo creyó que había sido castigado por su madre por lo mucho que le dolía el resto del cuerpo, especialmente las caderas, la zona baja de la espalda y...

- Oh.

- ¿Jiang Cheng? – susurró Lan XiChen confundido. Estaba sentado en la cama en medio de la oscuridad, con sus túnicas características rodeándole elegantemente el cuerpo que horas atrás Jiang Cheng había tocado sin escrúpulos. Cuando el menor se sentó con dificultad en la cama e intentó alejar su pesadilla notó que no solo estaba empapado en sudor sino que lágrimas calientes le habían bañado las pestañas y gran parte de las mejillas. Las tocó con un dedo y luego se lo miró como si este lo hubiera insultado - ¿Estás bien?

- Aún está oscuro, ¿Por qué te levantaste? – mientras hablaba un suave aroma a canela le invadió el olfato – y te diste un baño.

- Solo es un poco más tarde de las cinco. – Lan XiChen encendió una vela y Jiang Cheng entrecerró los ojos sintiendo que le clavaban algo en la cabeza. Realmente se sentía fatal. – Lo siento, pero quiero verte. – se disculpó mientras le limpiaba las lágrimas con sus dedos. – ¿Quieres hablar sobre tu sueño? – El menor negó con la cabeza, cuando removió sus piernas sintió que estaba tan pegajoso que podría pegarse a la pared.

- Quiero darme un baño también.

- Es temprano, deberías descansar.

- No, no... hoy cada uno debe volver a su secta así que será mejor que aprovechemos el tiempo. – ante esas palabras algo pareció iluminar los ojos de Lan XiChen.

- Te prepararé un baño. – avisó antes de ponerse de pie y salir de la habitación.

No era mucho trabajo preparar un baño en Torre Koi, por la noche los sirvientes guardaban el agua hervida en grandes barriles donde se mantenía su temperatura, por supuesto que ya no quemaba luego de una noche fría pero al menos se mantenía caliente. Esto se implantó luego de que el mismo Lan XiChen comenzara a pasar semanas completas en la secta, los sirvientes no se levantaban hasta las siete por lo que dejaban algunas comodidades para las horas en que no habría servicio doméstico que atendiera al líder Lan.

Ya había llenado la bañera cuando se percató de que no habían toallas. Dejó a un testarudo Jiang Cheng solo en la habitación, el líder Jiang se había negado a levantarse desnudo de la cama si el líder Lan continuaba allí, por lo que salió a buscar las toallas mientras él otro cruzaba la habitación hasta meterse en el agua caliente. Para darle más tiempo caminó hasta la cocina para buscar el desayuno, una vez que pasó por fuera del salón de banquetes notó que la puerta aún estaba abierta.

Intrínseco 「WangXian」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora