Capitán J. Conrad

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Habían pasado dos meses desde la excursión a la Isla Calavera. Dos meses desde la última vez que ví a James, después de la entrevista en Monarch no había vuelto a tener noticias de él o de Mason.

Estába en mi departamento en Londres, acomodando algunas cosas, cuando alguien golpea mi puerta, observo por la mirilla de la misma y veo al cartero, abro, recibo una caja y una carta. Le doy algo de propina y vuelvo a entrar. La caja era de Mason y la carta de James. Me hice una taza de té y me fui al balcón para ver qué había en la caja que mando Mason.

Al abrirla ví un montón de fotos, que ella había sacado de todo el viaje, quería que alguien de confianza tuviera una copia, o al menos eso decía en la nota que venía junto. Había varias fotos de todos, pero una llamo mi atención, una foto de James y yo sentados juntos en el bote, cuando volviamos. Tenía mi cabeza recostada en su hombro, y él estaba abrazándome. Suspiré, lo había conocido en el viaje, pero se sintió como si lo conociera de toda la vida.

Después de observar todas las fotos con atención, decidí guardarlas bien. Suspiré y tomé la carta de James, me la había mandado dos semanas después del viaje.

Querida Maggie:

Han pasado dos semanas desde el viaje donde nos conocimos, y debo admitir que no eh dejado de pensar en ti.
No soy un hombre romántico en lo absoluto, pero, sentí la necesidad de escribirte esto, espero que esta carta llegué a tus manos.
Nos conocimos en una situación extraña, no me entrenaron para eso, y se que a ti tampoco. Pero quería agradecerte, me ayudaste muchísimo durante la expedición, no soy un hombre con mucha paciencia, y tú me ayudaste a mantenerme calmado para poder pensar bien las cosas.
En fin, te escribo porque me gustaría que pudiéramos vernos algún día. Se que estás en Londres, yo estaré allí el mes que entra, y de verdad me encantaría volver a verte.
Despertaste en mi un sentimiento que creí muerto hace años, y eso me asusta un poco, pero al mismo tiempo me agrada, había olvidado como se sentía estar enamorado.
Por favor, di recibes esta carta, y aceptas mi invitación, te espero el 16 de febrero en el muelle del London Eye, a las 17hs. Te estaré esperando.

Un beso.
James Conrad.

16 de febrero? Un momento.. es hoy! Hoy es 16 de febrero.
Mire la hora, eran las 16, tenía algo de tiempo. Me metí a la ducha lo más rápido que pude, me cambié y tomé mi bicicleta, llegaría en 30min., esperaba llegar a tiempo, quería verlo.

***
James...

Hoy era el día. Quería verla, quería saber que ella estaría ahí. Pero no podía estar seguro, quizás la carta no le había llegado, o simplemente no tenía intenciones de darme una oportunidad.
Nunca fui un hombre romántico, jamás había amado a alguien. Estaba demasiado ocupado como para siquiera pensar en eso. Pero pasar esos 3 días con ella, con nuestras vidas en riesgo, me hicieron darme cuenta de que estaba desperdiciando mi vida, que llegaría a viejo y estaría solo. Entendí que necesito a alguien a mi lado, la necesito a ella.

Llegué al muelle algo temprano, quería disfrutar la vista, era un día nublado, típico día de invierno en Londres. El cielo estaba completamente gris, lo más probable es que luego lloveria. Pero ahí estaba yo, esperándola, rogando y con esperanzas de que ella aparecería.

17hs marcaba mi reloj, y no había rastro de ella. Quizás se le hizo tarde, decidí esperar un poco más, podría esperar hasta las 18hs, sino, sabría que no le interesaba.
Media hora después, comenzaba a desesperarme, me senté en uno de los bancos que estaba ahí para admirar la vista. Minutos después escuché a alguien llamarme.

James! -reconoci su voz-

-me levanté del banco y voltie, ahí estaba, tan hermosa como la recordaba, algo agitada, había llegado en una bicicleta, lo que me causo algo de gracia. Sonreí y me acerque- viniste.

Si -se acercó a mí y me abrazo- casi que no lo hago, tu carta me llegó hoy.

-correpondi su abrazo, tenerla cerca me llenaba por completo- me alegra de que la hayas leído y que hayas venido -me separé un poco de ella y tomé sus mejillas con mis manos-

Te extrañe -sonrio, mirándome a los ojos- y es extraño porque apenas nos conocemos -sonrio nerviosa y puso sus manos en mi cintura abrazándome- pero, de verdad quiero conocerte más

-sonrei y la acerque a mi y la bese, llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo, temía que no me correspondiera, pero lo hizo casi inmediatamente- descuida, tenemos toda una vida para conocernos -la volví a besar, ya estaba perdido, sus labios eran la perdición-

Después de separarnos nos sentamos en una banca a hablar y empezar a conocernos un poco más. Estaba decidido a que la conocería por completo. Quería estar a su lado, quería que fuera completamente mía para siempre, y por primera vez en mi vida, quería ser suyo, quería pertenecer a su vida y ser parte de ella.

Tom Hiddleston OS {En Pausa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora