~{ Cuarentena }~
Eran las 10 de la noche, Tom debía llegar de Atlanta. Estaba en la casa que compartíamos desde hace 6 años. Estaba asustada, estábamos en cuarentena, y él debía llegar antes de que mi corazón se escapara de mi pecho. El vuelo se había retrasado porque estaban controlando a todos y cada uno de los pasajeros, eso fue hace una hora, y desde entonces no responde mis llamadas ni mensajes.
Decidí bajar a la cocina por un vaso de agua, para tratar de tranquilizarme, cuando la puerta principal de abre, dejándome ver por fin a Tom. Apenas entró a la casa, corrí a abrazarlo.
-sonrio y correspondió mi abrazo, rodeando mi cintura con sus brazos y levantándome un poco del suelo- también te extrañe.
Tonto! Porque no respondías? Casi me muero del susto -me aleje, tenía los ojos aguados con solo pensar que algo podría haberle pasado-
Tranquila cariño -seco mis lágrimas y me volvió a abrazar- todo está bien, ya pasó -beso mi cabeza - ya estoy en casa.
Creí que algo te había pasado -suspire abrazándolo- me aterraba el hecho de no poder ver a my Tomy bear -sonrei mirándolo-
Ya estoy aquí -sonrio acariciando mi mejilla- nadie en el avión presentaba síntomas, pero debemos quedarnos aquí por unas 3 semanas al menos -beso mi frente- my baby bear te extrañe tanto -nos sentamos en el sillón-
Yo también -lo abrace colocando mi cabeza en su clavícula- demasiado -suspire- espero que esto se solucione pronto -lo miré- me alegra de que estés en casa, tenía miedo de que tuvieras que quedarte en Atlanta, no podría sobrellevar esto sin ti -él coloco su frente con la mía-
Yo tampoco podría hacerlo sin ti princesa -me dió un beso corto en los labios- pero confío en que todo esto pronto se solucionará, Dios es grande y sabe por qué pasan las cosas -suspiro yo asentí-
Es verdad -lo abrace fuerte- me permitió pasar esto con mi esposo -sonrei y le di un beso-
Nos quedamos en silencio unos minutos, disfrutando de la compañía del otro, hasta que él hablo una vez más
Que son todas esas bolsas? -dijo mirando la cocina con curiosidad-
-me incorporé mirando a la misma dirección- oh eso, fui de compras para evitar salir otra vez, y tu madre trajo muchísimas cosas, bueno, en realidad fue Emma pero tú madre las envío -sonrei y lo bese- deberías llamarla, debe estar igual de preocupada, o más de lo que yo estaba -sonrei, el asintió y me besó, volví a recostarme en su pecho, mientras él hablaba con su madre-
Esta todo bien? No has salido de la casa verdad? -suspiro- mejor, ni salga madre, si necesitas algo dímelo y o Maggie te lo acercaremos de acuerdo? -sonrio- si, llegue hace un momento, todo está bien -sonrio y me miro- ahora está todo bien -beso mi frente- no olvides lavarte las manos seguido si? Y nada de salir! -sonreí, se escuchaba mas como si fuera su padre no su hijo- bien, adiós. Cuidense. Las amo -sonrio y colgó-
Por un momento creí que te transformarte en su padre -me reí y él también- están todos bien por allá?
-sonrio- si, lo están. Mi padre se encuentra con ellas, no querían que estuviera solo en estar circunstancias. Todos estarán bien -suspiro, algo aliviado-
Después de un momento más de charla ek fue a darse una ducha. YO me puse a desarmar su valija, puse a lavar toda su ropa, y me puse a guardar las cosas en las alacenas, sin olvidar desinfectarlas primero. Él salió de la ducha y bajo conmigo.
En qué te ayudo amor? -me abrazo por la espalda, recostando su mentón en mi hombros-
Podrías hacer un té? -lo miré por sobre mi hombro- uno de vainilla y pera? -sonreí y el me beso-
Lo que sea para mí princesa -sonrio y se fue a hacer el té-
Después de terminar de tomar el té y organizar las cosas, decidimos acostarnos. Ambos estábamos cansados, y sabíamos que el otro día sería largo. Pero estábamos juntos, y eso importaba, no había prueba que nos separara. Tenía la bendición de poder estar con el para afrontar la situación mundial, y esperar a que ese solucione y todos podamos terminar bien este difícil momento para todo el mundo.
