Fiesta-Fiestuki.

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Pasaron los días y en el instituto no se hablaba de otra cosa que no fuera la súper fiesta de Stacy, mi grupo estaba emocionado porque había invitado a todo el mundo.

Maggi me decía que debíamos ir de compras esa tarde por el centro.

—¡Jess! Tenemos que ir al centro comercial y probarnos muchas prendas, al menos yo lo necesito, amiga, no cualquier vestido me queda bien.

—Pero ¿qué dices? Maggi, si tú estás perfecta, tía. ¿No hay espejos en tu casa o qué?

La verdad que Maggi era delgada de la parte de arriba y de abajo era más bien caderona con un muy buen culo respingón, no sé, a mí me hubiera gustado ser de esa complexión, pero yo era muy delgada.

Tenía mucho complejo con mis pechos porque eran como dos limoncitos bien puestos, pero limones, al fin y al cabo.

—Jess, eso es que me ves con buenos ojos y me ves perfecta. —Sonrió como niña pequeña.

Ese día quedamos en reunirnos todos para ir de compras...

Las chicas nos fuimos por un lado, Josh y Joe por el otro, después nos reuniríamos en otro punto para tomar algo.

Me probé mucha ropa. No sabía que ponerme, Mel llegó con un vestido color granate pegado de arriba y con un poco de volumen abajo, de largo unos cuatro dedos arriba de la rodilla, no lo veía escandaloso sino bastante recatado, ya que los otros que me había probado, se me veía hasta el carnet de identidad y si me agachaba se me veía el alma.

Así que decidí comprarme el vestido granate, estaba feliz por esa compra. Mel tenía un estilo increíble con la ropa.

—Mel, deberías ser estilista, sabes lo que las personas necesitan para su cuerpo.

Ella sonreía mientras ayudaba a Maggi con un modelo que también le quedaba como un guante.

Maggi abrió la boca cuando se vio en el espejo...

—¡Sí! ¡Me encanta! Jess tiene razón. Mel, eres la mejor.

Sonreímos todas de emoción y ya con todas nuestras bolsas salimos felices del centro comercial.

La semana pasó volando y el día de la fiesta llegó, habíamos quedado en casa de Mel para arreglarnos porque ella nos peinaría y maquillaría.

Ella me alisó el pelo, me hizo unos rizos en las puntas, delineó mis ojos, me puso base y un maquillaje bastante sutil, no quería parecer el Joker tampoco.

Eso se lo hice saber a ella y se rio con mi comentario.

—Listo, ahora ponte el vestido, los zapatos y vas a alucinar de lo buena que estás, Jess.

Hice lo que me dijo, me miré en el espejo y, efectivamente, parecía otra persona me encantaba como me había maquillado, peinado y el vestido era precioso.

—¡Gracias, Mel! Yo sola no hubiera hecho esto ni de coña.

Entre Maggi y yo maquillamos y peinamos a Mel.

Nos miramos y nos sentimos como Los Ángeles de Charlie.

—¡Esta noche vamos a romper, chicas! —dijo Maggi en un grito profundo.

Llegamos a la famosa casa de Stacy y... ¡Sí! Era muy glamurosa, una mansión con jardines, parking propio donde había ya un montón de coches, ya estaba todo el instituto.

Yo estaba muy nerviosa, era mi primera fiesta, en Miami no iba a ninguna y menos de las populares.

Entramos en la casa, había tanta gente que no podíamos ni caminar. A lo lejos, vimos a Josh y a Joe que nos hacían señas y, por cierto, estaban guapísimos. Llegamos como pudimos donde nos estaban esperando y, juntos salimos a un salón grande que en el centro tenía una mesa de catering donde había snacks y bebidas de todo tipo. En aquella estancia, también, había una puerta corredera de cristal que daba acceso a un jardín.

Dos Polos Opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora