Mi Oportunidad

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Niels

Me dirigía a mi apartamento, pensando en lo que me dijo Jess que necesitaba tiempo para pensar, el tiempo era muy relativo, porque no sabía cuántos días se quedaría aquí.

¡Venga! Piensa Niels me decía yo mismo.

Tuve una idea. Hablar con Dylan y Maggi, ella seguro que sabía cuántos días se quedaría Jess aquí.

Decidí enviar un mensaje a Dylan, sabía que estaban de luna de miel, pero era algo importante para mí.

«¡Dylan, S.O.S.! Tío, te necesito, mejor dicho, necesito toda la información posible sobre Jess.»

Al minuto sentí vibrar el móvil.

«¿Qué quieres saber? Mi hermosa esposa sabe más de lo que nos contó.»

«Lo sé, Dylan, pero la perdono si me dice cuánto tiempo se queda Jess aquí.»

«Me dice... Que mañana se va, venía solo para la boda, no para hacer un tour.»

«Sabe Maggi ¿a qué hora sale su vuelo?»

«Dice que solo hay dos por la tarde y noche, ella cree que se va en el vuelo de tarde.»

«¡Gracias! Dile que está perdonada y siento molestaros, pero, Dylan, es mi oportunidad de recuperarla.»

«¡Suerte, colega! ¡A por ella! ¡Te mereces ser feliz, hermano!»

Llamé al aeropuerto para poder conseguir un vuelo, pero antes, pregunté si Jessica Valles iba en el vuelo de la tarde. Me costó convencer a la operadora, pero, finalmente, me dijeron que sí.

Ni lo dudé, compré dos pasajes en business class y sin pensarlo mucho iba a tomar un paso decisivo en mi vida.

Cogí mi móvil y me puse en contacto con la inmobiliaria de alquiler de mi piso para pagar solo lo de este mes y después llamé a mi hermano, tenía que decirle que no participaría en el proyecto que él tenía en mente.

—Hola, Niels.

—Hola, Mike, tengo que decirte que mañana me voy para Miami, me ha salido una oportunidad de trabajo y...

Me cortó antes de que yo terminara, obviamente le había mentido, si le decía que era por una chica se iba a reír en mi cara. Mike pensaba que las relaciones eran una pérdida de tiempo y que el amor no existía, igual que yo antes de conocer a Jess.

—Qué... ¿Qué? Es una broma, ¿no? Porque ya te digo que no tiene gracia.

—¡No! Es en serio y, Mike, siento que no puedas contar conmigo, pero yo nunca estuve seguro de hacer todo esto.

—¡Niels! No sé cuánto te paga esa empresa, pero yo te doy el doble.

—No se trata de dinero, sino que quiero cambiar de vida, estado y gente. No te ofendas, pero necesito cambiar radicalmente, como me quede en Idaho me arrepentiré toda mi vida, eso sí, te dejaré mi coche mañana temprano, lo aparco en tu casa.

Mi hermano simplemente se quedó callado en el teléfono y antes que dijera algo más, corté la llamada.

No estaba pidiendo permiso, estaba tomando una decisión muy importante.

Puse cuatro cosas en la maleta y me eché en la cama pensando en el gran día.

Esa noche decidí apagar el móvil no me apetecía que mi hermano o alguien más de la familia me molestara, la verdad que tampoco tenía un plan. Lo había hecho todo improvisando.

Al día siguiente, dejé mi coche aparcado en la casa de Mike y las llaves en su buzón, cogí un taxi para el aeropuerto.

Pude ver el rostro sorprendido de Jess, creo que estaba alucinando por toda la situación, estuvimos hablando de todo un poco. Hasta que a ella le pudo el cansancio.

Dos Polos Opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora