Daños Colaterales

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Llegamos a la nueva casa más que nada para dejar el coche de Niels, ya que en el edificio dónde vivíamos solo tenía una plaza y era para mi pequeño coche. Niels estaba más tranquilo, pero no significaba que estuviera menos preocupado.

En esos días que teníamos libres decidimos gastarlos para nuestra nueva casa, yo me dediqué en ir a tiendas de decoración, iba con Scar así ella me daba una opinión.

Niels estaba muy concentrado en el jardín del interior, tenía planeado cosas allí porque los días que salía, estaba reunido con carpinteros y les iba explicando cosas.

Scar ese fin de semana tuvo una súper idea y fue la de salir de discoteca, más que nada para que Niels se distrajera y qué mejor que con nosotras y algunos amigos de mi amiga.

Se lo comenté a Niels y le pareció bien, él no conocía como era la vida nocturna de Miami y tenía curiosidad.

Así que esa noche nos pusimos guapos y nos fuimos de copas, a la zona de fiesta en South Beach, llegamos a la discoteca que nos había dicho Scar, ella tenía un conocido allí. Entramos con unas pulseras que ella había conseguido y mi amiga estaba con un grupo de amigos en la parte alta de la discoteca, la vimos e hicimos señas, había un guardia al cual le enseñamos las pulseras y entramos.

—Heyyy, ¡Jess! ¡Niels! —chilló mi amiga.

Llegamos a la mesa y pude ver a gente que no conocía, pero también estaba Alex, el cual no dudó en venir a saludarnos.

—¡Jess! Mira que somos vecinos, pero ya ni te veo...

—¡Hola! Alex, pues estamos muy ocupados creo yo, por cierto, te presento a Niels.

Aunque ya los había presentado antes en esa incómoda escena en mi casa, él lo miró y le estrechó la mano.

—Niels, espero que te esté gustando nuestra hermosa Florida.

—Es increíble y es mi primera noche de fiesta aquí, tenía mucha curiosidad de saber cómo os divertís.

—Ven, colega, vamos a tomar unas copas —dijo Alex y se llevó a Niels a la barra.

Lo que no sabía Alex era que a Niels no le gustaba mucho la bebida, ya que se cuidaba el cuerpo, era un chico que siempre le gustó el deporte y era muy exquisito con el tema de comidas y bebidas.

Scar se acercó a mí...

—Parece que empiezan muy bien.

—Sí y me alegro mucho, la verdad que extrañaba a ese Alex.

—Mi hermano es impulsivo, Jess, pero nada rencoroso, además, ves a esa morena que está cerca de nosotros, está saliendo con él.

—¡Me parece genial! Alex es muy buen tío, le deseo lo mejor, la verdad.

—Bueno, amiga mía, ahora nos vamos a ir a tomar unos margaritas y a bailar hasta que mis pies sangren.

Scar era la bomba en tema de fiestas y así hicimos, nos bebimos unos margaritas y fuimos a bailar en la pista.

En esta discoteca ponían de todo un poco, algunas veces algo de salsa, ya que estábamos en un estado con más latinos.

Scar y yo nos defendíamos bien con el baile, miré arriba, a la zona donde estaban ellos y vi a Niels que me miraba, le hice señas para que bajara.

A los minutos ya lo tenía frente a mí. A Niels nunca lo había visto bailar, ya que allí en Bonneville sus fiestas eran los juegos, la verdad que bailar no era lo suyo, pero aun así disfruté de su bella compañía.

—¡Lo siento, Jess! Soy un desastre con el baile.

—No tienes por qué disculparte, amor mío. Me encanta solo tenerte aquí.

Dos Polos Opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora