Jess & Niels

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Nuestras narices rozaban y él me daba pequeños besos alrededor de mi boca, sentí cosquilleos en mi estómago de tenerlo así tan amoroso y dulce. Aunque ya había conocido esa parte de él, no podía creer que lo tuviera entre mis brazos otra vez.

—Te extrañé tanto, preciosa, echaba de menos tus besos, tu olor, tus caricias y esa sonrisa con la que me miras cuando estamos así...

No dejaba de mirarlo y acariciar con un dedo sus facciones, estaba atontada admirando su bonito rostro.

—¿Y tú crees que yo no te extrañé?

Me abrazó con fuerza y podía sentir su corazón latir deprisa.

—Sé que ¡sí! Y sé que lloraste y sufriste mucho cuando, yo hice lo que hice por imbécil. Ahora quiero remediar todo eso, Jess, quiero hacerte feliz.

Sonreí por sus palabras, se le veía tan seguro de sí mismo, ya no era ese joven que conocí inmaduro y chulesco.

Mi barriga hizo un notorio ruido, tenía muchísima hambre después de haber estado en tremenda actividad...

—Vamos a desayunar, aunque lo que he preparado tiene que estar frío.

—No importa, lo calentamos en el microondas —añadí.

Me dio un último beso y nos vestimos para devorar nuestro desayuno, aunque me sentí mal por Alex en un comienzo, no podía alejarme otra vez de Niels.

Comimos con ansias, la verdad que estaba todo muy rico.

—Eres muy buen cocinero, en cambio, yo soy un desastre...

—Pues cocinaré las veces que quieras para ti, preciosa. —Me sonrió y guiñó un ojo.

—Debería ir a la farmacia.

—Lo sé, no he usado condón y debí de ser precavido, pero, Jess, tenía tantas ganas de ti que no pensé en ello.

—Ya, si no te lo reprocho, esto es algo entre dos y no quiero ser madre tan joven.

—Pues serías una preciosa mamá, muy sexy y la mejor del mundo. —Lo miré asombrada sin dejar de sonreír—. Y no me mires así que te encierro en ese cuarto y vas a tener que tomar muchas pastillas del día después porque fijo que te dejo embarazada.

Me carcajeé por su comentario...

—¡Venga! Vamos a la farmacia.

Recogimos todo y salimos a comprar la pastilla del día después. Seguí las instrucciones y me la tomé, después hicimos un poco de turismo por Florida.

Niels lo miraba todo, estaba encantado con el clima, las palmeras y las playas, lo bonito que era toda esta ciudad.

Le dije de quedar con Scar a tomar un café cerca de la playa.

Así que la llamé y quedamos.

—¡Jess! Ahora entiendo por qué todo el mundo quiere venir una vez en la vida a Miami, es la bomba y hay mucha vida social, tan diferente a Idaho.

—Me alegro de que te guste. Yo estoy encantada de poder mostrarte mi ciudad.

Llegamos al sitio donde nos citamos con Scar y esperamos a que ella llegara.

Escuché detrás de mí...

—¡Hola! La pareja del momento está aquí —soltó sin ninguna vergüenza.

—¡Hola! Bueno os presento, Scar, Niels... Niels, Scar...

—¡Hola! —dijeron al unísono...

—Espero que te portes bien con mi amiga, chaval, porque si no te pateo el culo.

Dos Polos Opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora