Tu y yo

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Iba a tener una cita oficial con Niels y estaba en las nubes, nada podía hacerme sentir triste, ni de mal humor.

Me puse un vestido corto de color azul, mi pelo liso con algunos rizos en las puntas, me maquillé un poco más de la cuenta, me sentía la más hermosa del planeta porque Niels me hacía sentir de esa manera con todas las cosas que me había dicho el día anterior... De solo recordarlo me venía arriba.

—Me gusta mucho...

Hablo hasta sola ya... Madre mía.

Bajé las escaleras y mis padres estaban viendo la televisión. Un silbido hizo que me girara a verlos y era mi padre...

—Vaya niña más guapa que tenemos, Paz.

—¡Sííí! ¡Guapísima! Se parece a su madre, claro está —añadió guiñándome el ojo.

Me reí de su comentario.

Sonó el timbre y fui corriendo a abrir, me encontré a Niels más guapo que nunca, con su cabello un poco de punta. Sus ojos azules brillaron al verme, su camiseta de color blanco con un jersey azul estaba para comérselo entero.

Él me recorrió entera con su mirada lujuriosa y yo le estampé un beso de bienvenida.

Le dije a mis padres desde la puerta.

—¡Hasta más tarde!

—Pásalo bien, Jess. —Escuché que dijeron...

Nos subimos al coche, él no dejaba de mirarme.

—Eres la mujer más bonita que he conocido en mi vida.

Colocándome el cinturón, le contradije.

—No me mientas, has estado con chicas muy hermosas y muy... —Hice el gesto con mis manos en plan curvas.

Él alzó una ceja...

—No cómo tú, Jess, ¡te lo aseguro!

Aunque no sé si era buena idea mencionar el tema, decidí hacerlo.

—Stacy es muy guapa, se parece a esa cantante rubia Britney Spears cuando era colegiala.

Él me miró, sabía que yo estaba al tanto de sus aventuras, bueno en realidad todo el instituto lo estaba.

—¡Jess! Tú no eres solo una cara bonita, eres eso y mucho más.

Nos dimos un último beso y salimos a nuestro destino.

Llegamos a un restaurante bastante elegante, él estacionó cerca de la entrada, lo tenía todo ya reservado.

El lugar era muy bonito con decoración minimalista, muy moderno con pequeñas luces en el techo como si fueran las estrellas.

—Me encanta el sitio. Es bastante elegante, Niels, no hacía falta.

—Claro que sí hacía falta...

Me cogió de la mano y me la besó.

—Es que tiene que ser bastante costoso.

—No te preocupes por eso, la ocasión lo merece.

Me sonrojé, él tenía tantas palabras tiernas y bonitas conmigo que me sentía en una nube.

De pronto, de manera inesperada mientras le contaba animadamente anécdotas de mi vida, él me preguntó:

—¿Te gustaría ser mi novia?

Lo miré sorprendida por lo que estaba diciendo, además fue todo tan rápido que solo atiné a decir:

—¿Tú qué crees? —Sonreí—. ¡Claro que sí!

Unimos nuestros labios con dulzura, pero nos interrumpió el camarero y nos sirvió la cena... Estaba todo delicioso, quien me iba a decir a mí que en Bonneville iba a encontrar el amor y con un chico tan guapo.

Dos Polos Opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora