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"-fue el destino, yo lo sé, al igual que tú...tal y como ambos sabemos que el destino no será cambiado por ti ya que tú eres para mi-" . .
Una figura masculina de vestimenta roja y blanca en la parte superior, se encontraba tendido en un pequeño río, con su cuerpo lleno de heridas siendo lavadas por el agua.
A pesar de que el sol se levantaba aquel ser que muchos conocían, poseedor de un hermoso cabello plateado y orejas de can, ahora tenía sus hebras de un tono negro y las orejas habían desaparecido.
Inuyasha:-(mierda, que demonios me hizo aquel demonio)
Apretando sus nudillos a tal punto de volverlos totalmente blancos, cuestionando las acciones del demonio que en la noche anterior había atacado a su grupo de amigos.
??:-estas bien?-
Sus pensamientos quedaron en blanco cuando una voz femenina le hablo, era tan dulce y extrañamente sonaba llena de preocupación. Por reflejo elevó su rostro chocando mirar con aquel ser celestial.
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Inuyasha:-(que se supone que debería de responder...)
Tn:-estas muy herido...debo atenderte rápido al parecer aún sangras y estar en el río puede infectar tus heridas!-
Dejando de lado la canasta con frutas que cargaba sobre la hierba, te acercaste al pelinegro, él trato de retroceder ya que extrañamente se le vio imposible articular una palabra para tu persona.
Pero cuando te agachaste y tomaste uno de sus brazos para que rodeara tu cuello a la vez que colocabas tu otra mano alrededor de su cintura se nubló su pensar.
No podía decir claramente a qué olías pero ciertamente le relajaba, dejándose llevar por tu ayuda se levantó y emprendió una dificultosa caminata por un sendero tranquilo, lleno de hierbas y algunos animales pequeños que se dejaban ver.
Una caminata que duro 15 minutos completamente en un silencio, quería escuchar tu voz pero al no saber que decir se quedó callado hasta que llegaron a una casa.
