Capitulo 4

4.4K 698 506
                                    

Cabe resaltar de que seguimos en el mismo bendito escenario desde hace dos capítulos y la maldita espera me hace llorar, pero yo como narrador no tengo derecho de opinión así que

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cabe resaltar de que seguimos en el mismo bendito escenario desde hace dos capítulos y la maldita espera me hace llorar, pero yo como narrador no tengo derecho de opinión así que...Tanjirō entró a la cocina; tenía miedo de que Zenitsu no lo perdonara, pero no debía perder la esperanza.

Desde el comienzo de la secundaria se habían amistado, ninguno de los dos tuvo muchos amigos (El rubio no tenía ninguno a diferencia de Tanjirō, que al menos podía hablar con los demás) Y eso los llevó a en algún punto acercarse. Tuvieron sus diferencias desde el principio, pero supieron lidiar con la actitud del otro.

Sin embargo Zenitsu nunca fue del todo aceptado por los de la clase, y eso (a su pesar) lo sabía perfectamente el pelirrojo. Podían tolerar su presencia, pero nada más allá de eso, las únicas personas que también consideraron al rubio chillón como un amigo fueron Kanao y Muichirō (que tampoco es como si le agradaran mucho a su mejor amigo), y a ellos los conocieron con el transcurso de los años.

De cierta forma todo lo que había gritado el chico en el comedor tenía verdad.

Ok, suficiente, demasiados lamentos y poca acción.

Zenitsu parecía estar lavando los platos, se le veía tenso y nervioso, se apuraba mucho y los dejaba demasiado húmedos en el escurridor. Tanjirō se acercó para hablarle, y ya con lo cerca que estaba se dio cuenta de algo extraño.

Los platos estaban limpios, no había necesidad de lavarlos.

— Zenitsu ¿Qué es lo que estás...?

La voz de su mejor amigo llegó a sus oídos como una alarma de peligro inminente, apenas la escuchó dio un salto del susto que casi le hizo tirar uno de los platos.

— ¿Q-qué haces aquí?

Algo cohibido y arrepentido por sus acciones, el pelirrojizo se encogió un poco en su lugar sin dejar de mirar atentamente a quien estaba frente a sí.

— Vine a...disculparme por todo y...

— N-no, me refiero a ¿Qué haces aquí en la maldita cocina? — Su mejor amigo estaba súper rojísimo, apretaba fuertemente un plato mojado con sus dedos, los cuales ya hacían que por la presión el objeto comenzara a temblar.

— No te entiendo ¿A qué te refie...?

— ¡N-no tienes que pedirme disculpas! Y-yo esta vez me equivoque, regresa a dónde estabas antes.

— ¿Ah? — El pobre Tanjirō no se podía encontrar más confundido — pero si yo... — de nuevo fue interrumpido.

— T-te gusta Hashibira, lo sé, disculpa, los vi sin querer en la sala ¡P-pero no tengo problemas con eso! ¡P-pueden continuar con su beso tranquilamente! Yo e-estoy lavando los platos, s-si, lavando los platos...— Y para completar aquella extraña retahíla de palabras se echó a reír fuerte y nerviosamente mientras regresaba a lavar los platos limpios.

Niño bonito | InoTan (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora