Cuando llegó a la secundaria Inosuke fue el centro de burlas por su afeminado aspecto, le apodaban de mil formas diferentes, pero solo uno quedó grabado en su orgullo; ser llamado "Niño bonito" había despertado su furia completamente, haciendo que r...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sábado llegó más rápido de lo pensado, y con ello el viaje a la playa dio su inicio. La mayoría estaba charlando animadamente afuera de la escuela, otros ayudaban a los profesores que estarían encargados de la supervisión a montar equipaje en los autobuses, y luego estaban los delegados de clase, que tenían el deber de verificar la asistencia.
Eso mismo hacían Tanjirō y Zenitsu, con tablillas en mano se paseaban por el lugar anotando a sus compañeros faltantes en una lista y tachando con una X el nombre del resto en otra. Nezuko también estaba en las mismas, siendo ella la delegada de su clase (influenciada por su hermano mayor), tachaba los nombres de los asistentes mientras que Muichirō (el sub delegado) anotaba a los que no estaban presentes.
Luego de hacer un recuento de cuantos estudiantes estaban allí, y asegurándose de que todos habían traído el permiso firmado por sus padres, comenzaron a dejarles subir a los autobuses. Lo planeado era que los estudiantes de grado mayor fueran en un autobús y los de grado menor en otro, pero debido a que luego del recuento notaron que había un pequeño desnivel entre la cantidad de estudiantes de ambos cursos (debido a algunos estudiantes que confirmaron su ida al viaje de último minuto), tuvieron que hacer unos ligeros cambios.
Ahora en vista de que no quedaban puestos en el bus que usarían los de grado menor, Nezuko y Muichirō tuvieron que viajar en el bus de los del grado mayor, el cual sí tenía algunos puestos libres.
Y pues, Tanjirō planeaba sentarse junto a su hermanita, re normal y re casual, era de esperarse que fuera así, sin embargo luego de las suplicas de Zenitsu, el cual decía no querer compartir asiento con Muichirō (Tanjirō sospechaba que solo lo hacía porque quería sentarse con su hermana. Después de todo también se negó a sentarse con él) Aceptó compartir asiento con el chico de largo cabello oscuro.
El recorrido a la posada en la que se hospedarían no era excesivamente largo, tan solo tardaba entre una o dos horas. Con unos veinticinco minutos ya transcurridos, el pelirrojizo miraba por la ventana intentando distraerse, sintiéndose un tanto incómodo. Muichirō lo llevaba observando desde hace un rato, y no mostraba signos de querer iniciar una conversación por su cuenta, él no era una persona muy habladora, era más bien frío, y solo se mostraba medianamente cálido cuando estaba con su gemelo, así que por su actitud seca (sumándole la repelente y agresiva de su hermano) no mucha gente intentaba hablarle.
¡Ah! ¡Ding, ding, ding! ¡Posible tema de conversación adquirido!
— Es extraño que hayas venido al viaje solo, siempre te veo junto a Yuichirō ¿Por qué no vino?
La pregunta tomó por sorpresa al de ojos azulados, sacándole de la especie de ensoñación que tenía mientras estaba concentrado mirando a su compañero.
— Está enfermo — Respondió con simpleza, retomando su actividad anterior (acosar al chico de ojos rojizos).
Una gotita de sudor resbaló por la sien del pelirrojo. Muy bien, muy bien, Lo intentaría de nuevo.