Capitulo 10

3.3K 505 100
                                    

Cuando llegaron a la posada donde se hospedarían, Tanjirō parecía estar metido en una especie de plano ancestral, del cual no daba indicios de salir al menos durante un buen rato; caminaba con la mirada perdida chocándose con sus compañeros de cla...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando llegaron a la posada donde se hospedarían, Tanjirō parecía estar metido en una especie de plano ancestral, del cual no daba indicios de salir al menos durante un buen rato; caminaba con la mirada perdida chocándose con sus compañeros de clase, se golpeaba contra la pared en algunas ocasiones por no fijarse de hacia dónde iba, e  incluso casi se mata cuando pisó mal uno de los escalones de las escaleras que daban a las habitaciones.

Por otro lado, el rubio parecía estar caminando entre mariposas que revoloteaban alegremente a su alrededor. Su viaje con Nezuko fue una experiencia muy bonita e increíble, hablar con ella había provocado que una manada de elefantes corriera de aquí para allá en su estomago. Se sentía sumamente extasiado por haber tenido una conversación tan larga y amena con la chica; usualmente cuando charlaban apenas y lograban mantener un tema durante un minuto, luego quedaban en silencio y hasta ahí llegaba la cosa ¡Pero esta vez hablaron durante un buen rato! ¡Y cuando no hubo más de lo que conversar, ella simplemente se recostó en su hombro!

Solo le faltaba jugar con ella en la arena para morir feliz.

Sin embargo todo dio un giro de ciento ochenta grados cuando observó al hermano mayor de su crush a punto matarse en las escaleras. A Zenitsu casi le da un infarto al mismo tiempo que detenía la posible caída desastrosa de su amigo ¡¿Qué coño le pasaba?! ¡Daba la impresión de que lo hubieran traumatizado, profanado, o alguna cosa así!

Rato después el rubio estaba que rompía en llanto, por culpa del comportamiento de Tanjirō no solo debía estar al pendiente de él como si fuera una mamá gallina cuidando a su pollito, también tenía que hacer todo el trabajo de Delegado (Ya que el verdadero Delegado no se mostraba en buenas condiciones para poder hacerlo), y no es como si fuera fácil hacer las dos cosas al mismo tiempo.

¡¿Quién fue?! ¡¿Quién le hizo esto a mi pollito?! Gritaba en su mente a la vez que caminaba junto al pelirrojizo, que ahora mantenía amarrado a sí con una cinta decorativa (que servía para amarrar cortinas) que había sacado de la habitación que les fue asignada a ellos.

Justo en estos mismos momentos sí que le hacía honor al apodo Gallinitsu dado por Inosuke.

Y ahora que pensaba en Inosuke ¡Qué bueno que no estaba! O sea, no es que le cayera mal y se sintiera feliz de que su salvaje trasero estuviera a dos horas de donde se encontraba, simplemente era que ya tenía más que suficiente con lidiar con los asuntos de Delegado y con el ausente Kamado, tener al azabache (seguramente correteando por todos lados o fastidiándole para que descubriera el causante del comportamiento de Tanjirō) con él solo hubiera logrado que su cabecita hiciera corto circuito y se muriera de un ataque de ansiedad.

¡Él no podía morirse aun! ¡Primero tenía que construir castillos de arena con Nezuko!

Cerró la última de las habitaciones que debía revisar (para confirmar que todos hayan llegado bien e informar que dentro de una hora debían regresar al bus para ahora si ir a la playa) y con cansancio caminó hacia el cuarto que les había tocado, arrastrando al pelirrojizo que continuaba perdido en la luna.

Y ustedes dirán; Ay pero Zenitsu si es pendejo ¿No era más fácil dejar a Tanjirō encerrado en la habitación o algo así?

Pues bien, ya les explico. Resulta ser que las habitaciones son compartidas de a cuatro personas, esto no le importó mucho realmente (de hecho pensó que sería fácil, ya que alguien más podría encargarse de Tanjirō), así que el rubio pidió amablemente a sus compañeros que por favor cuidaran a su amigo un rato mientras él hacía la revisión... ¡Pero los muy hijos de su reputísima madre ni bola le pararon! Les valió una tremenda verga lo que decía Zenitsu y lo ignoraron totalmente sin importar cuánto insistió.

A modo de venganza, Zenitsu les dijo que debían volver al bus en dos horas para ir a la playa, cambiándoles el tiempo para que los desgraciados perdieran el autobús y no pudieran ir si no hasta que los profesores regresaran a buscar el almuerzo de los estudiantes (Ya les diría después a los profesores alguna excusa con respecto a la ausencia de sus compañeros)

Ah~ en momentos así amaba usar su poder como delegado para el mal.

Llegando al cuarto vio que se encontraba vacío. Agradeció para sus adentros que el par de malditos no estuvieran allí y desamarró la cinta decorativa que le sostenía a Tanjirō (O mejor dicho sostenía a Tanjirō a él), tirándola por ahí y dejando que su mejor amigo se pusiera a caminar por el lugar como atontado chocándose con las camas. Bien, suficiente, esto ya era demasiado estúpido, incluso para él.

Fue hasta el baño, tomó la primera cosa que vio que le serviría para recoger un poco de agua y regresó donde el pelirrojo.

— ¡Ya despierta maldita sea! — gritó tirándole el agua en la cara al chico.

Con ese bididibadidibu con efectos acuáticos, el de aretes de hanafuda salió de su transe, frunciendo el ceño y mirando su uniforme mojado.

— ¿Por qué me mojaste?

A Zenitsu se le iluminó el rostro ¡Había regresado!

— ¡Tanjirō! — Lloriqueó abrazando a su mejor amigo, importándole poco que estuviera todo mojado por culpa suya — ¡Tanjirō! ¡Y-yo...pensé...pensé...! ¡TU IDIOTA! — Lo zarandeó con insistencia y enojo, aun lloriqueando — ¡TUVE QUE HACER LA REVISIÓN CONTIGO AMARRADO A MÍ! ¡¿QUÉ DEMONIOS PASABA POR TU CABEZA PARA QUE SE TE OLVIDARA COMPLETAMENTE QUE TU MEJOR AMIGO ES UN SER FRÁGIL E INESTABLE QUE NECESITA AYUDA CONSTANTEMENTE?! ¡BRUTO!

A medida que escuchaba las acusaciones de su amigo mientras era batido incesantemente, algo hizo click en su cabeza.

— Zenitsu...

— ¡NEL PASTEL! ¡ME ESCUCHAS O ME ESCU-! — Ágilmente, esquivó un cabezazo del pelirrojizo — ¡Oye, oye! ¡Golpes no! ¡Mira que mi preciosa carita no quiere tener que soportar otro morado más grande que mis ganas de vivir!

Sumergidos en un repentino silencio, ambos se miraron directamente a los ojos durante unos segundos...y Zenitsu vio tanto en ese par de rubíes pertenecientes a su mejor amigo que (aguantándose las ganas de seguir con sus gritos al propio estilo drama queen) suspiró y se sentó en la cama que tenía más cerca.

— ¿Qué pasó?


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Niño bonito | InoTan (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora