Cuando llegó a la secundaria Inosuke fue el centro de burlas por su afeminado aspecto, le apodaban de mil formas diferentes, pero solo uno quedó grabado en su orgullo; ser llamado "Niño bonito" había despertado su furia completamente, haciendo que r...
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— Entonces... déjame ver si entendí — expresó entre sorprendido y confundido el chico del suéter amarillo — ¿En el momento que te dejé solo pudieron congeniar bien, lo que llevó a que ahora seas amigo de la bestia y quieras integrarlo a tu circulo social a pesar de que sepas que es alguien demasiado salvaje y con un temperamento de la mierda?
Recibió un cabezazo por pendejo.
— ¡¿Y eso por qué fue?! — el pobre Zenitsu se sobaba su frente golpeada con lagrimitas en los ojos.
— Inosuke no es una bestia, es nuestro amigo y un ser humano, así que no le digas así — El pelirrojizo estaba cruzado de brazos y veía con el ceño levemente fruncido a su mejor amigo.
— Él no es mi amigo — hizo un puchero mirando hacia otro lado, y cuando regreso la vista al frente casi se lleva otro cabezazo por parte de Tanjirō — ¡Estábienestabienestabien! — Alzó la voz atropellando las palabras — No p-puedo decir que sea mi amigo... ¡P-pero puede llegar a serlo!
Satisfecho con las palabras de su acompañante, Tanjirō se levantó de la silla del comedor, estaban en la cafetería desde hace rato, porque (otra vez) tenían horas libres.
El profesor Tengen Uzui, encargado de darles educación artística, se había tomado un tiempo libre (indefinido) porque estaba festejando su luna de miel con las tres profesoras (y ahora sus esposas) Makio, Suma y Hinatsuru, quienes eran las que le hacían suplencia cuando él no estaba.
¿Tres esposas? ¿Es eso factible? Pues bueno mijos yo no sé, pregúntenle a Uzui como le hizo para que el poliamor le funcionara. Volviendo al punto, sin el profesor y las suplentes había quedado el bloque de Educación Artística libre hasta nuevo aviso.
Cosa que no disgustaba a los estudiantes. Aunque con lo papacito que estaba el profesor Uzui y lo preciosas que estaban las profesoras suplentes algunos si debieron quedar algo descontentos.
— ¿A dónde vas?
— Voy a buscar a Inosuke, debe estar solo — respondió dulce el de mirada rojiza.
— Llevas haciendo esto durante dos semanas — se quejó Zenitsu, bufando y frunciendo el ceño algo decaído — te vas con él y me dejas solo ¿Tengo que recordarte que aparte de mi mejor amigo eres el único que tengo?
Y aquí vamos de nuevo...
— Si te molesta quedarte solo acompáñame a ir a verlo — se quejó también Tanjirō, poniendo sus manos a cada lado de su cadera.
— ¡Pero no nos llevamos bien!
— No, tú no sabes tratar con él.
— ¡Bueno, disculpa por no ser un domador de bestias!
Uy.
— ¿Qué insinúas? — Tanjirō comenzaba a enojarse.
— ¡Siempre buscas la forma de caerle bien a todo el mundo! ¡Como en segundo año con Genya o en tercero con Kanao! — Zenitsu estaba gritando y llamando la atención en toda la cafetería.