Cuando llegó a la secundaria Inosuke fue el centro de burlas por su afeminado aspecto, le apodaban de mil formas diferentes, pero solo uno quedó grabado en su orgullo; ser llamado "Niño bonito" había despertado su furia completamente, haciendo que r...
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Su cuerpo actuó solo apenas escuchó esas dos palabras. Fue hasta donde se hallaba recostado el rapado y de un movimiento veloz lo tomó del cuello de la camisa, levantándolo y aproximándolo hacia sí, al mismo tiempo que alzaba su puño para golpearlo en todo el medio del rostro. Y justo cuando este estaba por impactar allí, fue detenido.
Genya sostenía su puño ejerciendo bastante fuerza, podías notarlo al ver como las manos de ambos temblaban, luchando una contra la otra.
El castaño sostuvo también la muñeca perteneciente a la mano que agarraba duramente el cuello de su camisa, apretándola al punto de comenzar a cortarle la circulación.
Sin permitirse la idea de perder ante su contrincante, Inosuke aprovechó que era algo flexible y, levantando su pierna por entre el espacio que los separaba, procedió a su siguiente ataque; Aplastarle las pelotas a su enemigo. Sin embargo, al estar cegado por su repentina ira, y concentrado en ejercer su ataque de castramiento, su contrincante tomó terreno y (literalmente) le dio la vuelta a la balanza.
Antes, Inosuke estaba sobre Genya. Ahora, Genya tenía acorralado a Inosuke contra la cama. Y...
¡Ajá! ¡Los atrapé!
¡Niños! ¡Este tipo de situaciones no deben ser mal pensadas! ¡Esto es serio!
Y pues...em...
Bueno...
Ñe, para qué mentir, yo también lo mal pensé.
A pesar de haber logrado acorralar al azabache, la victoria no le duró mucho (Ambos chicos tenían una fuerza realmente parecida, pero Inosuke lo sobrepasaba por poco) y en un abrir y cerrar de ojos, el azabache le dio vuelta tal cual como él mismo hizo antes.
Solo que esta vez no había cama que amortiguara la caída.
La espalda de Genya se golpeó contra el suelo, haciéndole soltar un ahogado quejido lastimero, hubiera sido menos doloroso de no ser porque Inosuke había caído sobre él. Y no es como que el chico fuera ligero como una pluma...
De un momento a otro, el azabache se había liberado de su agarre, y ahora se hallaba sentado sobre él, sosteniendo sus muñecas fuertemente por sobre su cabeza con una de sus manos, y amenazando con darle un puñetazo al rostro con la otra.
— No te dije eso para ponerme a pelear contigo — Intentó aclarar mirando fijamente el puño que apuntaba tentativamente a su cara.
Inosuke dejó salir una risa sarcástica.
— A buen momento vienes a decir esa mierda ¡Ja! como si te la fuera a creer.
Dicho esto, estuvo a punto de darle el tan esperado golpe.
Si, a punto, porque alguien tocó la puerta.
— Chicos, soy la delegada, vengo a confirmar que llegaron bien y a darles una información.
