A Wagging Tail & A Cold Heart 「Monster!Tododeku AU」

⁺˳‧₊♡࿐❛ TWENTY ❜

Izuku despierta entre los brazos de Shoto, aunque es inconsciente de ello hasta que su olfato se acostumbra al ambiente y se lo hace saber.

El corazón casi se le sale al notar que el semi albino tiene la ropa destrozada, siendo pequeños trozos de tela lo que le evitan estar completamente expuesto. Por su lado sólo tiene la camiseta rasgada por su cambio nocturno, también se da cuenta de la gran cantidad de pelo que ahora cubre su cuerpo, las enormes garras al final de sus dedos y las marcas de las cadenas en sus extremidades. Deja de pensar en sí mismo e intenta despertar al vampiro antes de que sus padres se despierten.

-Shoto- llama en su oído. -Despierta, Shoto, debes irte-

Todoroki se mueve, pero no para levantarse, sino que para darle la espalda y seguir con su sueño. El licántropo sonríe dulcemente, pero no por mucho. Intenta una vez más hasta que no le queda más opción que zarandear a su novio.

-¿Mm?- suelta cómo si no hubiese sido expuesto al brusco movimiento proporcionado por su pareja. -¿Izuku? ¿Qué le pasó a tu cara?-
-Es mi pelaje- responde rápido. -No sé porqué estás aquí ni cuándo llegaste, pero debes irte, mis papás no tardan en levantarse y si te ven aquí nos regañarán a los dos- le dedica una mirada obvia al estado de su ropa.
-Buenos días- Shoto parece no estar escuchándolo, sus brazos se aferran al torso del lobo, dónde se queda pegado cómo si fuese un koala.

Midoriya no se deja enternecer, vuelve a zarandear al semi albino, logrando despertarlo del todo. Le repite una vez más que debe irse, aunque el vampiro se niega, y debido a eso, es echado casi a patadas por el pecoso. Si quiere ser meloso tendrá que esperar hasta que sea hora de ir a clases, porque ahora corre mucho riesgo si es encontrado así por sus familiares.

Suelta un profundo suspiro, sintiéndose un poco mal por ni siquiera darle un beso a su novio, pero ya le dará muchos cuándo se vean en la academia. Abandona el sótano dispuesto a dirigirse al baño para rebajar un poco el pelaje de su rostro, aunque primero va a su habitación para buscar ropa para el día.

La imagen con la que se encuentra si que le hace enternecerse. Eri está dormida en la cama de Izuku, abrazando la almohada de éste, ignorando su unicornio de peluche que tanto adora. El pecoso se acerca a ella para darle un beso en la frente, suave y tierno que por lo menos no la despierta.

Se vuelve hacia su armario, eligiendo una de sus típicas camisetas blancas con extraños estampados y un short azul, finalmente saliendo de su habitación en silencio para no despertar a su hermana menor.

Debe apurarse en afeitarse para alcanzar a llevar a Eri a casa de los Bakugo e ir a tomar el tren que lo lleva a la academia. Sabe que tiene el permiso de su madre para faltar a clases luego de cada luna llena, sin embargo, debe hablar con Shoto acerca de su relación.

Tras cinco minutos escucha los pasos apurados de sus padres fuera del baño. También siente el aroma a pescado y arroz proveniente de la cocina, lo que le abre el apetito.
Pasa la afeitadora por sus mejillas lo más rápido que puede, procurando que todo su rostro quede parejo. Su estómago ruge, así que se arreglará el cabello después de desayunar.

Se ducha para quitar los restos de pelo y el olor a sudor, y se apresura a cambiarse, saliendo finalmente del cuarto de baño, encontrándose con su familia, a quiénes saluda felizmente. Se sienta a un lado de Eri, quién, adormilada, lleva los palillos a su boca, sonriendo cada vez que siente el sabor de la comida.

No puede ni probar el arroz cuándo el timbre suena. Siente el olor de Todoroki provenir desde el otro lado de la puerta principal y aunque quiere levantarse para recibirlo, Toshinori se le adelanta.

-Buenos días, vengo por Izuku para que nos vayamos juntos a la academia, ¿Está listo?- Shoto está algo nervioso, la gran figura de Yagi es intimidante, pero a la vez segura, aunque está claro que la primera descripción es la que más se adjunta a él en ese instante.
-Estamos desayunando, ven, no te quedes ahí parado, joven- el rubio se hace a un lado para dejar pasar al adolescente.
-Gracias- la puerta del jardín es cerrada tras él.