Izuku como hombre lobo tiene muchas buenas cualidades, sin embargo, se le da pésimo ocultar sus emociones ya que su cola lo delata cada vez.
Pero no puede evitar mantenerse cerca de aquel vampiro que lo hace tan feliz.
✩⡱Los personajes de Boku no He...
Tres de sus extremidades se sienten pesadas y cuando abre los ojos se da cuenta del porqué de ello. Tomoe se encuentra durmiendo cruzada sobre su brazo y estómago, mientras que Izuku tiene sus piernas sobre las del moreno, con Shoto también aplastándole uno de sus pies, todos dejándolo inmovilizado.
-Moe- llama al mismo tiempo que lleva su brazo libre a la espalda de la ondina para sacudirla suavemente. -¿Mm?- le hace saber que está despierta, aunque mantiene sus ojos cerrados. -Me estás aplastando- la ve rodar sobre su cuerpo con pereza, pasando a patear al lobo, sin embargo, parece que él ni siquiera sintió el golpe. -¡Nos dormimos!- exclama ella segundos después, impulsándose con sus brazos. Alcanza su móvil, tirando del cargador ya que no puede acercarlo lo suficiente y aprieta el botón de desbloqueo para ver la hora. -Ah...-
Kurosawa piensa en que sería una buena idea cerrar los ojos por unos cinco minutos extra, pero no lo hace debido a la mirada de su primo sobre su ser. Debe admitir que el susto que se llevó con su propia acción la dejó sin sueño alguno.
-¿Te sientes un poco más liberado?- pregunta luego de sentarse y estirarse. -Si, creo que realmente necesitaba hablarlo con ustedes, muchas gracias por soportarme- ella gatea sobre el colchón, dejándose caer sobre el moreno para darle un fuerte abrazo. -Ambos somos Fujioka, ¿No?, somos una familia y yo voy a apoyarte en todo... A no ser de que se te ocurra hacerle daño a los animalitos- Sakimoto suelta una risa nasal, cubriendo el lugar con su mano poco después, negando.
La ondina deja un sonoro beso en la frente de la momia, dedicándole una sonrisa antes de bajar de la cama para colocarse sus pantuflas de dinosaurio. Es en ese momento en que se da cuenta de que falta un integrante en la habitación.
Desde el pasillo puede oír al semi albino hablar con alguien, notándose por su tono de voz que está bastante animado. Al principio parece cómo si hablase por teléfono, pero una vez llega hasta la unión de cuartos nota que hay un nuevo invitado apoyado en el respaldo del sofá.
-¡Hayato!- alza sus brazos, teniendo que mirar hacia arriba para encontrar los ojos de su amigo. -¡Tomoe!- el elfo imita su acción y una vez están cerca, comparten un abrazo que levanta a la ondina del suelo.
Natsuo siente un poco de celos al verlos, aunque éstos lo abandonan una vez la ondina le deja un beso en la mejilla a modo de saludo. Responde de la misma forma, sólo que él le besa la frente a la joven rosa.
Poco a poco comienzan a unirse los demás al ambiente y una vez están todos reunidos, se sirven un desayuno ligero para poder alistarse e irse a su tan esperado viaje por las tres semanas que les quedan de vacaciones.
Según el par de ondinas, hay muchas cosas que hacer en las islas de Okinawa, aunque ninguno está obligado a quedarse en un sólo lugar y tienen la opción de marcharse antes de que se terminen sus días de descanso si así lo desean.
Las maletas están listas, sus estómagos llenos y las ganas no faltan, por lo que sólo queda abordar los aviones correspondientes y esperar a ver que es lo que les espera en las islas al sur de Japón.
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