Izuku como hombre lobo tiene muchas buenas cualidades, sin embargo, se le da pésimo ocultar sus emociones ya que su cola lo delata cada vez.
Pero no puede evitar mantenerse cerca de aquel vampiro que lo hace tan feliz.
✩⡱Los personajes de Boku no He...
Izuku se fuerza a mantener la mirada fija en el vampiro de cabello rojo que tiene en frente, aunque quiere desviarla debido a lo amenazante que es su presencia. Tiene el pelo de todo el cuerpo erizado y de nada ayuda que el mayor abra la boca para hablar.
-¿Así que era éste de quién me hablaste?- Enji se cruza de brazos, con una ceja alzada. Sus ojos azules examinan al licántropo de arriba a abajo. -No lo trates cómo si fuera menos, su nombre es Izuku Midoriya- aclara, con la misma expresión seria, la cual se ablanda al pronunciar el nombre de su novio. -Mm... Señor, quizás a usted no le agrade que esté cerca de él porque soy un lobo, pero quiero mucho a Shoto- aclara con determinación, intentando evitar que sus orejas y su cola muestren miedo. -Shoto no tiene permiso de tener pareja, no hasta que cumpla mil ochocientos- finaliza el gran vampiro, levantándose del suelo para dejar a los jóvenes solos en el salón. Antes de abandonar la habitación, lanza una mirada hacia su hijo, haciéndole saber su castigo, y finalmente, mira al pecoso para dirigirle unas últimas palabras. -Vas a tener que hacer muchas cosas para ganarte mi aceptación-
El shōji se cierra tras el pelirrojo, lo que permite que Izuku suelte todo el aire que ha estado conteniendo en sus pulmones. No tiene ni siquiera un segundo para relajarse porque la pared de papel se abre rápidamente, dejando entrar a dos chicas sorprendidas y alteradas.
-Te envidio, Izuku- confiesa la ondina, gateando hasta el lobo, y tras sentarse frente a él, hace un pequeño puchero. -A mí me tomó casi un año ganarme a Enji, tú prácticamente ya lo tienes en la palma de tu pata- -Papá tiene unos estándares bastante altos por si alguien quiere salir con alguno de nosotros, pero en el fondo sólo quiere que tomemos una buena decisión para que seamos felices- Fuyumi sonríe en dirección a su hermano menor, quién, aunque no lo admite, concuerda con las palabras de la albina. -Bien, iré a recoger las cosas para poder servirles lo que les preparé- -Te ayudar...-
Midoriya se queda a media palabra. La vampiresa se mueve con una velocidad increíble, haciéndole imposible seguirla con la mirada. De tantas idas y vueltas se marea, lo que hace que deba apoyarse en su novio para recuperarse.
-No sean aburridos y hablemos de algo divertido- Tomoe se recuesta sobre el tatami. -¿Sigue en pie lo de irnos a Scaris? Podríamos tomar el tren e ir a Madread o a Mysterilán, me gustaría comer pizza hecha completamente en Italia- -No podré ir, mi padre me dio "la mirada", creo que ya ni siquiera podré salir del país- la ondina infla las mejillas, aunque se recupera tras unos segundos. -Si no puedes salir del país, entonces vamos a Okinawa, puedes decirle que ahí estaremos con mis padres- la joven se levanta de golpe, con la emoción estampada en su rostro. -¡Decidido! ¡Nos vamos a Okinawa!-
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Izuku y Shoto se despiden de los primos en la plataforma del tren y retoman su caminar una vez el vehículo comienza a avanzar, llevándose a ambas ondinas dentro.
El semi albino abre su parasol negro una vez salen de la estación, invitando al lobo a caminar más cerca de él, protegidos del caluroso sol de verano que parece quemar más al caer la tarde. Todoroki incluso debió cambiarse de ropa para proteger su cuerpo, teniendo que soportar las altas temperaturas cómo consecuencia de su debilidad.
