怎 ā€ 怏CapĆ­tulo 1

2.5K 279 174
                                    

Era inicio de clases

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era inicio de clases. Como siempre, me sentaba al medio de la clase. Desde esa posición podía mirar todo lo que el profesor escribía y al mismo tiempo no me encontraba tan adelante. Definiéndome, soy una chica bastante inteligente; voy bien en el colegio, no excelente, pero bien y con eso estoy conforme.

Hay un problema que me tiene bastante preocupada: estoy a punto de cumplir diecinueve y en mis cinco años de preparatoria, no me ha ocurrida nada interesante. Pero es que, hablando enserio, mi vida ha sido salir solo para ir al colegio y luego volver a casa. No tengo muchos amigos, por no decir "ninguno" y sonar muy pesimista. Siento que en parte es culpa mía por no darme el tiempo de conocer personas más a fondo, pero también soy consciente de que las pocas veces que lo he intentado, he fracasado.

No voy a decir que soy la típica chica aislada de la sociedad y despreciada por el mundo, porque no es así. Llevo una relación muy linda con mis familiares, y tengo algunos pasatiempos que, a pesar de no creer que sean interesantes, amo hacerlos. Así que ese no es mi problema... Simplemente quiero decir que no me ha pasado nada interesante en mi vida, nada desde que era una niña de siete años.

La campana sonó dando inicio a la clase. Yo, como todas las mañanas, caminé a mi casillero en busca de los libros de la primer materia de la jornada, y una vez que los tuve a mi alcance cerré mi casillero y caminé tranquilamente a mi salón. Tengo que destacar que hoy es un lindo día, es de esos en los que me encantaría tener una persona especial con quién salir a almorzar después de clases, algo simple como un picnic en el parque, realmente no importa qué... Es un poco vergonzoso no tener a nadie.

Vi la puerta de mi salón de clases a unos pocos pasos de mí, así que me apresuré. Para mi suerte, la puerta estaba abierta y eso significaba que el profesor todavía no había llegado para dictar su clase. Me dirigí a mi asiento de todos los días, abrí mi libro de apuntes y comencé a repasar un poco lo que habíamos visto la clase pasada.

Todo estaba excelente, como siempre, tan tranquilo que se tornaba aburrido. Todo estaba en calma hasta que entraste...

Como todos los días llegaste con tus audífonos blancos puestos, una paleta dulce sabor frutilla entre tus finos labios apenas algo coloreados, tus cabellos colorados ondulados con algunos mechones rebeldes en tu rostro, y con tu infaltable manía de vestirte con tonos rosados. No un rosado como fucsia ni un intermedio, si no, rosa pastel. Desde tu chaqueta hasta los detalles de tus zapatos. Nunca pude evitar notar tu destacable manera de vestir; no por desagrado o algo por el estilo.

No me disgustaste para nada...

Tengo que ser sincera, me llamaste la atención desde que te vi el primer día de clases. Eres callado y bastante misterioso. No prestas atención a nada más que tu música, no conversas con nadie, simplemente vienes y vas. Callado, intentando ser sumiso y no llamar la atención. Aunque, no te veo tímido, simplemente te veo bastante serio y desinteresado. Pero me encantaría conocerte, porque generas el efecto contrario en mí: solo logras que quiera saber más de ti, de tu personalidad y de porqué actúas como actúas. ¿Porqué? No lo sé, dímelo tú.

Pero como siempre, la clase comienza antes de que pueda si quiera pensar en algo que decirte para empezar una conversación.

━━━ « ❀ » ━━━

Mis pasos eran lentos, con algo de fatiga. Mamá me había enviado un texto pidiéndome que pasara a la tienda luego de mis clases para comprar lo necesario para la cena. El mercado no queda a nada más que tres cuadras de mi colegio, sobre el camino que siempre tomo para volver cuando vuelvo caminando; es decir, me queda de pasada.

Mientras voy caminando, voy escuchando música con mis audífonos pequeños. Al ritmo de Don't Panic de Coldplay (la versión del álbum Parachutes), voy mirando el hermoso cielo anaranjado que me regala el atardecer. Aprecio cada nube, cada pedazo de la luna que poco a poco va haciendo presencia, me enamoro completamente de el clima que la tarde me estaba brindando... Era tanta mi fantasía y ensoñación por algo que algunos creerían absurdo, que me choqué con alguien.

—¡Lo siento, iba distraída! Prometo que no va a volv-

Pero quedé congelada y mis palabras se cortaron.

Era él...

Aquel misterioso chico que siempre vestía en tonos rosados. Sus ojos color caramelo me observaron con una expresión casi indescifrable. Me era muy difícil saber que es lo que estaba pasando por su mente ahora mismo, lo cual me intrigaba y me hacía sentirme más atraída a su persona. Abrí mi boca para decir algo más, pero el joven simplemente asintió ante mi anterior disculpa y entró en el mercado al que yo también tenía que ir.

Cuando desperté de mi trance, entré apresuradamente al mercado también. Él ya no estaba, pero de todas formas, no tenía intenciones de entablar conversación ahora, porque con el simple hecho de verlo, me paralizaba; me quedaba tiesa como una roca. Así que busqué lo que tenía que comprar y me acerqué a la única caja del mini-mercado.

Otra vez, ahí estaba él.

—¿Solo eso vas a llevar? —Preguntó el hombre que estaba detrás del mostrador.

El joven de cabellos colorados asintió en respuesta a lo que el señor cuestionó. Comenzó a buscar su chequera, y de ella sacó el dinero suficiente para pagar aquello que iba a llevarse. Había escogido tres paletas dulces, todas sabor frutilla. ¿Acaso tenía algún tipo de adicción a ellas? Era la golosina que siempre llevaba consigo, por eso mi conclusión... Pagó y luego se volteó. Mi corazón se detuvo por un momento. Esos hermosos ojos brillantes volviendo a mirarme de esa forma que solo él sabe llevarla a cabo.

Pero reaccioné ante mi petrificación, y de manera ridícula...

—¡Y-yo no te estaba siguiendo! Solo, t-también tenía que comprar algo. —Dije completamente sonrojada y le mostré las cosas que había recogido.

Él parpadeó con lo que parecía ser sorpresa, acto que me pareció sumamente tierno y me dio ganas de golpearme por ser tan tonta y responder de manera tan estúpida a algo que nunca me preguntó. Él tenía sus audífonos colgados en su cuello, por lo que, sabía que perfectamente me había escuchado. Bajó su mirada hacia las tres paletas dulces de fresa que recién había comprado y extendió su mano con una de ella.

—¿Quieres una? —Preguntó con una expresión dulce pero siempre seria.

Y yo, después de tanto quererlo, por fin había podido escuchar su melodiosa voz.

Primer capítulo de un mini-fanfic al que sé que no le van a dar mucho amor, pero estoy feliz de escribir ^^

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Primer capítulo de un mini-fanfic al que sé que no le van a dar mucho amor, pero estoy feliz de escribir ^^

Pink Palette šŸŒ· ģµœė²”ź·œ Choi Beom-Gyu怐 TERMINADA 怑Donde viven las historias. DescĆŗbrelo ahora