『 ❀ 』Capítulo 26

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-Tuve noticias de tu padre

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-Tuve noticias de tu padre. -comenzó hablando YeonJun mientras tomaba del té que el joven BeomGyu le había ofrecido a regañadientes.

-Él... ¿Sigue en Australia? -preguntó BeomGyu y YeonJun asintió. El joven de cabellos naranjos bufó y puso una mano en su frente, intentando analizar las palabras que YeonJun le decía.

-Sabes, él... Él dice que enserio está muy arrepentido, y qu-

-¡¡No!! -exclamó BeomGyu interrumpiendo las palabras del joven rubio-. ¡No quiero que lo menciones! ¡Lo que él hizo no tiene perdón! ¡Ya no quiero saber de él! -Sus frágiles, pálidas y temblorosas manos se posar en sus oídos, buscando tapándolos y así ya no escuchar-. ¡Te lo suplico!

YeonJun lo miró preocupado y suspiró mirando su té. Ese no era el Choi BeomGyu dulce y amoroso que había conocido años atrás; era un nuevo chico, que estaba escondido detrás de la coraza de la frialdad y de la falsa madurez. Estaba completamente herido, y realmente no era para menos. El rubio apoyó su mejilla en su mano, observando cómo las lágrimas del pequeño y frágil joven de vestimenta rosa pastel caían por sus rojas mejillas.

-BeomGyu... ¿No te parece que es momento de dejar atrás tu pasado?

-¡¿Qué rayos sabes tú, huh?! -gritó BeomGyu.

-Bien, no lo hagas... Pero te pregunto lo siguiente... ¿Te ha servido vivir así? -preguntó YeonJun, dejando a BeomGyu con el nudo en la garganta y las palabras contradictorias en su boca; pues el rubio había dado justo en el clavo.

-Y-yo... -BeomGyu tragó en seco-. Realmente yo... -susurró, cada vez encogiéndose más en su lugar, como si quisiera lograr esconderse-. No... no me ha servido en absoluto...

El joven de cabellos rubios suspiró profundo y tomó otro sorbo de su delicioso té, sabiendo que ahora era el momento de aprovecharse de la vulnerabilidad de BeomGyu para que este pudiese abrir su corazón, expresarse y desahogarse, para concluir en su sanación de forma pura. Él estaba muy lastimado, y quizá nunca tuvo a esa persona con la que contarse este tipo de cosas fuese motivo de apoyo incondicional. Realmente le faltaba un compañero o quizá... una compañera.

-Dime, BeomGyu... ¿Cómo es tu vida guardándole rencor a tu padre y a tu familia?

BeomGyu miraba un punto fijo entre la mesa y YeonJun. Inhaló y exhaló profundamente para luego alzar su mirada y enfocarla en la de aquella persona que tenía en frente. Decidido a comenzar con el relato de esa tristeza que le estaba hiriendo el corazón constantemente, tragó en seco, y lo simplemente lo hizo...

-Mi vida es un desastre, YeonJun... Recuerdo todo tan vívidamente en mi piel, en mi mente, en todos mis sentidos...


-¡BeomGyu! ¡Baja a desayunar! -exclamó la mujer mayor, su madre.

Los pasos de un pequeño BeomGyu bajar las escaleras resonaron por toda la casa. El niño de tan solo seis años tenía una sonrisa plasmada en su bello rostro. En su mano tenía un cuaderno bastante peculiar, negro y algo desgastado. El niño BeomGyu se sentó en la mesa para empezar a desayunar junto a su hermosa familia, su familia adinerada y perfecta. Hasta que el niño tuvo una idea brillante.

-¡Mire, hyung! ¡He hecho un dibujo anoche! -exclamó el pequeño, mostrándole una de las páginas de su cuaderno de dibujos. Su hermano cuatro años mayor miró el dibujo y sonrió con burla arrebatándoselo de las manitos.

-¡Mira, papá! ¡BeomGyu está haciendo dibujitos de niñita! -gritó su hermano mayor y BeomGyu estiraba sus bracitos intentando alcanzar su preciado cuaderno mientras chillaba.

-¡¡Devuélmelo!! -exclamó el pequeño con lágrimas en sus ojos- ¡M-mamá! ¡Pap-pá! ¡Hyung me quitó m-mi cuaderno!

-HyukJoon, devuélvele el juguete a tu hermano. -dijo su padre de forma indiferente, leyendo el diario de la mañana.

-¡Ni siquiera me escuchaste, papá! ¡No es un juguete! -exclamó BeomGyu y sus ojitos se aguaron aún más comenzando a sollozar. Su padre lo miró y suspiró fastidiado.

-¡HyukJoon! -exclamó nuevamente para su hermano y el joven mayor le devolvió el cuaderno de mala gana.

-Ugh, pareces marica haciendo dibujitos. -espetó molesto su hermano mayor.

-HyukJoon, deja de molestar a tu hermano. -ordenó su madre-. Es solo un niño, ya dejará esas tonterías de dibujar.

-¡¿Por qué nadie me escucha?! -chilló BeomGyu sollozando-. ¡Siempre les digo que quiero ser artista!

Su madre lo miró y luego miró a su hermano mayor. Su padre los observó a ambos también. Se escucharon leves ruidos guturales, como si se estuviesen aguantando la risa. Pero no lo hicieron más: los tres comenzaron a reírse a carcajadas, mientras el pequeño sollozaba sin comprender por qué su familia hacía eso.

-P-pero... hablo enserio... ¿P-por qué se ríen?

-BeomGyu, bebé. -habló su madre riendo, limpiando lágrimas imaginarias-. ¡Todos sabemos que solo es un momento! Ya crecerás.

-Sí, ya crecerás y entenderás que la mayoría de los artistas son homosexuales. -afirmó su padre risueño de igual manera.

-¡N-no siempre es así! ¡Enserio! ¡Yo sí quiero ser artista!

-Cállate, BeomGyu, y desayuna. Llegarás tarde a la escuela. -dijo su padre.

BeomGyu hizo un puchero que temblaba demostrando que estaba a punto de largar un estruendoso llanto, pero lo evitó. Tragó ese nudo que tenía en la garganta, tragué mi llanto, no lo hice. Y creo que ese fue mi peor error, porque desde ese día, mis emociones empezaron a reprimirse poco a poco... Aunque, todavía no pasaba lo peor...


ESCUELA DE ARTES DE SEÚL "SHADES".

Los ojitos del pequeño BeomGyu brillaron cuando leyó aquel enorme cartel. Una sonrisa se formó en sus finos labios rosados. Se dio vuelta y comenzó a tironear del saco de su padre para así llamar su atención.

-¡Papi, papi! ¡Mira! ¡Es una escuela de arte! -exclamó él. El hombre lo miró con repulsión.

-¡Cierra la boca, BeomGyu! ¡Están hablando los adultos! ¡Además habíamos quedado en que esas cosas eran de maricas!

BeomGyu una vez más sitió su corazón quebrarse un poquito más... Pero ese día, él decidió que él mismo se ganaría la vida para entrar en ese lugar, no necesitaba a sus padres, él podía hacerlo por sí mismo... Así que cuando cumplió los doce, comenzó a trabajar durante todo un año, recolectando el dinero para la inscripción al estudio, la cual consiguió.

-Bienvenido, Choi BeomGyu. Es esta tu primera clase, ¿Verdad? -preguntó un joven rubio, que tenía una sonrisa completamente amable y dulce. BeomGyu lo observó con admiración, ¿Quién era él? Tan solo asintió con una sonrisa radiante en su boquita-. Bien, me presento. Yo soy Choi YeonJun.

BeomGyu lo miró fijamente con sus dos ojitos brillando como perlas. YeonJun, Choi YeonJun... era un lindo nombre, y el joven se veía súper cariñosos. Aunque todavía no lo conocía bien, y no podía opinar mucho tampoco. Iba a decir algo, pero el joven continuó hablando.

-Y seré tu profesor.

-Y seré tu profesor

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Pink Palette 🌷 최범규 Choi Beom-Gyu【 TERMINADA 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora