Ese chico es callado y misterioso.
Siempre se sienta al fondo de la clase y siempre lleva sus audífonos grandes puestos.
No sé qué tipo de música escucha, ni porqué no presta atención a la clase, pero tengo que decir que me interesa muchísimo conoce...
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—¡¡Llegué!!
El tiempo pareció detenerse y mis ojos se enfocaron en aquel hermoso chico que cruzaba la puerta corriendo con notable desesperación. Una inevitable sonrisa se formó en mis labios y ambos cruzamos miradas. Estoy segura que él se dio cuenta de mis lágrimas, porque su rostro fue de confusión y preocupación, y eso conmovió hasta mi más agudo sentido. El profesor lo miró y acomodó sus gafas para entrelazar sus manos en el escritorio. Luego masajeó su sien y nos miró a todos.
—Tarde, Choi BeomGyu. Tus compañeros ya comenzaron con la exposición del proyecto. —Reprochó el profesor y SooBin y yo lo miramos.
—De hecho, la parte que seguía, es la suya. —Explicó SooBin y yo asentí sonriendo. El profesor suspiró pensándolo y solo hizo un ademán para que BeomGyu se incorporara a nosotros. Él sonrió un poco con alivio, dejó sus cosas en su silla y rápidamente se puso al lado nuestro...
Y comenzó.
Nos sorprendió a todos. Esa faceta tímida que siempre mostraba, no era la que estaba mostrando ahora. Él sabía a la perfección absolutamente TODO lo que tenía que decir, cuando con nosotros no mostraba ni un mínimo interés por acabar el proyecto. Estoy segura que le cerró la boca a más de uno en éste salón, a más de uno que lo juzgó por su apariencia. Y yo no pude evitar dejarme llevar, porque ahora me gustaba más que antes...
La exposición terminó y el profesor asintió anotando algo que supongo yo eran nuestras observaciones. Él nos dio el permiso de volvernos a sentar, se despidió diciéndonos que las notas las sabríamos en la siguiente clase luego de que los últimos grupos expongan y se fue. La campana sonó indicando el comienzo del receso y la hora del almuerzo, y yo aún no podía creer que todo había salido bien, después de tantos momentos estresantes...
Todos nuestros compañeroscomenzaron a levantarse y a salir por la puerta en dirección al gran comedordel instituto. Yo quedé tildada unos segundos. Aún no lo podía creer. Sentí unamano posarse en mi hombro y me giré a ver quién era. Era SooBin que me sonreíade una forma cálida y tranquilizadora. Alzó un poco la mirada y yo me giré paraver juntos a BeomGyu, quién nos miraba algo incómodo y tímido. Yo comencé areír con ternura y felicidad, para luego correr a los brazos de BeomGyu y abrazarlo de forma completamente impulsiva.
| CHOI BEOMGYU |
Mi cuerpo se tensó por completo al sentir su cuerpo abrazando el mío, mis ojos se abrieron como platos ante la cálida sensación de tenerla cerca. Tenía que admitir que no me lo esperaba, pero estaba completamente agradecido. Comencé a dudar en si abrazarla o no. Mi cuerpo empezó a temblar como hoja y yo miré a SooBin entrando en pánico. Él me miró curioso y comenzó a abrazar el aire con lentitud. Lo miré confundido y luego lo capté...
...El me estaba indicando como abrazarla.
¿Me estaba ayudando? No lo podía creer.
Pero a HyeMin le gusta él, no yo... y es demasiado incómodo, y-yo...
Simplemente la abracé con algo de temor, observando como SooBin sonreía contento. ¿Acaso él no gustaba de ella? ¿No se sentía siquiera atraído? Por algo me ayudaba... HyeMin se sorprendió ante mi reacción ante su abrazo. Ella me abrazó más fuerte y el momento se volvió silencioso. Ambos habíamos creado nuestra propia burbuja, o al menos así lo sentía yo. SooBin nos miraba como si estuviera orgulloso. Pero para mi desgracia, el abrazo llegó a su fin. Yo me mantenía serio, como de costumbre.
—¡Ahora vayamos a almorzar! Nos lo merecemos. —Habló SooBin y HyeMin rió con esa melodiosa voz que tiene.
—¡Claro! BeomGyu, ¿Nos acompañas?
A decir verdad, siempre creí estar solo. Nunca me enfoqué en nada más que en mí, y eso me mantenía tranquilo y estable. Siempre fui el callado del salón, pero ni siquiera era tan notado. No hasta que ella apareció... HyeMin me notó y se preocupó por mí cuando para todos siempre fui un pedazo de nada. Incluso cuando le conté acerca de lo que me gustaba hacer, de algo que era bastante extraño, ella simplemente lo ignoró y me dejó formar parte de una pequeña porción de su día a día. Ambos me dejaron formar parte de su amistad a pesar de que intenté mantenerme sereno.
Estoy...
...Aliviado.
—Sí, vamos. Yo... yo quiero ir con ustedes.
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| OMNISCIENTE |
Las risas eran muchas. SooBin y HyeMin eran muy risueños. Contaban acerca de sus espeluznantes pero ahora divertidos nervios. Le contaron a BeomGyu acerca de todo lo que habían sufrido intentando descifrar que es lo que él pensaba, y que tuvieron que arreglárselas solos para lograr hacer el proyecto. BeomGyu los examinaba con curiosidad, así como un niño mira todo su entorno, y sonrió con dulzura, una sonrisa leve que les hizo comprender a los otros dos que estaba cómodo con el ambiente que había entre todos.
—Enserio, al principio creí que me odiabas. —Explicó SooBin riendo y HyeMin rió nerviosa. BeomGyu observó ese nerviosismo en ella. Cierto, él recordó que a HyeMin le gustaba SooBin. Suspiró y miró a SooBin para luego solo encogerse de hombros y tomar de su juguito. Todos rieron. HyeMin detuvo su mirada en uno de los carteles promocionales de la fiesta de Halloween que se estaría dando en dos semanas.
—Oh, cierto que ya casi es Halloween... —Dijo ella y ambos chicos la miraron y luego miraron el folleto pegado en la pared que ella miraba.
—¡Tenemos que venir! —Exclamó SooBin—. Amo Halloween. Amo los disfraces, y los dulces, aunque ya no me los quieran dar...
BeomGyu soltó una risita ante aquello captando la atención de HyeMin.
Qué bonito... pensó ella.
—BeomGyu, debes venir también... —Habló ella con voz dulce y BeomGyu la miró atento.
Él iba a responder, pero... no pudo. Algo captó su atención, logrando que él dejara de prestarle atención a ella. Un hombre de cabellos rubios entraba por la puerta del instituto hacia el comedor con una sonrisa. Era una sonrisa tranquila, pero que hizo a BeomGyu congelar. Pero para su sorpresa, no era el único que lo conocía...
—¡YeonJun! —Exclamó SooBin, y el chico de cabellos rubios se volteó parabuscar aquella voz conocida que lo llamaba y se encontró con él. Una sonrisaenorme se formó en los finos labios del rubio que ahora se sabía que se llamaba YeonJun. Él se acercó a la mesa en donde estaban.
—¡SooBin! ¡Qué sorpresa! —Exclamó YeonJun y luego miró al frente de SooBin, allí estaba... ¿Él? —. ¿BeomGyu? ¡Hey, Choi BeomGyu! —Volvió a exclamar.
Los ojos de BeomGyu se llenaron de lágrimas y simplemente tomó sus cosas, ignorando si olvidaba algo y corrió lejos, en dirección al salón. Su cuerpo temblaba y sus piernas le amenazaban con flaquear. HyeMin y SooBin se miraron confundidos ante eso y luego miraron a YeonJun que estaba igual de preocupados que ellos, pero parecía saber porqué estaba así.
¿Quién rayos era YeonJun?
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