Ese chico es callado y misterioso.
Siempre se sienta al fondo de la clase y siempre lleva sus audífonos grandes puestos.
No sé qué tipo de música escucha, ni porqué no presta atención a la clase, pero tengo que decir que me interesa muchísimo conoce...
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—Me gustas, así es. Y hay muchas cosas que tengo que decirte.
HyeMin lo miró con determinación. Su rostro serio determinaba lo mucho que ella había meditado hacer esto, que se estaba arriesgando a perderlo todo, pero esta vez, haría todo por hacerlo sentir bien y sin dudas. Ya no más juegos de niños, ya no más estupideces de correr, porque sabía que eso era lindo al principio, pero si seguía sin aclarar sus sentimientos, podría perderlo por completo. Y ella no quería para nada que BeomGyu escapara de sus manos, porque él era el chico que ella quería junto a ella ahora mismo...
—Para empezar... —habló ella buscando algo en su bolso, encontrándolo exitosamente y sacándolo del mismo: era el preciado cuaderno de BeomGyu. Una vez que lo tuvo en una de sus manos extendió esta para entregárselo. El joven tomó el cuaderno observándolo con algo de melancolía—. SooBin lo encontró por accidente. Lo olvidaste el día que te fuiste por haber visto a YeonJun.
BeomGyu alzó su mirada mirando a la chica que hablaba, la que le gustaba por completo...
—Él lo vio, quedó sorprendido con tu talento al igual como yo esa vez que también lo encontré por accidente. —siguió explicando.
BeomGyu frunció sus labios. "Debería cuidarlo mejor..." pensó algo insatisfecho.
—Deberías cuidarlo mejor... —dijo ella y BeomGyu la observó pensando en que ella le había leído la mente. HyeMin continuó—: En fin. Él me lo mostró ese día en la cafetería con la intención de que tú entraras a las clases de YeonJun por tu increíble talento, ya que ellos son amigos. —explicó—. Él nunca tuvo mala intención, yo tampoco la tuve...
BeomGyu asintió intentando procesar todo. Se sentía un poco tonto por haberle hecho caso a su ya conocida mente traicionera y escaparse de ellos, como si así solucionara algo... A pesar de todo, SooBin siempre fue bueno con él y jamás mereció el trato que él le dio a él.
—Lamento haberme ido sin siquiera haber averiguado algo del asunto... En serio lo siento mucho. —susurró BeomGyu pero HyeMin negó no aceptando sus disculpas. La culpa era suya, según ella.
—No, no te disculpes... No tienes la culpa de actuar así... Yo también lo hubiese hecho...
Hubo un silencio que sirvió para aclarar la mente. Se necesitaba un poco de paz mental para poder saber qué decir, cómo reaccionar o como seguirse confesándose. En BeomGyu surgió una duda enorme que le había carcomido desde que surgió la situación. Era ahora el momento de aclarar todo, si no después sería demasiado tarde.
—Dices que yo te gusto... —susurró él captando la atención de ella—. Pero me dijiste que te gustaba SooBin... ¿Qué fue eso?
—¡No me gusta SooBin, joder! ¡Fue un impulso de idiotez que me carcomió al no querer confesarme! —exclamó HyeMin y se levantó mirándolo—. ¡El que me gusta eres tú! ¡Me gustas hace mucho tiempo!
