怎 ā€ 怏CapĆ­tulo 5

1.3K 222 117
                                    

No estaba preparada para encontrarlo en esta situación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No estaba preparada para encontrarlo en esta situación. Quería pensar mis palabras, planear el momento en el que le hablaría.

Pero la suerte no está de mi lado.

Y me hizo encontrarme a Choi BeomGyu en el bus.

Sus ojos color miel se fijaron en los míos que estaban algo acuosos por los nervios imprevistos que acababa de sentir. Abrí mi boca para decir algo, pero el bus se detuvo y las puertas se abrieron, indicando que ya debíamos bajar. Ambos bajamos con cuidado de no chocarnos nuevamente. Cuando ambos estuvimos fuera y el autobús se marchó, él me miró nuevamente; yo no le había quitado la vista de encima. ¿Cómo hacerlo? El mundo estaba conspirando en mi contra: encontrándomelo cuando menos lo esperaba, y peor aún, con un objeto que seguramente era muy valioso para él.

Tragué en seco y abrí mi boca nuevamente para intentar hablar, pero él simplemente se volteó y comenzó a caminar a la entrada del colegio. Yo mordí mi labio sintiendo que estaba haciendo algo mal, pero no, no era así. Sacudí mi cabeza sacando aquellos pensamientos de inseguridad y asentí decidida. Caminé a paso apresurado para lograr alcanzarlo y al hacerlo, toqué su hombro. Él se volteó lentamente y me miró con curiosidad. Le hice señas indicándole que se quitara los auriculares, así podría escucharme a lo que él obedeció sin chistar.

Cuando tuve su total atención, carraspeé mi garganta y comencé.

—Hola... ¿Cómo estás? L-lamento el choque de recién, espero que no te haya dolido... —Dije intentando sonar de lo más tranquila posible—. La razón por la que quería hablarte es que... yo... —Quedé en silencio. Mordí mi labio nerviosa y suspiré frustrada ante mi evidente comportamiento. Me quité la mochila y saqué su cuaderno—. Olvidaste esto el Jueves pasado. Yo quise devolvértelo enseguida, pero el Viernes estuve en cama con fiebre todo el día...

Sonreí levemente al notar que había logrado decirlo. Sentí mi conciencia aliviarse. Estiré mi mano con el cuaderno para entregárselo.

—Ten.

Él miró mi mano con su cuaderno y luego me miró a mi. Del bolsillo de su chaqueta rosa pastel sacó una paleta dulce, la desenvolvió y la llevó al interior de su boca (tengo que admitir que no esperaba que él accionara así luego de mi pequeña confesión). Finalmente cogió el cuaderno que tenía en mi mano extendida.

—Gracias. —Dijo él y se dio vuelta para dirigirse a la entrada del colegio como anteriormente lo estaba haciendo.

Quedé algo tensa ante su indiferencia. Siempre actuaba así, pero, ¿Porqué ahora sentía la necesidad de no dejarlo ir así como así? ¿Hoy estaba más valiente de lo normal o qué? Simplemente decidí hacerle caso a mis instintos y lo volví a seguir. Iba a repetir la acción de tocarle el hombro como hace un momento, pero no hizo falta. Él se detuvo y yo me asusté ante eso, por lo que pegué un leve saltito y de igual manera me detuve.

Pasaron unos cinco segundos sin que nadie dijera nada y eso me estaba preocupando...

Pero luego de esos cinco segundos, él habló:

—Dibujar es mi pasión. Dibujo todo lo que se me venga a la mente. Tengo buena memoria para eso. —Dijo él.

Yo me quedé quieta, sin saber qué decir. Él se había dado cuenta de mi intromisión. Fuiste demasiado evidente, HyeMin... ¡Tonta, tonta, tonta! Mi cara se sonrojó, hasta mis orejas estaban rojizas. No tenía cara ni para negarlo. Mordí mi labio y abrí mi boca con intención de disculparme. Pero él siguió con sus palabras.

—No quiero que me veas como alguien raro por haber dibujado a personas de nuestra clase, incluyéndote. —Se volteó para mirarme— No me desprecies, por favor. —Pidió él e hizo una reverencia.

¿Esto era una especie de súplica? Pero él, Choi BeomGyu alias el Chico Misterioso, quién era una persona seria y callada, bastante aislada, ¿Podría suplicarme que no lo viese de ese modo? Si estaba encantada con este chico, ahora lo estaba más. Era demasiado tierno e interesante, nunca dejaba de sorprenderme con cada una de sus acciones. Todo lo que hacía, me volvía más y más curiosa. ¿Cómo podía enojarme con él cuando mi hábito principal era estar pendiente de él? Sería muy hipócrita de mi parte...

—Y-yo... Me haz atrapado. —Dije fingiendo rendirme ante sus palabras—. No te preocupes, yo no puedo decirte nada. He sido yo la que miró tu cuaderno sin autorización. —Dije algo sonrojada.

Él se irguió al escuchar mis palabras. Su rostro denotaba una evidente sorpresa: de seguro esperaba alguna especie de prejuicio de mi parte. Pero no, nunca se lo daría.

—Es extraño contarle esto a otra persona. —Afirmó él algo inquieto e incómodo—. Pero tú no te has mostrado... negativa hacia mí.

—¿Porqué estarlo? —Sonreí dulce ante sus palabras. Estaba evitando no estallar de ternura—. No te pongas incómodo. Yo no soy esa clase de persona.

Él sonrió levemente. La campana que indicaba el inicio de clase sonó haciéndome odiarla. ¡Al fin había logrado hacerlo decir más de tres palabras en una sola oración! Joder, ¿Cuándo volvería a tener ésta oportunidad? No, no iba a dejar que todo muriera aquí así como así. Hoy tenía una pizca de valentía que no tenía nunca; debía aprovecharme de eso.

—Oye... BeomGyu... ¿Haces algo luego de clases? —Dije rápidamente—. Hay una cafetería en la que trabaja mi tía a la que me gustaría invitarte... —Cuando mi mente analizó lo que dije, mi cuerpo reaccionó otorgándome unos nervios descomunales—. ¡P-pero si no puedes o no quieres, está bien! E-es decir, ¡Qué tonta apresurada soy! N-no recuerdas ni mi nombre y se me ocurre invitarte, soy tan torp-

—Vayamos.

Mi cuerpo se tensó y mis ojos se abrieron en grande. Lo miré algo exaltada tratando de no hacer tan obvia mi felicidad ante su respuesta positiva.

—Salgamos juntos hoy. —Afirmó, lo cual hizo que mi corazón estallara de emoción.

No sabía como describir éste sentimiento que se apoderaba de mi ser. Lo único que podía asegurar, es que no lo había sentido nunca antes por nadie, y que era algo agradable. Nunca me imaginé estar hablando así con él, ni mucho menos lograr invitarlo a salir. ¡Ah, HyeMin, lo has conseguido! Al fin vas a salir con BeomGyu, con ese chico que viste ropa de un llamativo color rosa pastel... Lo has logrado...

—Sí... ¡Salgamos juntos hoy!

 ¡Salgamos juntos hoy!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pink Palette šŸŒ· ģµœė²”ź·œ Choi Beom-Gyu怐 TERMINADA 怑Donde viven las historias. DescĆŗbrelo ahora