怎 ā€ 怏CapĆ­tulo 27

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El cuadro que el joven de cabellos naranjos pintaba, era impecable

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El cuadro que el joven de cabellos naranjos pintaba, era impecable. El rostro que retrataba, era bello y casi perfecto. El paisaje que atrás estaba pintado se veía completamente precioso. Sin duda alguna BeomGyu tenía el don, el hermoso talento de crear arte con sus manos y poder plasmarlo en el papel. YeonJun que pasaba por allí revisando los trabajos de todos sus alumnos, se detuvo a observar aquel cuadro que BeomGyu estaba creando. Una sonrisa de sorpresa apareció en sus labios, realmente le encantaba lo que estaba viendo.

—¡Vaya, BeomGyu! ¡Ese trabajo es increíble! —exclamó YeonJun contento, y BeomGyu lo observó desde su asiento, un poco más abajo.

¿Lo es? —preguntó el pequeño, curioso y brillante BeomGyu. YeonJun asintió con orgullo.

—Lo estás haciendo muy bien, enserio tienes el talento, BeomGyu. —afirmó el rubio acariciando los cabellos colorados del menor.

—Gracias, profesor... —susurró él en agradecimiento y luego volvió su vista a su cuadro.

La mente del joven de cabellos naranjas observaba como en su cuadro, todas las paletas del color rosado hacían un bello ambiente lleno de armonía. Quedó completamente enamorado de cómo todos ellos combinaban juntos. ¿Podría ese volverse su color favorito? La campana sonó logrando sacarlo de sus pensamientos profundos y YeonJun miró su reloj de muñeca y luego suspiró.

—Bueno, es hora de irse a casa. Junten sus materiales y ya pueden irse. —afirmó YeonJun.

BeomGyu miró a su profesor con algo de temor. No quería volver a su casa porque su padre ni nadie de su familia sabían que él estaba ahí, que él se pagaba solo la cuota para poder permanecer en el lugar. Sus manos comenzaron a temblar y sus ojos se pusieron algo brillosos, más no llorosos, porque no se podía permitir llorar delante de él. Debía hacer algo para evitar ir a su casa lo más rápido posible. Se levantó rápidamente llamando la atención de YeonJun.

—Profesor, ¿Puedo ir a su casa? O a tomar un café... Es que... —se lo pensó bien, y es que tan solo imaginarse siendo burlado por alguien más que su familia, le aterraba. YeonJun lo miró y enseguida captó que algo andaba mal allí, en su actitud y sus expresiones. Así que no dudó en decir que sí.

—Sí, BeomGyu, ven, vamos a mi casa.

Y ese fue el comienzo de una amistad enorme llena de cariño y protección para BeomGyu. Muchas veces se iba a dormir a la casa de un "compañero" de colegio, pero en realidad era a la casa de su maestro de arte YeonJun. La pasaba super bien, allí podía ser él mismo, sin necesidad de que lo llamaran marica. Además de que con el tiempo la confianza creció y tuvo el valor de contarle su situación familiar... Sus vestimentas comenzaron a cambiar; poco a poco las cosas que usaba fueron volviéndose rosa pastel, porque había descubierto lo hermoso que ese color era. Pero siempre tuvo que aguantarse todo; desde las risas y regaños de sus padres, hasta los prejuicios que él mismo se creaba debido a eso. Era difícil intentar ser él mismo fuera del estudio de artes o de la casa de su profesor. La misma calle lo hacía sentir agobiado.

Pink Palette šŸŒ· ģµœė²”ź·œ Choi Beom-Gyu怐 TERMINADA 怑Donde viven las historias. DescĆŗbrelo ahora