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-Está en Australia. Se escaparon ese mismo día antes que la policía los pudiese atrapar, pero jamás los fueron a buscar. -habló YeonJun.
Ya habían pasado casi tres horas que BeomGyu efectuaba la denuncia, pues había información que no tenía muy en clara, pues él era pequeño y la mitad del tiempo, él estuvo inconsciente. Así que para poder hacer una denuncia completa, BeomGyu decidió llamar a YeonJun, quién sí había estado presente aquel día y en casi todos los momentos de su vida... El oficial de policía iba escribiendo todo lo que ellos iban diciendo, mientras asentía prestándoles atención.
-Según lo que veo aquí, el caso de sus padres, joven BeomGyu, quedó inconcluso hace bastante tiempo. -habló el policía y BeomGyu lo escuchaba con atención-. Buscando sus nombres completos, llegué a sus expedientes, y quedaron en "no hay más rastros para seguir la investigación", por lo que son criminales libres, por así decirlo. -explicó.
BeomGyu frunció levemente el entrecejo y YeonJun suspiró algo frustrado acariciando la espalda del joven BeomGyu. Se arrepentía rotundamente de haberle pedido que lo perdonara, porque por la culpa de aquel hombre que ahora seguro era feliz por la vida en Australia, le había arruinado todo a su hijo en su vida actual. No merecía perdón, merecía cárcel... Pero ahora parecía una causa perdida...
O tal vez... ¿No?
-Lo que yo les recomiendo, en que contraten a alguien que esté dispuesto a viajar a Australia para investigar si éste hombre sigue allí, qué está haciendo, y si alguien más es víctima de sus maltratos hoy en día. -habló el oficial, dándole esperanzas al jovencito de cabellos naranjas y al de cabellos rubios.
Los mencionados levantaron su cabeza baja al mismo tiempo. Eso era... una oportunidad...
-O si no... -el oficial comenzó a pensar. Se le notaba interesado en el caso y eso hacía que BeomGyu se sintiera bastante resguardado y protegido-. Yo tengo colegas policías que viven por esos lados... Puedo hacer algo por ustedes, estoy seguro que algo se puede hacer.
Una sonrisa radiante se plasmó en los labios de YeonJun y luego observó con felicidad a BeomGyu, quién estaba algo sorprendido, y aún no caía del todo en lo que acaba de escuchar. Abrió su boca con su ceño algo fruncido.
-Eso... ¿Eso nos costará mucho dinero? -fue lo primero que preguntó el menor de los tres, y YeonJun dejó de sonreír para mirar al oficial.
-No, porque es nuestro trabajo investigar y hacer justicia. -afirmó el policía-. Y si algo costara dinero, la base lo cubrirá... No se preocupe, joven. Algo se hará. Ese hombre no quedará impune de sus cargos.
BeomGyu suspiró aliviado. Era algo extraño que las cosas estuvieran saliendo bien, era demasiado raro que nada se arruinara. ¿Era este el comienzo de su nueva vida o qué? Le gustaba, sí, pero no se sentía del todo cómodo todavía, pues su mente traicionera aún le ponía advertencias de que todo podía ser un engaño y que las cosas podrían derrumbarse en cualquier instante. Sin embargo, aquella predisposición que BeomGyu estaba creando, se reforzaba de todas esas esperanzas y cosas positivas que le venían sucediendo.
