Entrar a un hotel y lo primero que vez es alguien guapo y escuchar la palabra "Estoy a su servicio" tentador ¿verdad?
↳ ¿Alguna vez has soñado que tu familia muere? Pues sí, aquel sueño que tuvo Wang Yibo se hizo realidad... La muerte de su familia...
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—No se preocupe señor, la homosexualidad solamente está prohibida en la televisión—sonrie.
—Lamento que haya presenciado esta escena desagradable — hace una inclinación.
—¿Desagradable?—cuestiona con su ceño fruncido.
—Sí, debió haber sido desagradable y asqueroso para usted— hace dos reverencias y se va dejando a Yibo.
La reacción del menor al escuchar la palabra "desagradable" no era nada buena. Su cara estaba roja de la molestia, sus ojos amenazaban con lágrimas y su ceño estaba fruncido sus labios temblaban y se sentía humillado.
—Lo siento—la voz del contrario llama la atención del menor. —Si yo no hubiera interrumpido el no hubiera dicho aquella palabra tan dolorosa—se gira para sonreír y dejar solo al menor.
¿Por qué se disculpa? No creo que haya sido su culpa... —piensa Yibo abandonando aquellos sentimientos de tristeza.
Wang Yibo volvió a sus labores, estaba esperando a que nuevos huéspedes llegaran, pues, estaban disponibles pocas habitaciones.
—Bienvenida señorita—sonríe al ver a una hermosa mujer entrar.
—Um, pero que chico más guapo tenemos—sonríe picaramente. —Toma, registrame en la habitación que tu quieras, no hay problema.
—S-Sí señorita—registra a la señorita mientras ella hace una llamada.
—¿Dónde estás?—cuestiona con una voz molesta. —¡Ven por mí! ¡¿Qué haces en tu habitación?!
Yibo se sorprende ante el carácter de la chica frente a él, nunca había conocido a una mujer con tal carácter.
—Llamare a alguien para que lleve sus cosas a su habitación —estaba apuntó de llamar a alguien pero es detenido.
—No es necesario guapo, ya vendrá a alguien—dice con una voz gélida. —¿Cuál es mi habitación?
—Número 50—
—¡Meng Ziyi! —una voz interrumpe la conversación de los jóvenes. Se acerca hacia la chica. —¿Por qué me llamas? ¡No soy tu esclavo!
—¡Lleva mis cosas a la habitación número 50! —ordena. —Rápido—
Meng Ziyi deja solo a su amigo, dejándolo solo con el recepcionista.
—Señor, no tiene porque hacer esto. Permitame llevarlo.—estaba a punto de ayudar hasta que la voz cálida del chico lo detiene.
—No es necesario, gracias. Además, tu estas a mi servicio no al de ella—toma las cosas de la chica y se va en dirección de donde se fue la chica.
—¿A su servicio? —se cuestiona. —Yo estoy al servicio de todos, esa palabra la tengo que decir solo para quedar bien con la gente.
