Hazel
Me encontraba tomando algunos productos de higiene personal de el estante del baño para colocarlos en mi maleta.
Minutos después, luego de haber hecho un repaso mental para verificar que no me faltara nada. Decidí, con aire resignado, cerrar la misma.
El pasado lunes, los docentes de el instituto anunciaron que se llevaría a cabo un viaje escolar, hacia unas montañas que estaban a unas pocas horas de Seattle.
Al principio me negué abruptamente, pero al pasar de los días, Faith me fue rogando hasta que decidí aceptar.
No voy a negar que la idea de que Ranger asistiera a el viaje me producía unos incómodos escalofríos.
No hemos cruzado ni la mínima palabra desde que nos besamos aquel día en mi casa.
Ha pasado una semana exactamente.
Solo lo he visto caminando por el pasillo de el instituto, dedicándome miradas fugaces que hasta el sol de hoy, no puedo descifrar.
En esta semana he tratado de engañarme a mi misma argumentando que Ranger no me gusta, no me atrae, y mucho menos, me estoy enamorando de él.
Pero hay momentos en los que solo pienso en él. Y me regaño a mi misma por eso.
Masoquista.
Puedo pasar un rato largo contando las veces que me he llamado de esa forma.
Aún no logro entender por qué siempre me tienen que atraer las cosas que me hacen daño.
Tal vez estoy rota, y trato de buscar a alguien que esté igual.
El sonido alejado de el timbre me empuja fuera de mis pensamientos.
Bajo a paso apurado las escaleras y al abrir la puerta, me encuentro con una entusiasmada y sonriente Faith.
—¡Es hora de irnos!— chilla.
Ruedo los ojos.
—Qué emoción— digo sarcásticamente.
Faith me saca la lengua en un gesto infantil y me da un empujón para poder entrar.
Momentos después, logro ver a mamá bajando las escaleras.
Aún no entiendo la mirada de incertidumbre que le da a Faith cada vez que la ve. La mira con terror y pánico. La mira como si ya la conociera.
Subo los escalones en rumbo a buscar mi maleta.
Después de revisar por tercera vez que no estuviera olvidando algo, procedí a bajar.
Minutos después, ya me encontraba despidiéndome de mamá.
—Cuídate Hazel, y por favor diviértete. Llámame al llegar— dice dejando un beso sonoro en mi mejilla.
Después de despedirme una vez más de mamá, Faith y yo nos dirigimos a su carro y echamos a andar nuestro camino hacia el instituto.
*
Un alivio incómodo recorrió mi cuerpo cuando entré al autobús y no vi a Ranger por ningún lado.
Al mismo tiempo un destello de decepción me rozó levemente.
Una parte de mi quería encontrarlo sentado en algún asiento, con su cara de pocos amigos y su capucha cubriendo mitad de su cabeza.
Pero eso no sucedió.
Y está bien, no lo necesito.
Que no lo necesites, no significa que no lo extrañes. Me susurró la conciencia.
Mi mente me estaba jugando malas pasadas con respecto a Ranger.
Faith y yo logramos encontrar dos asientos libres en la parte de atrás de el bus.
Aproximadamente media hora después, un profesor anunció que en escasos momentos estaríamos partiendo a nuestro destino.
—Pónganse cómodos muchachos, nos esperan unas cinco horas de viaje.
Suspire con cansancio y me coloqué uno de esos antifaces para dormir.
*
—¡Hazel despierta!— me sobresalté al sentir a alguien sacudiéndome.
Abrí los ojos de golpe y la cara de Faith apareció en mi campo de visión.
—¿Ah?— murmuro.
—¡Ya llegamos!
—Yupi— digo sarcásticamente.
Al bajar de el autobús, el aire helado me azota con bastante fuerza.
Nos encontramos en inicios de noviembre, por lo tanto el invierno no tardó en hacerse notar.
No puedo negar que una parte de mi se encuentra emocionada porque, las montañas en donde nos encontramos están completamente cubiertas de nieve.
Cuando vivía en Denver, mi familia y yo solíamos ir a esquiar todos los inviernos. Por lo tanto saber que tal vez lo vuelva a hacer me trae una nostalgia abrumadora.
Trato de no pensar en ese tipo de cosas y procedo a darle una vista panorámica a todo el lugar.
Justo al frente de mi se encuentra un especie de hotel o posada tipo cabaña, en la cual nos hospedaremos estos tres días.Por fuera es todo de madera y las ventanas color azul celeste le dan un toque moderno.
A mi lado derecho se encuentran otras montañas con algunos árboles y algunas personas esquiando.
Sonrío inconscientemente.
A lo largo de la montaña se encuentra un teleférico, el cuál me llamo bastante la atención, a decir verdad.
Luego de darle una última vista a el paisaje, camino hacia la entrada de el hotel, donde se encuentran algunos estudiantes y maestros.
Para sólo ser estudiantes de los últimos dos cursos, pude notar cinco autobuses aparcados, por lo que, si en cada uno van veinte personas, contaríamos con cien individuos entre alumnos y maestros.
Ay ya, cállate aunque sea por un momento Hazel. Me dice la conciencia.
Atravieso las puertas de madera, encontrándome con aún más estudiantes adentro.
Logro divisar a Faith en una esquina sirviéndose algún líquido en un vaso navideño. Camino hacia ella.
Al llegar a donde se encontraba, identifico que el líquido era chocolate caliente, por lo que, tomo un vaso, y me sirvo un poco.
Mientras Faith me cuenta sobre lo emocionada que está porque yo haya venido y que de manera obvia, dormiremos en la misma habitación.
Me permito darle una vista al lugar. Es una salón bastante grande. Cuenta con un juego de muebles esparcidos por todo el lugar, incluyendo unos de esos que cuelgan de el techo. Logré ver unas puertas de cristal a unos pocos metros de mi, las que, por lo que puedo ver, dan hacia un balcón que imagino debe tener una vista impresionante. En el centro de el lugar, se encuentra una chimenea gigante y bastante tradicional, lo que lo hace ver un poco más cálido.
Mi vista se posa en los estudiantes conversando y riendo.
Y entonces lo veo.
Y no es Ranger a quien me sorprende ver.
Sino a la persona con quien él está hablando.
Me acerco a donde se encuentran.
Y con notable confusión hablo.
—¿André?
———————————————
Solo paso para recordarles que André es el chico que le gustaba a Hazel cuando vivía en Denver, por si no se acuerdan, de todas formas, está en el primer capítulo!
En los próximos capítulos se vienen escenas un poco subidas de tono, así que prepárense ;)
Una vez más, gracias por leer, los adoro, Val.
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Storm
RomantizmNo creas en todo lo que ves, recuerda que la sal también parece azúcar. Tampoco comas todo lo que luzca bien, así es como te envenenas. Hazel Storm y Ranger Thompson. Chica buena e ingenua. Chico problemático. ¿Típico cliché no? Pero Hazel no es...