Capitulo dos

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—Haz, si sigues babeando así vas a terminar por inundar la cafetería— murmura Dev con tono burlón.

—¿Ah?— aún estoy embobada por el chico que en estos instantes se encuentra sentado en la mesa de al frente.

—Se llama Noah Walch— Susurra Dev.

—¿Quién?

—Al que estás violando con los ojos Haz— bromea, inmediatamente siento mis mejillas arder —.Es un dios ¿Cierto?, todas las chicas del instituto anhelan estar con él.

—¿Lo conoces?— indago con curiosidad.

—Si, claro, a veces lo ayudo con literatura y otras materias— responde en un tono tranquilo.

El chico es pelinegro con ojos azules, un típico prototipo perfecto, tiene una sonrisa que te derrite hasta los ovarios. Por mas que detesto a la raza masculina, no puedo evitar querer lanzarme encima de hombres tan bien hechos. 

Me incorporo al compás en el que digo un amable " nos vemos luego" a el grupo que se encuentra en la mesa y posteriormente me dirijo hacia la salida de la cafetería.

—¡Haz espera!— veo a Zed acercarse y detengo mi paso—. ¿Tienes cálculo no?— asiento—. Bien, yo igual, te acompaño— le doy una sonrisa de boca cerrada, me dirijo hacia el aula y él copia mi acción.

—Cuéntame más de ti— dice Zed mientras caminamos por el pasillo. Una incomodidad me empieza a carcomer.

No me gusta socializar.

—A ver, tengo diecisiete, en unos meses cumplo los dieciocho. Me fascina leer— hago una pausa—.Vivo con mi mamá, no muy lejos de aquí y no tengo hermanos — Zed asiente.

— ¿Y tú padre?— me tenso al instante, Zed lo nota, por lo que baja la mirada—. Oh, disculpa, no tienes que decir nada si no quieres.

—No, tranquilo— hago una pausa y suspiro—. El trabaja afuera, por lo que nunca está en casa— mentiras, mentiras, mentiras—. ¿Y tú? ¿Qué me dices?

—Yo tengo dieciocho, recién cumplidos, también me gusta leer y vivo con mi padre— suspira y prosigue—. Mi madre murió en un accidente aéreo cuando yo era pequeño— su semblante se entristece y el mío también.

—Oh, lo siento mucho— me limito a decir.

—Tranquila, ya no duele tanto— se nota el pesar en su voz.

Nos adentramos al aula y decido sentarme atrás de Zed, en uno de los últimos puestos. Pasan unos minutos y veo entrar a Ranger, alias el chico misterioso, quien se sienta a mi lado. Me tomo un momento para darle un vistazo. Su tez es casi tan pálida como la leche, tiene una nariz perfectamente perfilada y unos labios bastante simétricos. En sus pómulos tiene un color rosáceo natural, tal vez tiene cuperosis o puede estar sonrojado, pero algo me dice que la primera opción es la acertada.

Mientras el Profesor de cálculo escribe en la pizarra, sigo con mi mirada fija en Ranger y me percato de unas letras tatuadas en su antebrazo, el cual se revela por sus mangas recogidas hasta su codo. Entrecierro los ojos para mejorar mi visión, pero no logro distinguirlo.

Pasa suficiente tiempo como para que el profesor de la indicación de que nos podemos retirar, por lo que recojo mis cosas y me dirijo hacia la salida.

En mi camino me encuentro con Faith y Zed.

—Hey Haz ¿quieres que te dejemos en tu casa?— pregunta Faith con amabilidad. Dudo por un momento pero luego recuerdo que mamá está trabajando y me tocaría tomar el autobús, así que accedo sin rechistar.

StormDonde viven las historias. Descúbrelo ahora