Storm

Capítulo doce

Capítulo dedicado a NickySa05 y lucy-mg

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Son las siete con cinco de la mañana y aún no he logrado conciliar el sueño y no pienso hacerlo. Después de aquella pesadilla, la cuál, de solo pensarla un escalofrío me recorre de pies a cabeza; no pude alcanzar ni un solo ápice de sueño.

He pasado las últimas tres horas pensando y tratando de descifrar aquel sueño. Meneo mi cabeza repetitivamente para restarle importancia. No, finjo restarle importancia para mantenerme más tranquila.

Los rayos del sol se cuelan por la ventana y me dan justo en el rostro, por lo que, me veo obligada a cambiarme de ángulo o en efecto, incorporarme.

Me mantengo unos segundos de pie, decidiendo que hacer. Mis opciones son escasas dadas las circunstancias, puesto que, es domingo y a tan tempranas horas, mi cerebro no máquina ninguna actividad favorecedora; sin embargo opto por darme una ducha y así aclarar un poco la maraña de pensamientos que cargo encima.

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Me encuentro en la isla de la cocina comiendo lo que se me asimila a un desayuno saludable; cereal con leche. Mamá salió hace no mucho tiempo, claro está, fingiendo demencia sobre lo ocurrido anoche.

No tengo apetito, pero solo lo hago porque cualquier cosa que mantenga mi mente alejada o distraída es cordialmente bienvenida.

Dejo el plato en el lavavajillas y me dispongo a salir de la casa. Mis piernas se mueven sin tener dirección cierta mientras pienso a dónde ir.
Cómo un veloz pensamiento pasa por mi cabeza la imagen de aquella cafetería a la cuál fui con Faith el otro día. El antojo de dulce que me embarga me da un empujón para que decida ir. Le envío un texto a Faith para encontrarnos allá y así no molestarla en ir a su casa a buscarla.

Al llegar a la cafetería opto por pedir un café regular con leche y un pie de limón para saciar mis antojos, después de aclararle que es para comer aquí, el chico me dice que me llevarán mi pedido a una mesa, así que me dedico a buscar una.

Después de unos minutos sentada el sonido de el plato contra la mesa hace que pose mi atención en el supuesto mesero.

—¿Es qué no puedes vivir sin mi Hazelnut?

Ruedo mis ojos, pero el fantasma de una sonrisa se asoma en mis labios.

Tal vez, al venir aquí, consideré el hecho que Ranger estuviera trabajando como aquel día.

—No seas ridículo.

Ranger se sienta de modo que quedamos frente a frente.

—¿Tuviste problemas con tú mamá?— su voz ahora es seria y sé por ciencia cierta a lo que se refiere.

—Nada a lo que ya no esté acostumbrada— me encojo de hombros en el gesto más aburrido que puedo hacer.

—¿No piensas decirme para qué son las pastillas aún?

Niego rotundamente.

—¿Por lo menos me dirás si ya las tomaste?

Asiento mientras engullo un pedazo de pie de limón.